Lidia

Opinión:

Si bien hay un fondo sobrenatural en esta historia, su fuerza radica en el drama. Dos mujeres comparten el don de la clarividencia de generación en generación. Lidia pierde a un padre y su abuela pierde a un hijo. Las dos mujeres entrelazan sus vidas en una sola historia de múltiples capas que involucran a otros personajes. Todos de una forma u otra son infelices, lo que hará que nos encontremos dentro de una narrativa de gran dolor, amor y añoranza. 

Lidia es un relato que perturba. Contado por un narrador que está ahí desde el día que ella nace en una casa de estilo victoriano. Los rayos, los truenos, que en ese momento caen parecen advertirnos de un nacimiento singular. Nos acompañaran en prácticamente todo el relato, es como si ni siquiera el sol se atreviera a dejar un poco de luz en sus vidas. María Eugenia Zuran, usando una prosa cautivadora, comenzará una historia hermosa, feliz, llena de vida, aunque ella poco a poco, sin darnos tiempo a reaccionar, irá apagando.

Ya no volveremos a sentirnos bien, habrá demasiado dolor. Nos mostrara el vacío que deja la muerte, también enseñándonos que tal vez no sea el fin. Nos hablara de las relaciones entre madre e hija, no siempre fáciles. En cambio, nos recuerda lo que son esas mismas relaciones con la abuela. Pero por encima de todo quiere que no olvidemos lo que es la vida, una de cal y otra de arena. Ríes, lloras, encuentras la felicidad, la pierdes, sufres. Mientras tanto esa sombra que vive en su cuarto crece ¿Qué es? 

Ella, capaz de ver el futuro, no entendió lo que era ese ser porque a veces nuestro propio miedo nos paraliza. Soledad, abandono, sigues leyendo, es imposible detener la lectura, sabes que en la próxima página seguirá el dolor, pero es una historia terriblemente hermosa y humana. Hasta sentiremos a la narradora padecer, dando la sensación de que desea parar, dejarnos un respiro. Pero no, pide -casi nos suplica-  que no la dejemos sola en este relato; nos necesita para seguir contando la vida de Lidia. 

Al final del camino siempre queda esa duda, si sufrió las consecuencias de sus errores, si todo hubiera sido diferente de haber actuado de otra manera. 

Y es que dicen que a veces no sabemos el valor de un momento hasta que se convierte en un recuerdo. 

Lidia os romperá el corazón. 

Violeta Lila