Anika entre libros

Entrevista a Patrick Ericson / José María Fernández-Luna por "De Profundis"

"En realidad, no me arrepiento, pero dudo mucho que vuelva a vivir la experiencia de escribir poesía. La novela me hace disfrutar; la poesía que sale de mí, me lastima"

Firma y fotos: Francisco Javier Illán Vivas / Febrero 2008

 

José María Fernández-Luna Martínez, Alhama de Murcia, 1962; gerente de una inmobiliaria, su interés por la literatura viene condicionado por su parentesco con Concha Fernández-Luna, la escritora lorquina de cuentos infantiles.

Ha publicado Baile de driadas, 2000; y De profundis, 2002. Asimismo ha colaborado con las revistas Alhama, mi pueblo y Águilas magazine.

Dos novelas suyas esperan la aparición en breve espacio de tiempo, publicadas por las editoriales Nowtilus y Viamagna.

 

ENTREVISTA

 

Me dicen nuestros comunes conocidos que es usted un escritor infatigable, que lo ha sido siempre, incluso cuando aún no había publicado ninguna obra.

En efecto. Tengo la necesidad de escribir a diario, o de lo contrario siento que me estoy perdiendo algo importante. Es un vicio increíblemente sano que me ayuda a olvidarme por un instante de la realidad; sólo estamos yo, el ordenador y la imaginación. Hay días, incluso, que la madrugada me sorprende buscando un adjetivo que sea coherente con la frase, y para cuando me doy cuenta se ha hecho de día. Si por algún motivo una noche me cuesta escribir (a veces las Musas cuelgan sus peplos y se marchan de vacaciones), entonces repaso y corrijo lo escrito una y otra vez hasta que quedo conforme, pero todo gira en torno al trabajo que tenga en manos en ese momento. Me satisface perder varias horas al día escribiendo, de ahí que tenga guardadas unas cuantas obras en el cajón de mi escritorio, que espero algún día vean la luz.

 

Es usted familiar de Concha Fernández-Luna, ¿en qué ha condicionado eso su actividad literaria?

En todo. Mi tía Concha es el referente literario que más ha influido en mi vida. Cada vez que venía de Italia (fue bibliotecaria en el Vaticano), solía traerme uno de sus cuentos infantiles escritos por ella. Fue su figura, su vida, sus conocimientos y vivencias, los que consiguieron que yo, con ocho años, comenzara a escribir pequeños relatos de aventuras, simulando las de Julio Verne.

Tras su muerte, fui el único de sus sobrinos que se interesó por sus escritos y originales. Hoy en día los guardo como si se tratara de un preciado tesoro, así como sus fotografías, libros dedicados y dibujos originales de los ilustradores de principios de los 60 amigos suyos: Alberti, José Paredes Jardiel, Rolando Campos… etc. Ese fue el mejor legado que pudo dejarle al único de su familia, por ahora, que decidió seguir sus pasos.

También influyó (y esto no lo sabe casi nadie) el hecho de que mi bisabuelo, abuelo de mi tía Concha, fue un afamado poeta lorquino nacido en Cehegín, de principios del siglo XX. De él heredé mi nombre. Se llamaba José Mª Sánchez López de Ayora.

 

Una de las características de su obra publicada hasta la fecha es su manejo de las palabras, como lo ha sido en una de sus obras, Baile de dríadas, donde intenta rodearnos con el suave roce de la seda, en un ámbito de sensualidad y sutil erotismo. Pero, ¿cuándo cayó José María Fernández-Luna en las redes de la poesía?

En mi caso, la poesía nació de una introspección personal en el peor momento de mi vida. Como te habrás dado cuenta al leer los poemas, están llenos de dolor, de incertidumbre, de tragedias, pero también de esperanza. Me costó mucho decidirme a editarlos, pues ahí, entre esos versos, estaba el drama de mi vida, las laceraciones de mi alma, y mostrarla en público suponía desnudar mis sentimientos más profundos. Sin embargo, mis buenos amigos Pedro Guerrero Ruiz, catedrático de la Universidad de Murcia, y el pintor aguileño Manuel Coronado, quién ilustró el poemario "De profundis", me animaron a que lo hiciera. Y, bueno, les hice caso.

En realidad, no me arrepiento, pero dudo mucho que vuelva a vivir la experiencia de escribir poesía. La novela me hace disfrutar; la poesía que sale de mí, me lastima. Aunque leer la de otros poetas, sí... ¡Faltaría más!

 

Poeta en dos mitades, el hombre abierto en carne viva: vida y muerte. ¿Se reconoce en esas palabras del prologuista de De profundis?

La vida y la muerte son los dos únicos e importantes momentos en la existencia de una persona. No concibo una sin la otra. En cierto modo, son mi obsesión. Y por extraño que parezca, temo más a la tragedia de la vida que a la muerte liberadora. No es que sea un pesimista, en todo caso soy una persona que no me gusta disfrazar las cosas. La realidad es así de cruel. Por eso, mis poesías son tan directas que a veces molestan al lector: porque las verdades duelen.

 

Aún esas dos mitades, hay una que creo no cambia, ese Dios inmutable que vislumbro en su poesía. Pueden encontrarse dudas, angustia incluso, pero no aquella permanencia.

Pandora abrió la caja que encerraba los males que acosan al hombre, y éstos infectaron su naturaleza, pero en el fondo quedó la esperanza. Pienso que tampoco es bueno recrearse en el dolor, y que debemos mirar al futuro con ilusión. Yo, en contra de lo que pueda parecerle al lector que le eche un vistazo a "De profundis", soy una persona con un gran sentido del humor, bastante positivo. Sé que debo vivir intensamente la vida, y darle una oportunidad al mundo para que cambie.

 

De profundis es una epístola escrita por Oscar Wilde en 1897, de la que deseo destacar estas palabras: "detrás de la alegría y la risa, puede haber una naturaleza vulgar, dura e insensible. Pero detrás del sufrimiento, hay siempre sufrimiento. Al contrario que el placer, el dolor no lleva máscara". De profundis es también un lugar inspirado en el mundo de Lovecraft, cartas desde el abismo. ¿A cual se asemeja más su De profundis?

A pesar de que soy un gran aficionado a la lectura de Lovecraft, creo que la definición de Wilde es la que más concreta la finalidad de mis poesías. Estoy de acuerdo con él, cuando dice que el dolor no lleva máscara. Ya he dicho antes que no me gusta disfrazar la verdad. La verdad no tiene medias tintas. Creo que la poesía elegíaca es la que realmente nos hace reflexionar, la que saca el filósofo que llevamos dentro, y es precisamente porque define la realidad.

Ya de niño quedé atrapado en las poesías de Baudelaire, en los poéticos relatos de Poe, o de Gautier, Rimbaud, Blake e Isidore Ducasse. El romanticismo del XIX también influyó en mi obra, en mis comienzos.

 

¿Moriría el poeta si no pudiese sacar de dentro los versos?

Posiblemente. Creo que le ahogaría todo ese sentimiento aprisionado en su interior. A veces pienso que todos deberíamos plasmar nuestras emociones en el papel. De ese modo no morirían en el abismo de la memoria, sino que quedaría constancia de su paso por la vida.

  

Como decía en la introducción, también ha publicado una novela, Baile de Dríadas, que tengo previsto leer en breves fechas. Háblenos de ella.

"Baile de Dríadas" está basada en los versos del poeta francés Pierre Louys, "Les chansons du Bilitis". Es la historia de una cortesana griega, dueña de un lupanar donde son asiduos los aristócratas más relevantes de la isla de Kipris. Bilitis está en una edad en la que comienza a perder el atractivo de la juventud, y eso la lleva a recordar su vida pasada, desde la infancia hasta la madurez, mientras en el presente debe seguir luchando por mantener viva la atención de los hombres. En ningún momento se percata de que últimamente en la ciudad varias cortesanas han perdido la vida en extrañas circunstancias, muertes que tienen relación con los dioses que, según el augurio de una vieja sacerdotisa, caminan sobre la tierra.

En resumen, es una novela de corte romántico, casi erótico, con un trasfondo de misterio que finalmente sorprende al final. Es una obra a la que le tengo un especial cariño. Tal vez algún día la retoque e intente publicarla, pero quizá con otro nombre.

 

Y, casi sin solución de continuidad, nos anuncia dos nuevas novelas. Una con la editorial Nowtilus y otra con Viamagna.

Sí, ha sido una agradable sorpresa para mí que mi agente colocara, en menos de tres meses, dos novelas en dos editoriales distintas. Los contratos ya están firmados, y eso da una seguridad.

La editorial Víamagna se interesó por "Los hijos de la Viuda", una historia que arranca precisamente en Murcia, frente a la catedral. No sé si sabrás que existen unos versos de Nostradamus que tienen que ver con la cadena de piedra que rodea la Capilla de los Vélez y con el trágico fin de su escultor. A partir de ahí, la historia lleva al lector a conocer las extrañas costumbres de los constructores de catedrales, así como a descubrir que entre el nombre de Dios y el Arca de la Alianza hay un denominador común, que las Artes Liberales son necesarias para la formación del espíritu, y que existe un modo para hablar directamente con el Gran Arquitecto, y es a través de la aniquilación del orgullo y bebiendo de las fuentes de la Sabiduría. Es una obra que estudia en profundidad el auténtico sentido de la masonería y la alquimia, con una gran dosis de imaginación.

Luego está "Génesis", contratada por la editorial Nowtilus. Es una novela histórica de misterio que transcurre en el París del siglo XVIII. Nuevamente sus protagonistas tendrán que enfrentarse a una hermandad de alquimistas que guardan un misterioso secreto que tiene relación con la división de los sexos. La novela expone una teoría que a todos puede resultar extraña, pero que quizás no nos resulte tanto dentro de algunos años. De hecho, después de escribirla llegó a mis manos un libro de ensayo de un investigador mexicano que hablaba de lo mismo: de que el hombre y la mujer, hace miles de años, nacieron siendo un solo individuo, ambos en un mismo cuerpo, algo que ya anunciaba Platón en "El Banquete", cuando habla del origen de la leyenda del andrógino. Ambas novelas llevan implícito un mensaje escrito en clave esotérica, al margen de entretener al lector. Les aconsejo que las lean en cuanto tengan ocasión.

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José María Fernández Luna con Francisco Javier Illán Vivas

 

Empezamos con la poesía, terminemos con ella. Muchos lectores me suelen preguntar, ¿cómo nace un libro de poemas? ¿qué pasos llevan al autor a decidir que estos poemas, y no otros, formarán parte de un libro?

Es esencial hacer una selección de los mismos. No todos valen para que salgan a la luz, según mi humilde opinión. En mi caso, dejé algunos sin publicar porque quizá no eran los suficientemente buenos para incluirlos. Otros, porque eran sonetos y versos con rima, con un estilo más en desuso. Esos debían ir en otro libreto. No me gusta mezclar los distintos estilos de poesía.

 

Esta pregunta se la planteo a todos los poetas que entrevisto. En el mundo de las prisas, de las PlayStation, del iPop, del MP4, de la televisión de alta definición, ¿qué sentido tiene la poesía?

¿Y por qué no es al revés?... ¿Por qué no hacer del mundo un canto a la poesía para que todos esos artilugios de pacotilla vuelvan a la mente de sus creadores, y desaparezcan para siempre?

Jamás veo la televisión a menos que sean las noticias. En cuanto a los jueguecitos de los niños grandes, espero que algún día descubran que no hay mejor entretenimiento para el cuerpo y para la mente que la lectura y la filosofía.

Por cierto, creo que la tecnología e Internet nos han de dar un buen susto un día. Ya lo vaticino en la última novela que he escrito, una terrorífica historia que, de ocurrir en un futuro, acabaría en un nanosegundo con nuestra civilización. Pero, esa es otra historia…

 

Sí, es otra historia. El pasado año fue, a nivel literario nacional, el de la eclosión de de los autores murcianos, con los premios recibidos por Luis Leante, Marta Zafrilla, Diego Pedro López Nicolás, que ya tuvo su inicio en los años anteriores con Pascual García, Manuel Moyano, Eloy Sánchez Rosillo. ¿Qué circunstancias se dan en la Región de Murcia para que esto ocurra?

Yo siempre he creído que en Murcia hay buenos escritores (a mí aún me queda un ratito). Es posible que se nos esté dando la oportunidad de demostrar de lo que somos capaces. El mundo de la literatura siempre ha girado en torno a las grandes urbes. Pero Murcia, aun siendo pequeña, guarda dentro de sí la mejor de las esencias. ¿Circunstancias?... Al margen de que cada vez hay más hombres y mujeres dispuestos a defender la cultura en nuestra comunidad autónoma, pues que por fin hemos dicho: ¡Aquí estamos!

 

Y como hablamos de libros, el futuro de ellos ¿cómo lo ve gerente de una inmobiliaria?

Pues, como además de gerente inmobiliario soy un bibliófilo empedernido, quisiera pensar que seiscientos años de historia literaria es suficiente razón para seguir imprimiendo libros. Es cierto que los jóvenes leen bastante menos que los que somos más adultos, pero siempre hay gente dispuesta a pagar unos pocos euros por evadirse unas horas de la realidad y soñar historias que le hagan vibrar de emoción. Es el mejor antídoto para la depresión y el estrés. Creo que el futuro de los libros, digan lo que digan, pinta bueno.

 

Muchas gracias.

  

Nota de Anika: Aunque Francisco Javier Illán Vivas siempre pregunta a sus entrevistados qué tiene Murcia para que empiecen a salir de la ciudad tantos escritores, no quiero dejar pasar la oportunidad de advertir a los lectores que una gran parte del secreto está en el propio Francisco Javier, pues es quien nos hace partícipes de estos autores murcianos que estamos conociendo en Anika Entre Libros. A él, sin duda para mí, se debe no la explosión, si no la difusión de la existencia de estos autores.

 

ver + José María Fernández-Luna Martínez

 

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