Entrevista a Verónica Butler por "Hijos de Caín. El despertar del Fénix I"

A simple vista Verónica Butler es una sencilla ama de casa. Cuesta imaginar que detrás de esa apariencia amable y tranquila se esconda la escritora que crea apasionantes relatos que nos mantienen en vilo desde la primera hasta la última página, la que nos arrastra por una espiral de acción trepidante a sus mundos de fantasía. Verónica es una mujer de acción, apasionada, aventurera y muy carismática. La pasión la pone en todo lo que escribe. La aventura y la acción son algunas de las claves de sus novelas. El carisma se aprecia en cada uno de sus gestos y sus afirmaciones.

Verónica acaba de cumplir su sueño de publicar una novela, Hijos de Caín editada por Corona Borealis. Por si eso fuera poco ya tiene fecha de salida para las dos próximas. Sin embargo, esta escritora jerezana tiene los pies muy bien apoyados sobre la tierra. Es consciente de que las cosas se consiguen con mucho esfuerzo y no cree que ya lo tiene todo hecho por tener una editorial que ha confiado en ella para publicar sus tres primeras novelas. Tampoco se llena la boca hablando de sí misma, acepta las críticas con elegancia y reconoce que aún le queda mucho por aprender. Os invito a conocer un poco más a Verónica Butler.

ENTREVISTA

Primero de todo, ¿cómo te sientes después de haber hecho realidad tu sueño de ser escritora?

Si te soy sincera, a veces me parece que voy a despertarme mañana y que nada de todo esto ha ocurrido. Todavía paso por alguna librería y vuelvo a coger mi novela del estante para tocarla y comprobar que es real. Después de muchas decepciones, de encontrarme con gente no del todo profesional y de darme algún que otro trastazo, estoy muy feliz de saber que si tienes tesón, pones mucho esfuerzo y ganas, puedes conseguir publicar. La recompensa creo que ha sido merecida a todo el trabajo que conlleva escribir una novela y ahora me siento más escritora que nunca. También supone un gran reto, porque quiero hacer novelas cada vez mejores e historias que lleguen al corazón del lector. Pero como me encantan los retos...

Hablas de trastazos, ¿nos puedes contar alguno?

A finales de 2008 una editorial on-line se interesó por la novela de Morgan y me pareció un buen comienzo. Pero antes de hacerme un contrato querían que hiciera una ampliación de la novela. Yo acepté encantada puesto que su editora me aseguró que tras la ampliación, la publicarían. Trabajé mes y medio como una mula, con toda la ilusión del mundo y quedó una novela mucho más completa y veraz. Estaba muy orgullosa de ella. Cuando se la entregué a la editora, al cabo de una semana, quedamos en vernos. Después de muchos rodeos me dijo que no la publicaría porque no quería esa novela, quería algo totalmente distinto. Para empezar, que sucediera en España y la mía pasa en Los Ángeles, cosa que sabía desde el principio; quería que le hiciera la cirugía estética a Morgan cuando la clave de la novela es la de un hombre desfigurado que se redime y acepta a sí mismo gracias al amor. El caso es que le dije que no cambiaría ni una coma más, porque ella no tenía ni idea de lo que quería y no había sido sincera desde el principio ni profesional. Y que me había engañado sin miramientos. La cuestión es que gracias a ese trabajo, mi actual editora aceptó la novela tal y como estaba y además me dijo que no cambiara absolutamente nada porque era una gran escritora. Eso me subió la moral al cielo... Al final me alegré de que no me publicara la primera, la verdad es que como editorial sólo tienen dos novelas, así que no es muy productiva que digamos.

Luego están los agentes literarios que mienten más que hablan, que te hacen firmar contratos esclavizantes (que yo nunca firmé) y que no llevan tus obras a ninguna editorial porque sólo juegan con el escritor. Sin embargo hay muy buenos profesionales como la agencia de Joan y Sandra Bruna que siempre me han dado estupendos consejos.

¿De dónde nace la idea de escribir Hijos de Caín?

Adoro los vampiros desde pequeña, la sensualidad y el erotismo de una vida inmortal siempre ha sido lo que me ha atraído hacia novelas de esa temática. En libros antiguos que guardo, descubrí hace años, una leyenda cátara basada en el perdón y en la recuperación del alma perdida que me llevó a crear el secreto final de la novela. Siempre he tenido curiosidad por saber qué ocurriría con tus seres queridos si te conviertes en vampiro, sobre todo si tienes hijos. Así que pensé en crear a un inmortal que fuera a la vez alguien muy poderoso y un padre devoto de su retoño. Y entonces nacieron Miguel Aguirre y su hijo Jorge.

¿Por qué Jorge, tu Jorge, inspiró esta novela?

Jorge es el hijo de mi prima Rocío. Vive en San Rafael, un pueblecito de Segovia donde también transcurre la novela. Le tengo mucho cariño porque es un chico de once años, devorador incansable de cualquier libro que cae en sus manos. Tiene una curiosidad innata y una inteligencia maravillosa, a la vez que es tímido y apocado. Tomé su físico y su forma de ser como homenaje a ese afán de conocimientos que tiene. Su madre suele leer lo que escribo y él siempre decía que no podía leer mis novelas de temática adulta. Así que decidí hacer una novela para él sólo, incluyéndole de protagonista. El destino nos dio una agradable sorpresa cuando mi editora me firmó el contrato para ella y La soledad del olvido. Cuando se enteró de que el libro llegaría a estar en toda España se quedó sin habla.

¿Por qué ambientas la novela en Madrid y Segovia y no en tu tierra, por ejemplo?

Me gusta mucho Madrid por la variedad de sitios culturales y de diversión que tiene, ese aspecto de ciudad grande y cosmopolita donde todo puede suceder y en la que he estado varias veces. He pasado muchos veranos en Segovia, ciudad que me apasiona por la antigüedad de sus monumentos, sus calles medievales... y me apetecía que la primera novela de la trilogía surgiera en la capital española y sus alrededores para darle más realismo. Las siguientes ocurrirán en otras ciudades de nuestro país.

¿Por qué todos tus personajes son tan sumamente guapos?

¡Eso dice mi madre! Reconozco que los hombres guapos son mi debilidad, empezando por mi marido y acabando por cierto actor que me vuelve loca y que tú conoces. De hecho para los hombres de mis novelas suelo imaginar a actores para tener un perfil de su físico claro en mi cabeza. Para Miguel Aguirre fue Antonio Banderas, para Morgan Drake fueron los rasgos de Viggo Mortensen en su etapa de Aragorn con el pelo largo y oscuro... y para Lajos Tisza he imaginado al Duque. (Miguel Aguirre es el protagonista de Hijos de Caín y los otros dos personajes que cita la autora son los de La soledad del olvido y Sangre de Huno, respectivamente).

Me gusta que mis protagonistas masculinos tengan un toque de atractivo y virilidad, la belleza masculina me apasiona. Pero esa belleza tiene como contrapunto cualidades negativas. Miguel es un vampiro; Morgan tiene el cuerpo cubierto de cicatrices y Lajos a ojos de la sociedad polaca es un gitano húngaro, miserable y pobre al que desprecian sin piedad.

¿Cómo se te ocurrió meter referencias bíblicas?

Existe una leyenda que dice que la maldición impuesta por Dios a Caín, fue el vampirismo, puesto que ningún hombre podría osar matarle. De esa misma leyenda surge la estirpe de todos los vampiros, puesto que Caín al ser rechazado por los hombres es recibido con los brazos abiertos por Lilith, la primera esposa de Adán, retirada al infierno, que se convierte en la primera vampira rehuyendo los designios de Dios. Utilicé esa leyenda para plasmar cómo son los antepasados inmortales de Miguel.

Creo que tu novela contiene diversos elementos que usados en su justa medida hacen que se lea tan bien y que el conjunto resulte tan atractivo, ¿sigues alguna fórmula o surgen de manera natural?

Siempre hago un guión mental en mi cabeza, desde el principio al final de la historia, en conjunto. Una vez que tengo la información necesaria para la novela utilizo ese guión para escribirla. Pero suelo dejarme llevar por los personajes, no les pongo trabas ni cadenas y he descubierto que es mi manera natural de escribir y con la que me siento cómoda. Con Hijos de Caín todo resultó muy fluido y sencillo, tenía muy claro qué quería contar y cómo hacerlo. Me sentí muy libre escribiéndola.

¿Qué nos espera en la segunda parte de esta trilogía? Si nos puedes contar algo...

Estoy haciendo el guión de la siguiente. Sólo puedo decirte que será una historia a 3 bandas, en la que se mezclarán la Inquisición española, un salto en el tiempo a través de la magia y un médico sevillano. En esta parte Miguel tendrá un dilema entre la razón y el corazón.

¿Otros proyectos de futuro?

Espero la fecha de la presentación en mi ciudad de Hijos de Caín, que sabré en breve y seguiré con su promoción.

Para Febrero más o menos saldrá La soledad del Olvido: la historia de Morgan, un ex soldado americano que sufrió horribles torturas en Irak y que se hunde en un pozo sin fondo por el horroroso pasado de maltrato que le tocó vivir desde niño. Es una historia muy dramática y tierna a la vez.

En otoño de 2010 saldrá Sangre de Huno, una preciosa historia de amor entre un gitano y una chica polaca en los albores de la primera guerra mundial, con mucha sensualidad y acción que no te da respiro y que estoy acabando ahora.

Me consta que tu padre "tiene la culpa" de que te hayas hecho escritora, explícanos por qué.

Mi padre fue el que hizo un trato conmigo: con seis o siete años me propuso cambiar mis tebeos, a los que era adicta, por el maravilloso mundo de los libros. Dejó en mis manos Sandokán de Emilio Salgari y fue mi perdición porque no he dejado de leer desde entonces. Él era mi mejor fan cuando empecé a escribir novelas con veinte años, esperaba impaciente que acabara un capítulo para leerlo en la cama.

Murió hace diez años de un ataque al corazón, con sólo cincuenta y dos, pero su intuición me hizo hacerle una promesa: no dejaría de escribir aunque él no estuviera para leerlo. Pero al morir yo rompí esa promesa y no pude volver a escribir durante siete años. Supongo que debía estar pinchándome desde la eternidad y llamándome tramposa, porque me enfrenté de nuevo al papel y empecé a escribir relatos que colgaba en la red y así volví a coger bagaje.

Tres años después conseguí que mi editora me cogiera y me propuse terminar aquella primera novela que el leyó: Sangre de Huno. Al fin respiro aliviada porque he podido cumplir mi promesa y comprender que él sabía que algún día sería escritora. Así que cuando me noto un poco atascada en alguna de mis novelas le pido que me eche un cablecillo... y parece que funciona...

¿Cuáles son las fuentes de las que bebe tu escritura?

Me gusta la novela inglesa, desde Shakespeare hasta Dickens; los clásicos españoles; Isabel Allende, Pérez Reverte, Vázquez Figueroa... En definitiva, leo todo lo que cae en mis manos y que siempre me ayuda a escribir mejor.

¿Cuál es tu método a la hora de escribir?

Normalmente empiezo el prólogo y con el guión mental sigo desde ahí. No suelo describir demasiado, sólo lo justo para envolver en el ambiente al lector. Hago mucho hincapié en los diálogos, los sentimientos de los personajes, las situaciones de dramatismo y de acción. Intento meterme en los personajes, interpretándolos como los actores: leo en voz alta el diálogo y lo recreo con el tono y los gestos con los que hablarían, o las situaciones en las que se ven inmersos. Por eso verme escribir, lo hago en mi pequeño despacho de la segunda planta, es todo un espectáculo porque interpreto la novela como si fuera una película.

¿Algún ritual, truco o manía?

Busco la música que me inspira imágenes para la novela y la escucho hasta la saciedad antes de ponerme cada día a escribir. Siempre llevo mi mp4 en el bolso. Para Hijos de Caín escuchaba a Evanescence y la canción de mi booktrailer, e imaginaba a Miguel por los tejados de Madrid y espada en mano.

¿Algún consejo para los escritores que sueñan con publicar su obra?

Que no teman cortar partes enteras de sus novelas y reescribirlas de nuevo si no están satisfechos. Que aprendan a recibir opiniones sinceras de gente que lea sus trabajos y puedan dar una crítica constructiva. Siempre se puede aprender.

Nosotros no nos damos cuenta a veces de los posibles errores que pueden contener nuestros escritos, porque nos los sabemos de memoria. Los lectores amigos o familiares pueden descubrirlos con más realismo y opinar sobre ellos. No hay que sentirse atacado, hay que aprovechar ese error para convertirlo en una trama más acertada y veraz.

Y por supuesto, que luchen sin descanso a pesar de las negativas de las editoriales. Ahora es complicado publicar por la crisis, por eso es mejor seguir escribiendo hasta que pase y luego mandar a tantas editoriales como se pueda del género que escribes. Como me aconsejó Juan Eslava Galán: "no vendas el pan hasta que no haya compradores"

¿Crees que las escritoras con niños lo tenemos más difícil?

Cuando tienes niños, te absorben la mayor parte del tiempo y eso sin contar que no se pongan enfermos con catarro mil veces al año como le suele ocurrir a la mía. Pero yo tengo la gran suerte de que mi marido comprende mi trabajo y me deja espacio durante la semana para cuidarla y que yo pueda escribir. Es muy importante el apoyo de la pareja en la vida de una escritora, puesto que nuestro proceso de creación es muy solitario y requiere muchas horas al día, que a veces robamos al sueño, a las tareas del hogar..... Creo que sí lo tenemos a veces más difícil, pero cuando acabamos un relato o una novela es más gratificante también.

Como gratificante ha sido charlar contigo, Verónica, y mucho más poder leer tu primera novela. Gracias por dedicarnos tu tiempo.