Anika entre libros

Entrevista a Juan Bonilla por "Basado en hechos reales"

"Me interesan los personajes que de alguna manera declaran la guerra al mundo que les rodea"

Firman: Carlos Ferrer y Jorge Borondo / Fotos: autor / Agosto 2007

 

Nota de Anika: esta es una entrevista a dos bandas. Por un lado nuestro colaborador Carlos Ferrer entrevistó a Juan Bonilla respecto a la literatura en general y su obra en particular, y por otro nuestro otro colaborador Jorge Borondo, respecto a su libro de cuentos "Basado en hechos reales", aunque también aprovecha para ampliar la visión de Juan Bonilla respecto a la literatura. He decidido unir ambas entrevistas en una para que resulte más interesante.

 

Introducción de Carlos Ferrer

Juan Bonilla (Jerez de la Frontera, 1966) tiene en su haber varias novelas entre las que destaca "Los príncipes nubios", premio Biblioteca Breve, varios libros de poemas, entre los que cabe mencionar "Buzón vacío", y cuatro libros de cuentos, el último de ellos "Basado en hechos reales", una amplia selección de sus relatos. Unos relatos que nacen, según el crítico Ángel Basanta, de la "observación inteligente de la realidad" y que se caracterizan por la "ironía, el ingenio y el humor en su visión crítica, no exenta de ternura, de la sociedad actual".

Bonilla acaba de publicar "La Costa del Sol en la hora pop" (Fundación José Manuel Lara) y saltó a la popularidad tras "Nadie conoce a nadie".

 

 

ENTREVISTA

 

Carlos Ferrer pregunta

En sus cuentos predomina el personaje solitario y desarmado frente al mundo, así como las reflexiones acerca de la soledad.

Es uno de mis temas tópicos. Me interesan los personajes que de alguna manera u otra o declaran la guerra al mundo que les rodea o ese mundo que les rodea les declara la guerra a ellos. Me interesan los enfermos, la manera en que la enfermedad te aísla del mundo, te convierte en un solitario y por eso en mis cuentos aparecen tantas congregaciones de solitarios que se unen, porque comparten una obsesión. Casi todos son solitarios que saben que lo son, que luchan contra la condición de serlo y que siempre se dan cuenta de que es imposible salir de esa condición.

El cuento es un género extremado, sólo funciona en el país más rico del mundo (EE.UU.) y en los más pobres, porque es el único género en el que pueden publicar los jóvenes.

 

Esa condición es el estatuto del desubicado...

La realidad de golpe te convierte en un desubicado, en un extranjero, en alguien que pierde el idioma con el que comunicarse con los demás y con el que se comunica con sí mismo, y se convierte en un extraño. Cómo el mundo coloca a un personaje en el alambre me resulta fascinante desde el punto de vista narrativo para examinar el tema esencial de la literatura, la pugna entre intimidad e identidad. Intimidad es aquello que eres tú y sólo tú sabes que eres e identidad es aquello que tienes que ser ante los demás.

 

Stendhal afirmó que la novela debe ser un espejo a lo largo del camino.

Es una frase espléndida para soltarla en la sobremesa, pero que ayuda muy poco cuando estás escribiendo una novela. Cuando escribes una novela los mandamientos programáticos, las recetas a priori, realmente sirven de poco. Es curioso que cualquier tipo de receta literaria tiene que hacerse siempre a posteriori, no tiene sentido a priori, por eso todos los programas literarios terminan en fracaso.

Los poemas de vanguardia, escritos con una plantilla por los surrealistas y ultraístas, tienen un resultado que se atiene a esa plantilla, pero realmente los grandes poemas surrealistas son los que se saltan esa plantilla y son algo más que esa plantilla.

 

Entonces, ¿el valor de los talleres literarios?

Pueden ser muy útiles para servir de campo de pruebas, de ensayo, pero los mejores profesores de talleres literarios son aquellos que, una vez les dan los instrumentos a los alumnos, les dicen que pueden prescindir de ellos y volar por sí solos. Si no, los resultados serían copias unos de otros.

 

¿Hasta qué punto es importante el detalle en sus novelas?

Fundamental. Creo que la poesía de las cosas, lo que somos está conformado con detalles. Los detalles identifican a los personajes, no veo otra manera de identificar de veras a un personaje y por eso no me gustan los escritores que retratan a sus personajes con brochazos rápidos sin centrarlos en lo que da vida a los personajes, los detalles.

  

Usted tradujo a Coetzee y a Conrad.

Traduje "Infancia" de Coetzee, pero no a Conrad. Hice un prólogo para un libro de Conrad, pero al no salir el nombre del traductor, me asignaron la traducción.

En unos meses salen dos traducciones mías más, del norteamericano Dennis Cooper y una biografía de Melville en Seix Barral. Ahora estoy traduciendo a Graham Greene.

 

Entre sus autores preferidos podemos citar a Martin Amis, Javier Marías, Lorenzo Silva, Justo Navarro.

Sí, algunos con más pasión que otros. Mi autor preferido, del que me he leído todas sus novelas, es Vladimir Nabokov, el gran escritor del siglo XX, pero hay otros escritores gigantescos, como Melville, algunas novelas de Amis, el cuentista que hay en Cortázar. También Borges o Philip K. Dick.

 

 

Introducción de Jorge Borondo:

 

Tras el gran éxito de crítica, premios y público que supuso su última novela, "Los príncipes nubios", se edita ahora "Basado en hechos reales", una recopilación de los mejores cuentos de Juan Bonilla, escogida por el propio autor. Esta nueva obra supone una nueva faceta para el autor que saltó a la fama por aquel best-seller juvenil de Semana Santa y juegos de rol. En él encontramos a un Bonilla versátil, pleno de imaginación, ironía y ternura, que sabe conjugar historias diferentes en estilo, tono y argumentos, pero sin perder su personalidad. Una personalidad que nos muestra a un tipo culto, honesto y sincero, como pudimos comprobar en esta entrevista.

 

Jorge Borondo pregunta

"Basado en hechos reales" es un libro de cuentos, un género que no parece gozar hoy día, salvo en EE.UU., de mucha repercusión. Ni los críticos ni los lectores de a pie parecen darle demasiada importancia. ¿Esta nueva antología es una reivindicación del cuento como género mayor?

Seguramente el del relato breve sea el único género en el que un libro, cualquier libro, es una apuesta por el género, además de una reunión de relatos. Una apuesta del editor, del escritor que sabe que le van a decir que escribe piezas de juanbonilla1un género sin mucha repercusión, del lector que lo compra. No creo que haya géneros mayores o menores: hay literatura que importa.

Literatura que importa (o me importa) son los aforismos de Lichtenberg, las greguerías de Gómez de la Serna: en cualquier gota de esos dos escritores hay más literatura que en tantas y tantas novelas muy vendidas. Pero creo que estoy incurriendo en lamentables obviedades.

No estoy del todo de acuerdo en que el del relato breve sea un género que sólo alcanza repercusión en EEUU. También en Latinoamérica, y dependiendo de quien sea el autor en otros países. Ahí tienes a Gavalda en Francia, que con un libro de cuentos puede estar entre las más vendidas, o a Sergi Pámies en Cataluña. la situación no es tan desesperante, y estoy en contra del quejarse como norma de vida.

 

El libro está dividido en tres partes, a modo de clasificación temática. Tengo entendido que ha sido usted el que lo ha organizado de tal forma ¿Con cuál de las tres partes se identifica más como escritor y como lector? (si es posible esa diferenciación).

Inevitablemente con las tres. En la primera, en efecto, se reúnen cuentos de amor o pasión amorosa, en la segunda, un poco de realismo absurdo y delirante (como en el cuento La ruleta Rusa o en uno de mis favoritos, Record del Mundo), y en la tercera, pues eso, personajes secundarios subidos a la categoría de protagonistas absolutos. Hay ahí un cuento que me duele leer: Encuentro en Berlín, y otro que directamente ya no soy capaz de leer: Paso de Cebra.

 

Personalmente me quedo con "De lo que es capaz la gente por amor", de los que seguro le han preguntado más de una vez si están "basados en hechos reales". Aunque a nivel temático, puedo entender que como escritor resulte más atractiva la segunda parte ("Un mundo raro"), por tratar temas o personajes menos convencionales. De esa parte, "Vitíligo" es de mis favoritos. ¿Tiene usted también sus favoritos o no hace diferenciación entre sus obras?

En total he publicado medio centenar de cuentos y aquí hay dieciocho: o sea, que mis favoritos son estos. Me gustaría pasado el tiempo hacer una nueva selección: quizá de estos dieciocho entonces sólo queden diez. Quizá entonces haya escrito cinco o seis que desalojen a los que hay aquí.

 

Esa primera parte la relaciono con una novela suya muy poco conocida y que a mí me tocó la fibra: "Yo soy, yo eres, yo es", con su famosa fábula del ratón y la jirafa (que muchos no saben siquiera que aparece en ese libro). ¿Qué queda de ese escritor prometedor? Creo que esa etiqueta no le gusta demasiado.

La etiqueta no me gusta nada porque voy a cumplir cuarenta y uno el mes que viene y estoy muy contento con mis canas. De todas maneras, "Yo soy, yo eres, yo es", es uno de mis relatos favoritos, sin duda alguna. Y si no mucha gente lo conoce no es por culpa mía ni por culpa de las editoriales, pues de mis libros quizá sea, después de "Los príncipes nubios", el que más veces y en ediciones distintas se ha editado.

 

Su libro, aparte de variado en estilos y temas, está plagado de buenas ideas ¿De dónde parten esas ideas? ¿Tiene truco su imaginación?

Se trata de llevar al extremo una ocurrencia, una vivencia, un suceso leído en el periódico. Utilizar eso de trampolín para que la imaginación opere a sus expensas. ¿Truco? Supongo que hay. Pero en los buenos casos de magia, el truco no se nota. Si se nota el truco, no hay magia.

 

Cuando comienza a escribir, ¿siempre sabe que su texto será una narración corta o por el contrario la tentación de una novela sobrevuela en algún caso? Lo digo porque hay veces que a uno le da la sensación que hay cuentos en los que no se ha contado todo, o que forma parte de algo que podía ser más grande. ¿Está de acuerdo?

No sé si estoy de acuerdo. Los casos son muy distintos, quiero decir, que cada cuento trae, por decirlo así, su propio cuento. En efecto puede que en algún caso me haya tentado alargar la situación para obtener el mérito -al menos mercantil- de una novela, pero la primera regla consiste en no hacerse trampas a uno juanbonilla-portadasmismo.

 

Su nombre saltó a la fama por la novela "Nadie conoce a nadie". Seguro que se lo han preguntado mil veces, pero tengo que hacerlo una vez más. Esa novela se convirtió en su día en un referente para los jugadores de rol, y su popularidad aumentó con la película de Mateo Gil. ¿Qué piensa de todo aquello? ¿Le pilló por sorpresa?

Me pilló por sorpresa, claro que sí. Pero hace casi diez años de todo aquello. Ya sólo me acuerdo de esa novela cuando a finales de año me llega un cheque de la SGAE.

 

Por otra parte, ¿le interesa el cine? ¿Quedó satisfecho con la adaptación fílmica de su novela?

El cine me interesa mucho, como a ti, como a todo el mundo. No hay día en que no vea una película.

En cuanto a la adaptación, quedó claro desde el principio mi política de no intervención. Cedí los derechos, di vía libre a Mateo Gil para que hiciera suya la novela y la llevase adonde quisiese y eso es lo que hizo.

 

En sus textos, a veces uno identifica influencias literarias. Creo que había algo de Paul Auster en "Nadie conoce a nadie", por ejemplo. En esta antología de cuentos hay más variedad. ¿Quiénes son sus cuentistas favoritos? ¿Se siente deudor de ellos?

Son muchos. Son tantos que quizá he conseguido no parecerme a ninguno. Me gustan mucho los relatos de Nabokov. Me gustaron hasta lo enfermizo los de Borges, al que le he perdido el gusto. Hay algunos de Dorothy Parker que me encantan. Los de Isak Dinesen. Me gusta Quim Monzó. Y luego decenas de relatos de autores que a lo mejor así en general no me gustan, pero un relato suyo, un solo relato, me parece soberbio. Un ejemplo: Daniel Sueiro y el relato El día que subió y subió la marea, el primer relato que siendo yo niño me tocó físicamente como la cercanía del mar.

 

Su último libro "La Costa del Sol en la hora pop" analiza la evolución de Marbella desde los años 60, como oasis de libertad, hasta convertirse en el paraíso hortera que es actualmente. ¿Qué es lo que más le interesa de este fenómeno sociocultural?

El dinero que me pagaron por escribir el libro. Es un libro de encargo. Soy periodista. Investigué, lo hice lo mejor que pude y lo firmé.

 

¿Cuándo vuelve a la ficción?

Estoy en ello.

 

Una última pregunta. El escritor Jose Ángel Mañas denuncia la decadencia cultural de la sociedad y en concreto, de la literatura, que según él, obliga al escritor a bestsellerizarse ("añadiendo un punto de comercialidad temática y de suspense" a sus obras) o morir. ¿Cree que está tan mal la cosa? ¿O no sólo de Dan Brown vive el lector actual?

Eso mismo, con menos contundencia y acaso más ironía que Mañas, lo decía yo en un artículo titulado Literatura y Compromiso (en mi libro Teatro de Variedades). No sé de lo que vive el lector actual y me da, sinceramente, igual. Sé que, a la par que esos grandes monstruos como Dan Brown, Zafón y Javier Sierra, no paran de aparecer editoriales pequeñas que si se mantienen vivas es porque hay un público que lo permite. Sé que nunca antes se ha traducido tanto a autores de tierras remotas y épocas distintas y distantes. Sé que cada vez hay menos libros imponentes y necesarios por traducir a nuestro idioma. Sé que hay un montón de gente que se lo curra y arriesga y va a lo suyo. Eso es lo que sé. Lo de la bestsellerización o no, la verdad, me trae al pairo.

 

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