Entrevista a León Arsenal por "Los lugares secretos"

León Arsenal es un escritor polifacético al que no le gusta encasillarse. Ha publicado con éxito novela histórica, ensayo, fantasía y thriller. Dentro de esta última categoría figura su último trabajo y motivo de esta entrevista, Los lugares secretos (Martínez Roca, 2009).

ENTREVISTA

Gran parte de la trama se basa en los símbolos ocultos que figuran en muchos monumentos de Madrid. Y Madrid no sólo es un escenario, es un personaje más de tu libro. ¿De dónde provino la idea?

Muchas novelas no nacen de una idea, sino de una acumulación de ellas. Es el caso de Los lugares secretos. Madrid, como todas las ciudades grandes y antiguas, tiene historia y monumentos de distintas épocas que se superponen. Muchos de esos monumentos son desconocidos para los propios madrileños, aunque los tengan ante los ojos. Y mucha de esa historia (como los episodios del Pequeño Diluvio o León el Armenio) está olvidada. De ahí he procurado sacar provecho y sí, Madrid se fue convirtiendo poco a poco en uno de los protagonistas de la novela. Fue un proceso natural, no algo buscado.

¿Has encontrado mientras te documentabas o escribías la novela algún tipo de señal que pudiera relacionarse con esos símbolos?

Más de una vez he comparado a los thriller históricos con los collages. Como en éstos, recortamos pedazos de historia real para componer una trama. Lo que pretendo como escritor es ofrecer a los lectores una ficción, no una supuesta «historia oculta» que pretenda vender como real. Hay muchos puntos oscuros, muchos misterios en muchos de los monumentos antiguos de Madrid, pero corresponde a los historiadores o a los expertos en arquitectura desentrañarlos.

¿Existe alguno o algunos símbolos que hasta la fecha no hayan podido explicarse?

Muchos, como apuntaba antes. No pocos están sometidos a discusión. Ocurre por ejemplo con los símbolos pintados en el gran salón de Actos del Ateneo de Madrid, que aparecieron hace unos años al realizarse la restauración. Unos los consideran teosóficos y otros les niegan esa cualidad.

Ahora mismo, por ejemplo, hay en marcha estudios muy serios de arquitectos sobre los Jardines del Capricho, la disposición de sus elementos, los símbolos usados. Son sólo dos ejemplos. Sí que se están haciendo trabajos rigurosos, muy alejados de los tinglados de los vendedores de misterios en cada esquina.

¿Qué lecturas recomendarías a aquellos de nuestros lectores que quisieran saber más sobre el tema?

Les recomiendo acudir, por ejemplo, a los libros del Servicio de Publicaciones de la Comunidad de Madrid. Ahí se han publicado no pocas monografías muy serias sobre la arquitectura madrileña.

Arquitectura, historia, religión… son muchos los temas que aparecen en tu novela y todos tratados con esmero. El proceso de documentación ¿fue especialmente arduo?.

Siempre lo es. Es parte del trabajo. La gente considera que escribir una novela es sólo sentarse y darle a la tecla. Pero lo cierto es que la documentación es pieza esencial.

Y no sólo sobre eso. También tuve que documentarme sobre el funcionamiento de la policía española, por ejemplo, para evitar detalles chuscos (que con demasiada frecuencia vemos en las novelas españolas).

Francisco de Vargas, el Averiguador, es el secretario de los Reyes Católicos y el encargado de "averiguar" temas un tanto delicados. ¿Está basado, tanto el personaje como su trabajo, en algún personaje real de la época?

Fue un personaje real. Era miembro de los Vargas, la familia noble madrileña para la que trabajó en su tiempo San Isidro. Fue secretario de Fernando el Católico y le apodaban el Averiguador por su habilidad para desentrañar misterios. Está enterrado en la Capilla del Obispo, tal como menciono en la novela.

Es muy probable que muchos madrileños, por no hablar de los turistas, no conozcan algunos de los lugares que aparecen en tu novela, como las galerías subterráneas del barrio de San Pedro o el cementerio de la Sacramental de San Justo. ¿Existen tal y como tú los dibujas? ¿Se pueden visitar?

Los túneles bajo el Barrio de San Pedro no, a no ser que sea uno amigo de uno de los comerciantes cuyos locales tienen bodegas que dan a algún túnel.

La Sacramental de San Justo sí está abierta al público y sus patios superiores son de una gran belleza, aparte de que el visitante encontrará allí las tumbas de docenas de prohombres de nuestra historia.

Ahora, cuando paseas por Madrid o por cualquier otra ciudad del mundo, ¿te fijas con renovado interés en los edificios, en sus características y detalles?

Sí, por supuesto. No hay nada más traicionero que lo cotidiano. Nada oculta más. Pasamos junto a detalles que, justo porque han estado siempre ahí, nuestro ojo parece no captar. En Madrid hay que levantar los ojos y, desde luego, siempre encuentra uno una sorpresa.

Novela histórica, thriller, fantasía, ensayo… ningún género parece resistirse a tu pluma. ¿Con qué sorprenderá León Arsenal a sus lectores próximamente?

Estoy embarcado en escribir una novela de género negro. Es algo que nunca había hecho y, como siempre que uno explora un campo literario nuevo para él, supone todo un reto, sin duda.

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