Anika entre libros

Entrevista a Marc Pastor por "La mala dona"

"Se me pone un nudo en la garganta al pensar que Enriqueta sigue dejando su poso de maldad incluso un siglo después de sus crímenes"

Firma: Celia Santos / Fotos: autor / Octubre 2008

 

Nota: Esta entrevista se hizo cuando Marc Pastor publicó su novela en catalán. Hoy ya podemos disfrutarla en castellano como "La mala mujer" (RBA, 2009)

El jueves diecinueve de junio, Marc Pastor presentó su segunda novela, "La mala dona", ganadora del "I Premi Crims de Tinta de novel.la negra, d'intriga i policíaca". La presentación fue en la librería "Negra y criminal" de Barcelona y allí estuve junto al autor.

 

 

La presentación.

La librería Negra y Criminal fue el escenario para la presentación. En un ambiente cálido, rodeados de novelas de crimen y misterio, fotos de películas y alusiones a los grandes clásicos. El marco era perfecto para el tema que ocupaba la tarde. Mucha gente, el autor nervioso. Amigos y familiares… En el turno de preguntas, nadie se quedó en blanco ni se vivieron esos espantosos vacíos en los que nadie hace preguntas y todos están expectantes. Una presencia muy especial; la bisnieta de una de las niñas secuestradas por Enriqueta Martí, la protagonista de la novela. El autor, emocionado por conocer personalmente a alguien Marcpastor -portadastan directamente implicado, se vio emocionado y ligeramente "tocado". "Cuando a partir de personajes reales, creas personajes de ficción, nunca imaginas que pueda haber gente directamente relacionada porque su vida, su personalidad la creas tú mismo", confesó el autor. Esta mujer estaba realmente afectada ya que el secuestro de su bisabuela fue un hecho que marcó a toda la familia durante generaciones. Acudió con una foto de la niña secuestrada que le mostró a Marc. Fue un momento que todos vivimos con cierta emoción. Tras la presentación, un aperitivo de canapés, vino tinto y Bloody-Mary dieron a la tarde el color de la novela.

Esta es la segunda novela del autor. Hace algo más de un años tuve la oportunidad de entrevistarlo por su primera novela "Montecristo". Ahora nos presenta su segunda novela "La mala dona" (La mala mujer) la cual está siendo un éxito en toda Catalunya.

 

La novela.

La mala dona es una novela basada en hechos reales que tuvieron lugar en Barcelona en la primera década del siglo XX. Enriqueta Martí era una mujer cuya mente retorcida la llevó a comerciar con niños satisfaciendo los más bajos deseos de algunos miembros de la alta sociedad de entonces. Pero su maldad va más allá, y a parte de pedófila, Enriqueta elaboraba ungüentos y remedios con la sangre y la grasa de algunos de ellos que después vendía a los mismos a los que les entregaba las criaturas.

 

ENTREVISTA

 

Has sido ganador del I Premi Crims de tinta de novel.la negra, d'intriga i policíaca. ¿Qué supone este galardón?

A parte de la ilusión, se trata de una inyección de ánimos enorme. Cuando se hicieron públicas las bases, con La mala dona a medio escribir y aún sin título, me planteé ponerme manos a la obra con cierta disciplina para finalizarla porque tenía mucha confianza en ella. El premio sirvió para recompensar el esfuerzo.

 

Una pregunta obligada. ¿Cómo ha ayudado tu profesión de criminólogo a la hora de escribir esta historia?

Cuando estudiaba Criminología tuve la idea de escribir algo relacionado con el tema pero ambientado en Barcelona. Hasta que Enriqueta no apareció, mucho tiempo después, no tuve la excusa argumental para empezar.

 

La protagonista es Enriqueta Martí, un personaje real que vivió a principios del siglo XX en Barcelona. Preséntanos a Enriqueta

Enriqueta Martí es nuestro Jack el Destripador particular. No enviaba cartas a la prensa, ni se esfumó sin dejar rastro, pero durante al menos una década secuestró y asesinó a menores de los ambientes marginales de la ciudad condal. La llamaron la vampira de Barcelona, la ogra o, como Marcpastor2titulo la novela, La mala dona (la mala mujer).

 

El móvil de sus crímenes era el económico, ya que tenía clientela fija y bastante demanda. Pero hay en ella también un lado oscuro, una necesidad de poder aterradora, algo que se aprecia en una de las escenas de la novela que es de lo más escalofriante. ¿Es posible comprender o simplemente conocer una mente como la de esta mujer?

Cien años después, y muertos todos los testigos directos de los hechos, se hace imposible entrar en la cabeza de Enriqueta. Ni siquiera físicamente: no sabemos dónde fue enterrada, aunque tengo entendido que puede que fuera a parar a una fosa común en Montjuïc. Pero podemos inferir, a través de lo que nos ha llegado por prensa (declaraciones, rumores, investigaciones...), que se trataba de una personalidad psicopática, que no se regía por ningún valor moral, y con grandes dosis de narcisismo y egocentrismo.

Enriqueta era incapaz de ver más allá de Enriqueta, y todo su mundo pivotaba alrededor suyo. Sin embargo, algo de magnetismo (¿sexual?) debía poseer, cuando manipulaba a los hombres a su antojo. En ese sentido, Enriqueta era también una vampira emocional.

 

La relación entre Moisés Corvo y su compañero Juan Malsano, es muy estrecha. Más que compañerismo, es hermanamiento. Como se ve en la novela, daría la vida el uno por el otro. ¿Existe esta relación en los cuerpos de policía en la actualidad, o son relaciones puramente profesionales?

Las relaciones bajo momentos de tensión son muy muy fuertes. Por eso mismo, cuando la presión afloja, esa misma relación puede disolverse como un azucarillo. En la novela, Malsano y Corvo pasan de compañeros a forajidos, en cierta forma, y eso les une aún más para perseguir al monstruo que acecha la ciudad.

 

¿Llegaste a averiguar si hubo proceso de investigación en el caso de Enriqueta Martí? ¿Hubo algún Moisés Corvo?

La investigación no existió. Sí hubo una judicial, posterior, en la que participaron los forenses Ortiz y Saforcada, el juez Prat o el inspector Buenaventura Sánchez, todos ellos personajes en La mala dona.

Aprovecho para pedir disculpas a Buenaventura, porque lo he pintado bastante mal, y el pobre hombre hizo todo lo que pudo para averiguar la verdad sobre Enriqueta. Sería lo más cercano a un Moisés Corvo, aunque la licencia literaria lo haya convertido en un pequeño obstáculo en la investigación.

 

¿Qué se sabe de Enriqueta Martí, una vez detenida y encarcelada?

Casi todo rumores. Se sabe que primero intentó negar los hechos, que luego quiso llevarse a más gente por delante amenazando con tirar de la manta, que al poco tiempo se intentó suicidar en la cárcel cortándose las venas con un peine...

Hay diferentes versiones sobre su muerte, las más morbosas son las que aseguran que las presas la lincharon en el patio de la cárcel, o que una noche los celadores se dejaron la puerta de la celda abierta y alguien pagado por gente influyente la asesinó.

En La mala dona hay una versión alternativa que no desvelaremos ahora...

 

Creo que en la presentación conociste a una chica que era familiar de una de las niñas secuestradas por Enriqueta. ¿Cómo fue ese encuentro?

De hecho, uno o dos días antes yo había ido a un programa de radio a hablar de la novela, y al salir me comentaron que tenía una llamada. Es familiar de una de las niñas secuestradas por Enriqueta, y se había quedado pálida al escuchar la historia que tantas veces había oído en su Marc -celiacasa. Ya sabes, las típicas advertencias de no hables con desconocidos, no entres con gente que no conozcas en su coche, etc...

Dice que sintió el impulso de llamar sin saber muy bien por qué. La invité a la presentación y vino. Fue muy emocionante, y se me pone un nudo en la garganta al pensar que Enriqueta sigue dejando su poso de maldad incluso un siglo después de sus crímenes.

 

¿Qué es lo más sorprendente que has encontrado durante el proceso de documentación?

Que todo era extraordinariamente literario. La realidad era ya una novela, y había que sacrificar muchas cosas y muy interesantes en beneficio del ritmo narrativo. ¡El guitarrista ciego que daba clases era real! Las tarotistas, prostitutas, los serenos, los jueces... todos tenían vidas curiosísimas. Joan Amades, el folklorista, había sido trapero y había tenido negocios con Enriqueta.

 

¿Has redescubierto Barcelona mientras escribías esta novela?

Completamente. Conocía la Barcelona de Gaudí, la del modernismo, la que exportamos hoy. Pero detrás de esas luces hay unas sombras que han permanecido ocultas durante muchos años, y que he ido rescatando para La mala dona.

Es una Barcelona sucia, de tinieblas y luces de gas, donde en una calle tienes gente de mala vida desangrándose por unas cuchilladas y en la contigua a la burguesía rica disfrutando de la ópera. Es la Barcelona gótica. No dejeis de leer La felicitat de Lluís Antón Baulenas y, sobretodo, La Xava, de Juli Vallmitjana.

 

¿Crees que has contribuido a colocar una pieza en la historia de la ciudad?

Creo que, al menos, a ficcionar una parte de la leyenda negra de la ciudad. No solo a retratar lo que pasó, sino a jugar con los hechos, siendo respetuoso con estos. Era lo que más me apetecía. Hay que reivindicar todas las barcelonas, que son muchas y dispares.

 

Resulta muy original que sea la muerte quien narra toda la historia. Incluso en algún momento se burla de los propios investigadores…

Al fin y al cabo, y pese a que primero intente limitarse a un papel de narrador, la Muerte es quizá la máxima protagonista de la historia. Todo gira a su alrededor, y por eso incluso a veces tiene que bajar de su púlpito e intervenir. Me divertí mucho hablando a través suyo.

 

¿Te ha resultado difícil crear una historia de ficción partiendo de personajes reales?

Quería que los personajes hablaran como hablaban en realidad. Que usaran sus mismas palabras, sus dejes, sus expresiones, y que actuaran como actuaron. Eso fue lo más costoso, porque marca el terreno de juego. A partir de ahí, todo es cuestión de ser más o menos flexible, y adaptarse a ellos. Cuando un personaje real interactúa con un personaje inventado, pasan cosas que podrían haber pasado, pero que no quedaron plasmadas en la prensa o las informaciones de la época.

Ya lo hice un poco con Montecristo, donde los republicanos fugados de Mauthausen compartían escenas con espías reales, mandos del campo de concentración, Francesc Boix o el mismo Heinrich Himmler.

 

Algunos de los personajes secundarios son, cuando menos, inquietantes, como el doctor Isaac Von Baumgarten, o incluso entrañables, como el ilusionista Makarov. Ya sabes que tengo cierta debilidad por los secundarios de tus novelas. ¿Cuál es para ti el favorito? ¿A cuál tienes un aprecio especial?

¿Queda mal que diga que no tengo favoritos? Soy de la opinión que si voy a poner un secundario, al menos darle un alma. Quiero que cada secundario pueda ser el protagonista de su propia novela. Más que nada, porque alguno de ellos lo va a ser, y me gusta que tengan una buena tarjeta de presentación. Von Baugmarten tiene un proyecto de cómic que me haría ilusión realizar algún día, junto a uno de tus malos favoritos de Montecristo. Y al Gólem y Caraniño les tengo muchísimo cariño, porque además están inspirados en policías reales.

 

En la novela hay muchos guiños a algunos clásicos de la literatura, sobre todo de terror. ¿Es una debilidad del autor o exigencias de la historia?

Si voy a explorar un género, lo primero que hay que hacer es darle las gracias a los grandes. Cuando escribí sobre aventuras, lo hice con Dumas en la cabeza. Ahora que es terror policíaco, no hay duda que Poe/Stevenson/Conan Doyle se llevan su homenaje.

 

Le has dado mucha importancia a los lugares en los que operaba Enriqueta Martí y creo que es una de las claves de la novela. Cuéntame un poco la idea de la ruta de La mala dona…

Es algo que envidio de las grandes capitales europeas. En París, Londres, Praga, Edimburgo, Dublín, Amsterdam... hay rutas dedicadas a las leyendas negras de cada ciudad. De criminales célebres a catástrofes como la peste, pasando por la piratería o la brujería. En Barcelona nos falta algo de eso. Sé que hay rutas más o menos similares, pero nos falta el teatro, la escenificación. Aquí son muy informativas, pero eso no es incompatible con el ocio y el pasar un poco de miedo. ¡La mala dona no da para una ruta, da para muchas! La más centralizada sería la del triángulo formado por la calle Joaquín Costa, Tallers y Picalquers, y todas las callecitas del Raval donde se movía. Allí tenía tres pisos, y su herbolisteria, y había vaquerías, comisarías, teatros como el Molino y el mercado de la Boquería o el Liceu... Y la ruta más larga ya nos llevaría al parque de la Ciutadella (donde había el Saturno Park, con montañas rusas y puestos de refrescos) o al Casino de la Rabassada (el más grande de Europa en la época, y ahora en ruinas enterradas por la maleza).

 

Tu novela demuestra que no sólo hoy en día existen asesinos y secuestradores de niños sino que han existido siempre. Simplemente los medios de comunicación hacen que parezca que es algo nuevo. ¿Cómo influyen los medios en este tipo de crímenes?

Hoy en día este tipo de crímenes son el fast food de la prensa. Hay un gran estruendo cuando aparecen, se sigue con interés los primeros días, y se esfuman cuando aparece otro gran crimen mediático.

 

¿Estás trabajando en una nueva novela?

Empecé a escribirla hace unos días, y significa un cambio de género y estilo. Nos adentramos en los límites de la realidad, la Twilight Zone, en una Barcelona actual...

 

Muchas gracias, Marc, y suerte con la novela.

Gracias a ti, Celia.

 

ver + Marc Pastor

 

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