La corrupción de la carne

Opinión:

Antes que nada comentar que el nombre del autor Ambrose Parry es en realidad un seudónimo que corresponde al matrimonio formado por Chris Brookmyre, afamado escritor de novelas policíacas, y la anestesista Marisa Haetzman.

El invierno de 1847 en Edimburgo fue frío y más oscuro de lo habitual, pero no fue por el clima. Basado en hechos reales, la historia sigue a crímenes horribles en nombre de la ciencia. Los experimentos realizados con éter, productos químicos y drogas causaron la muerte de una población desprevenida e ignorante. 

Una historia que empieza con la sospechosa muerte de Evie, la prostituta amiga de Will. Esto no será más que el comienzo de otras muertes de un tiempo en que los pacientes más desamparados no parecían importarle a nadie, siendo usados para despiadados experimentos en médicos sin aprensión cuyo fin era la búsqueda de la fama y la fortuna. 

Advertir que las explicaciones de los métodos de dichos ensayos no son aptas para todos los lectores por lo horrendos que son al llevarse a cabo sin anestesia, todavía tengo en mi memoria lectora sus gritos, en serio, son duros de leer, traspasan el propio papel.  Aquello fue una época oscura al no ser bien visto por los representantes más altos de la iglesia escocesa usar métodos para quitar dolor a los pacientes, decían que era ir contra Dios.

Estamos dentro de un tramo histórico fascinante, repleto de secretos y momentos escalofriantes con el bisturí. Personajes muy bien construidos cuyos autores mueven a la perfección, la carga psicológica de unos individuos complejos tan ficticios unos como reales otros. Las descripciones del antiguo Edimburgo son para quitarse el sombrero, esas calles empedradas, callejones donde no llega ninguna luz, sucios, apestosos, ayudaron sin ninguna duda a engrandecer la historia, la ciudad es una protagonista más. 

La narración rezuma calidad, las páginas se pasan solas, teniendo unos autores que saben y conocen perfectamente el tema que escriben. Hay momentos en que los crímenes pierden fuerza a favor de las investigaciones médicas, aunque cuando el crimen regresa de nuevo vuelve a tomar un ritmo brutal. Una excelente representación de los hechos reales que ocurrieron, poniéndose de manifiesto la riqueza y la disparidad social, donde el Edimburgo victoriano fue un lugar de elegancia y oportunidad para algunos. Por lo demás, era un pozo negro de secretos y sufrimiento, sobre todo para mujeres en manos de médicos que controlaban sus cuerpos. Muy bien ubicada en su tiempo, proporcionando datos de cómo era entonces la medicina a la vez que logra hacer una novela de suspense. 

Una estremecedora novela criminal que nos adentra en los experimentos médicos y científicos de Edimburgo del siglo XIX. 

La recomiendo mucho.

Violeta Lila.