Anika entre libros

Hannibal Lecter. Thomas Harris. Por Anika Lillo

Origen: El dragón rojo
Creador: Thomas Harris

Personaje
Hannibal Lecter
Origen
El dragón rojo
Creador
Thomas Harris

HANNIBAL LECTER, EL ARTISTA DE LAS VÍSCERAS

Bajo mi punto de vista, Hannibal Lecter creía que lo que hacía era arte, pero esta afirmación por mi parte se debe a la lectura de "Hannibal", el tercer libro donde aparece este ilustre médico de brillante inteligencia y boca peligrosa (entiéndase el doble sentido).

El doctor Hannibal Lecter nació cuando el escritor Thomas Harris buscaba para su novela "Dragón rojo" un asesino distinto. Habría que remarcar la palabra "distinto". En la primera novela (Dragón rojo) el arte es parte indispensable de la trama, en la segunda novela (El silencio de los corderos) el arte es la válvula de escape de Lecter en su celda, y en la tercera novela (Hannibal) el doctor vive por el arte y disfruta de él en un sentido menos agresivo, ejerciendo un oficio que le permite estar en contacto directo con él, recreándose ante las obras maestras y estudiándolas con auténtica pasión.

En un pasaje del tercer libro Hannibal se recrea hablando de viejas ilustraciones donde un personaje histórico (Judas) es crucificado y sus vísceras aparecen pintadas asomando por su estómago. ¿Alguien recuerda a aquel policía crucificado cuando Lecter escapa en "El silencio de los corderos"?. Hay muchas similitudes en su historia, los tres libros siguen una línea clara: la influencia del arte -en este caso dañina- del brillante doctor, aquel que bajo una estatura pequeña y ojos fríos esconde al más temible de los caníbales de la ficticia historia negra de Norteamérica.

Pero el arte que Hannibal practica es sinónimo de bestialidad y asesinato. ¿Se puede ser un psicópata y a la vez un artista? Él parece creer que sí. Lecter, cuya crueldad parece íntimamente ligada a su impresionante inteligencia, puede aparentar (así lo hace ante la esposa de Pazzi en "Hannibal") ser el hombre más pacífico del mundo, sensible y atento; pero hay algo que en él que no puede evitar y demuestra lo que es: un psicópata con máscara de porcelana. Dos muestras de esto son sus relaciones con Clarice Starling (El silencio de los corderos) y con Rinaldo Pazzi (Hannibal). No habla por hablar, todas sus palabras tienen un sentido, y no da sin recibir a cambio. Es egoísta, ególatra, cruel, frío, insensible, y en cambio puede llegar a aparentar lo contrario: sensible y educado, pero estas dos concepciones sólo se muestran cuando disfruta del arte, y para Lecter, el arte es también mutilación y asesinato.

Pero no es cualquier genio del arte lo que interesa a Lecter. Para el doctor, Dante es el súmun de la genialidad, y a él es a quien imita, recreando en la vida lo que Dante hizo con líneas. Crucifixiones, vísceras saliendo del éstomago, bocados. Lecter magnifica las mutilaciones que Dante dibujaba en sus obras (el conde Ugolino masticando el cogote del arzobispo, Satán masticando a Judas), prestando especial interés en el uso de la boca. Pero si bien Dante sólo expresaba imágenes relatadas en sus obras, Lecter lleva a cabo la monstruosidad de comerse el hígado de los demás.

Si bien con la primera novela (Dragón rojo) descubríamos a un ser despreciable, psicópata y caníbal, y en el segundo (El silencio de los corderos) a un ser brillante y al mismo tiempo espeluznantemente peligroso, en el tercero (Hannibal) descubrimos el origen de sus actos.

No se puede decir de él que es un pobre loco. Se le llama pobre loco a aquel cuya inteligencia es dudosa. Lecter supera con creces cualquier test de inteligencia. Es culto, brillante, y entiende de arte y música clásica. ¿Quién es Lecter en realidad? ¿Un artista? ¿Un psicópata? ¿Ambas cosas?. Habría que preguntarle a Harris qué tenía en la mente cuando creaba y daba forma a la personalidad de Hannibal Lecter.

Lecter tiene, además, un sexto sentido para saber cuándo está en peligro, y éste despierta cuando sueña con su hermana Mischa, muerta y "digerida" (he ahí el origen de su perversión). La visión de Mischa es el aviso de que alguien está tras su pista. Por lo tanto es muy difícil pillar desprevenido a este hombre.

Si a esto le añadimos su poder, la capacidad de convencer a otro preso (Miggs) de ahogarse con su propia lengua, o la de comentar a un policía corrupto (Pazzi) que le gustaría cenarse a su esposa (con esa tranquilidad tan escalofriante propia de Lecter) con la consiguiente reacción del oficial, descubrimos que no estamos ante un criminal vulgar. Lecter es "distinto" en todos los sentidos. ¿Comete fallos? No. Cuando le da a conocer a Clarice Starling que todavía sigue su carrera, se está descubriendo, pero no deja de estar alerta porque "sabe" que él no es presa fácil. Sin embargo Lecter toma precauciones para disfrutar de su libertad: recurre a la cirugía estética y se deshace el sexto dedo que podría descubrirle. Pero Hannibal Lecter, personaje recurrente en artículos de psiquiatras y máximo protagonista en los ficheros del F.B.I., tiene que ser capturado como sea, y será mediante el "arte" como descubran su paradero. Esa es la palabra clave. ¿Qué relación hay entre un boceto de Florencia, una exposición de instrumentos de tortura, una recompensa por parte de un americano mutilado y el hombre operado de la mano? Eso se pregunta Pazzi, y todas las pistas: Italia, cuna del arte, venganza y cirugía, le dicen quién es el hombre que está ante él.

 

lapizrojo

Anika Lillo

 

 

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