Anika entre libros

Basta con vivir

Ficha realizada por: Lidia Casado
Basta con vivir

Título: Basta con vivir
Título Original: (Basta con vivir, 2017)
Autor: Carmen Amoraga
Editorial: Destino
Colección: Áncora y Delfín


Copyright:

© Carmen Amoraga, 2017

© Editorial Planeta, S.A., 2017

Edición: 1ª Edición: Octubre 2017
ISBN: 9788423352876
Tapa: Blanda
Etiquetas: familia superación bebés amor crítica social marginación trata de personas mascotas inmigración literatura española novela prostitución prostitutas pesimismo depresión proxenetas maternidad sentimientos traumas felicidad esclavas sexuales hipocresía venta de niños
Nº de páginas: 320

Argumento:

Pepa es una mujer amargada y triste que siente que nunca ha sabido ver el lado positivo de la vida y que ha acabado tan sola que no tiene ni el cariño de su perro Ramón, al que llama así por el único novio que tuvo y que la abandonó hace años. Durante unas vacaciones forzosas descubre a Crina, una joven rumana que llegó a España engañada por su novio, que ha sido obligada a ejercer la prostitución y que ahora aguarda a que nazca un niño que será vendido. Conocer las circunstancias de esta chica hará que Pepa se replantee toda su vida.

 

Opinión:

 

Me gusta mucho la novelística de Carmen Amoraga, principalmente, por dos razones: los temas que trata y su forma especial de acercárnoslos. Y esta, su última novela, viene a confirmar ambas características de la autora.

En este caso, los temas no pueden ser más interesantes. Por un lado, Amoraga nos habla de la depresión, de los golpes de la vida y de esos reveses que se enquistan y no se superan en años y lo hace a través del personaje de Pepa, una mujer amargada, solitaria, malhumorada, triste a la que se le juntaron varios infortunios en un periodo de tiempo muy corto y no ha sabido sobreponerse a ellos.

Junto al personaje de Pepa, el de Crina nos pone en contacto con otra serie de cuestiones no menos interesantes: la prostitución, la trata de blancas, los abortos obligatorios, la gestación y la venta de bebés.

Cualquiera de las dos tramas hace que se te encoja el corazón y nos sitúan frente a personajes tremendamente humanos con los que es muy fácil empatizar. Quizá porque cualquiera podríamos estar en su lugar: cualquiera podría haber sufrido un revés del que no se recupera en años y cualquiera podría haber sido engañado y haber acabado en una situación de la que le parece imposible salir.

Ambas mujeres tienen mucha fuerza como personajes y fomentan la reflexión del lector, sobre todo el de Crina. Gracias a él, Amoraga nos muestra la hipocresía de la sociedad, incapaz de ver lo feo, lo sórdido, lo que, en definitiva, no quiere ver; y la doble moral de quienes hacen uso de las mujeres explotadas sexualmente, del trato vejatorio que les dan en muchos casos o del autoconsuelo falso del "están ahí porque quieren". La autora muestra la verdad de las mujeres engañadas y obligadas a vender su cuerpo, que arrastran deudas casi inventadas o, en cualquier caso, incrementadas a la fuerza por los proxenetas y que viven bajo la amenaza constante de hacer daño a su familia, amenazas con las que las controlan (además de las drogas o el alcohol).

Junto a estos temas, Carmen Amoraga también pone frente a los nosotros otra cuestión que no siempre queremos ver: el trato que reservamos a nuestros ancianos. Pepa trabaja en una residencia y en varias ocasiones nos habla de la infantilización a la que les sometemos, de la falta de respeto y, sobre todo, de la falta de cariño hacia nuestros mayores.

Esta es, pues, una novela de contrastes. Contraste entre lo que vemos y no vemos, entre nuestro día a día y lo que se oculta tras la aparente normalidad de aquellos con los que nos cruzamos cotidianamente; contraste entre la vida de Pepa, que pudo tenerlo todo y no supo recuperarse de perder una parte, y la de Crina, que fue engañada y lo perdió todo; contraste entre la forma de actuar de una y otra, entre la personalidad de Pepa y la de su madre, entre lo que le ocurre a cualquiera de las dos mujeres y nuestras propias vidas.

Y, como decía, todos estas cuestiones, tan humanas, tan profundas, tan intensas, se nos presentan con el estilo literario de Amoraga, tan sensible, tan afectivo, tan delicado, tan emotivo pero tan sagaz, tan penetrante, tan reflexivo y tan crítico. Y con la belleza que la autora es capaz de dar a cada frase, a cada párrafo, de manera que crea una sensación de la que es difícil hablar pero que es fácil sentir mientras leemos "Basta con vivir": es como si, desde la empatía y la sensibilidad, lo cotidiano de los personajes retratados y la amabilidad con la que los trata, nos exhortase a abrir los ojos, a solidarizarnos con los que no rodean, a no volver la cara ante lo feo; nos zarandease y nos hiciese reaccionar contra todo aquello oscuro y horrible (tanto a nivel personal como colectivo) que pasa cada día frente a nuestras narices y quizá estamos tan acostumbrados a verlo o tan ensimismados en nuestras propias vidas y nuestras propias prisas que ya no nos afecta, no logra que nos rebelemos contra ello.

En definitiva, una novela maravillosa, esperanzadora, llena de sensibilidad y belleza pero también de crítica y reflexiones interesantes. Puro Amoraga.

Lidia Casado

 

 

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