Las cuentas pendientes

Opinión:

Ana Matallana es una escritora burgalesa que debuta con esta novela corta que ha publicado la editorial Salto de Página dentro de su colección Púrpura.

"Las cuentas pendientes", quizá por su temática, me ha recordado un poco a "Cinco horas con Mario" de Miguel Delibes. Como en ella, hay un cadáver alrededor del cual se están haciendo reproches solo que, ahora, en vez de hacerlos un sólo personaje lo hacen seis y tan sólo uno de ellos, el camarero Gustavo, siente algo de cariño, y más si lo comparamos con la reacción de Sonia, la hija. Pero cada uno de ellos tiene motivos de sobra para actuar así. Francisco Lláñez era un hombre que tenía varios secretos.

Los personajes que ha creado Ana Matallana son personajes completos llenos de ambigüedades y contradicciones. Ninguno de ellos es cien por cien bueno ni malo. Esta cualidad hace que sean más creíbles y reales. El lector puede, perfectamente, identificarse con las reacciones y pensamientos de cada uno de ellos.

Uno de los rasgos característicos del estilo narrativo de la autora son los capítulos cortos. Cada uno de ellos pertenece a uno de los personajes, son ellos mismos quiénes narran lo que ocurre. En realidad, cada capítulo es un monólogo interior. Ello hace que los sentimientos salgan más a la luz, sean más directos. A Ana Matallana no le gusta la prosa rimbombante llena de calificativos, la suya es limpia, libre de artificios lo que la hace aún más directa. En cada capítulo el lector queda impactado, le hacen pensar y debatir. Personalmente, me ha gustado el estilo de esta autora.

"Las cuentas pendientes" es una lectura muy recomendable. Ya veréis cómo os sorprende la magnitud de esta autora para construir personajes y crear una trama que, en algunos momentos, llega a hacerse un poco agobiante no por mala sino por su intensidad. Toda la acción transcurre, principalmente, en un lugar tan abrumador como es un tanatorio. Ello le da una gran carga dramática aunque la autora la disipa, en muchas ocasiones, con toques de humor que se agradecen al ayudar a aliviar la tensión.

Ysabel M.