Anika entre libros

Entrevista a Jordi Sierra i Fabra por "Cinco días de octubre"

"Acabo de escribir mis memorias literarias. En 2012 se cumplen cuarenta años de mi primer libro, cuatrocientos libros y diez millones de ejemplares vendidos"

Firma y foto: M. Dolores García Pastor / Foto de cabecera: Herme Cerezo / Abril 2011

 

Es difícil seguirle la pista a Jordi Sierra i Fabra. Resulta complicado hasta para él saber sobre cuál de sus libros en promoción le van a preguntar. Y es que con cuatrocientas obras publicadas en sus casi cuarenta años como escritor no es para menos. "En ocasiones tengo que preguntarle a los periodistas sobre qué libro vamos a hablar", me cuenta "y rápidamente cambiar el chip". En estos momentos está centrado en la promoción de "El caso del loro que hablaba demasiado" (la segunda entrega de las aventuras de la detective Berta Mir), "Cinco días de octubre" (que cierra la trilogía que empezó con "Cuatro días de enero") y "Un poco de abril, algo de mayo y todo septiembre". Un no parar.

Cuando se abre la puerta de la sala en la que me espera, y después de saludarnos, le digo: "Ya te dije que me buscaría alguna excusa para poder volver a charlar contigo". "Sabes que no te hacen falta excusas", me responde. Y sé que es verdad y que en medio de su ajetreada vida este escritor siempre encuentra un rato para dedicar a sus lectores.

 

ENTREVISTA

 

Háblanos de Miquel Mascarell. ¿De dónde surgió la idea que te llevó a iniciar esta trilogía?

Hacía veinte años que tenía en la cabeza hablar de esos cuatro días de enero. El 22 de enero todo el mundo se va al exilio. Barcelona se queda sola. Enero. Frío. Hambre. Esperando que llegue Franco. Una espera de aquellas que podía durar unos días, unas semanas o meses. Yo quería hablar de estos cuatro días y no sabía cómo. ¿Una novela romántica? Él sierrafabra-trilogiase va al exilio y ella se queda porque no se puede ir. Mmmm. ¿Una novela histórica? Al final cuando tienes dudas, un tema que no sabes tratar, yo siempre opto por la novela policiaca.

 

Pero también tiene mucho de historia de amor. En la primera entrega Mascarell se queda a esperar que llegue Franco para no abandonar a su esposa enferma. Y luego está su historia con Patro.

Exacto. A Patro la conoce en la primera y la reencuentra en la segunda. Le vuelve a salvar la vida. Al acabar el segundo libro ella le dice, somos dos trozos de vida solitarios, ¿te vienes a vivir conmigo, señor Mascarell?

 

Y hubo segunda parte. ¿Lo concebiste como trilogía desde el principio?

No, en absoluto. Cuando acabé el primer libro me decían "qué bueno este personaje de Mascarell". Me decían "no lo mates". Y como los números pares no me gustan, o tres o cinco o siete, así que decidí que haría dos más. En el segundo quería que volviera a Barcelona y en el tercero quería que entendiera por qué seguía vivo y aceptase la vida.

 

Hay quien dice que el tema de la guerra y la posguerra española ya no dan más de sí, literariamente hablando.

Yo creo que sí, que siempre habrán historias. Esta es una novela policiaca ambientada en esa época, los últimos días de la guerra, la posguerra… Cuando trabajaba en Cuatro días de enero y decía, "estoy escribiendo una novela policiaca" no despertaba mucho interés pero si dices una novela policiaca ambientada en los últimos días de la Guerra Civil la cosa cambia.

 

¿Y acabarás aquí con Mascarell o seguirás hasta hacer cinco?

No, en teoría acabo aquí, a no ser que me lo pida la editorial. Y es que mira, la versión en catalán en quince días dos ediciones. Sí es verdad que me gusta mucho esta época para novelar tanto que en noviembre sale también en esta casa un libro así de gordo (hace gesto con la mano), un tocho, sobre la emigración que llegó a Cataluña procedente del sur de España a finales de los años cuarenta. Es la historia de una familia que llega a Barcelona, su integración… ya te digo, me interesa mucho esta época. Pero creo que a Mascarell ya hay que dejarlo descansar.

 

El libro te sirve también un poco como pretexto para darle caña a la iglesia, a los gobernantes…

Eso lo hago más en otro libro que se llama Las guerras de Diego. Es una constante en la historia de España que siempre que la izquierda ha querido cambiar algo ha habido un golpe de estado. Siempre que se han intentado buscar libertades la iglesia desde los púlpitos se ha pronunciado metiéndole miedo a medio país. Siempre, siempre hemos tenido guerras o púlpitos. La Ilustración se nos pasó de largo por la Inquisición. Y así siempre.

 

¿Es la ideología de Mascarell la del propio Jordi Sierra i Fabra?

No necesariamente. Es la ideología de cualquier tipo de izquierdas que quiere ser libre, que le han robado la juventud, como me la robaron a mí, las libertades, la familia muchas veces… y eso es irrecuperable. Yo respeto todas las ideas y a aquellos que quieren ir cada día a misa. Pero pienso, Jesucristo, que existió, no habló de todo eso.

 

Era un hippy.

Exacto. No es esa ideología monolítica. Pero está claro que todas esas cosas han de decirse con cariño y con respeto. En este caso, un republicano que ha visto lo que ha pasado, tragando piedras de molino.

 

También se te intuye pacifista.

Eso sí, eso es herencia hippy.

 

Y en el párrafo que hace referencia a la sección femenina se te ve mucho en plumero: tú estás por la igualdad entre géneros.

Pero es que eso ha existido. Nuestras madres, nuestras abuelas, tragaban con eso. Y no hace tanto, estamos hablando de los años 40. Al final del libro también hay unas arengas de Queipo del Llano y de Mola que no tienen desperdicio, durísimas.

 

Como siempre que te leo encuentro frases que se pueden extraer del texto y que están llenas de sentido.

Me pasa a menudo que llega alguna lectora con frases subrayadas de un libro mío y las extrapola, y pienso "¿las he hecho yo? Vaya, qué buenas".

 

Un ejemplo, cuando Soledad Muro habla con Mascarell y le pregunta cuándo va a acabar la guerra él le responde: "nunca terminará mientras queden cadáveres de uno y otro lado en zanjas, campos y cunetas de toda España".

Esta es mi guerra desde que escribí Els focs de la memoria que ganó el Premio Bancaixa Ciutat d'Alzira de Narrativa Juvenil en 2007. Los 90.000 muertos que están enterrados en las cunetas. Es increíble, la guerra acabó hace setenta años y aún están ahí. Y dicen algunos políticos que eso sería desenterrar viejas heridas. Hay gente que tiene a su padre, a su abuelo… enterrados en una montaña, un camino… no saben dónde, por ahí, no pueden ni llevar flores a un cementerio.

Yo destaco poco pero de tanto en tanto me enfado. Hace unos años en la Feria del Libro de Guadalajara en México, estando con Saramago y la hija de Rigoberta Menchú, presentando un libro sobre Guatemala, Saramago dijo "Guatemala ha tardado diez años en desenterrar a sus muertos, diez años de sufrimiento, diez años en los que la gente no podía llevar flores a sus tumbas…" Y claro, lo decía como si fuera muchísimo, y yo no pude contenerme y le dije: Saramago, que usted vive en España y allí tenemos 90.000 hace setenta años y siguen enterrados, ¿cómo que diez años, ooooh? Me parece muy bien pero habría que hablar también de esos otros. Es verdad, es verdad, dijo él.

Desgraciadamente seguimos igual.

 

Y otra de tus frases que para definir esos años dice, "Son días confusos en los que la línea que separa el bien del mal es muy delgada".

Sí, de hecho es un libro de derrotados, él es un derrotado. Ella es una ex prostituta…

 

Pero también lanzas un mensaje positivo, "aunque seas un derrotado tienes derecho a la felicidad", todos lo tenemos. Háblanos de los personajes.

Benigno Sáez es real, nombre incluido. Es alguien que me intentó hacer daño hace cuarenta años y cuando creé este personaje supe que tenía que llevar su nombre. Hacía tiempo que buscaba un personaje siniestro, malo y este es él. El campo de fútbol es real y los dos campesinos que daban agua a los niños que jugaban allí también son de verdad. El resto son inventados con cosas de aquí y allá.

 

¿Hay en el libro parte de tu memoria o la de tu familia?

No, la que hay es la memoria de Francisco González Ledesma, él es el "garganta profunda". Mi madre de esa época recuerda muy pocas cosas. Alguna cosa sí, las fotografías en las que veo los peinados que llevaban o cómo vestían… Pero el hecho histórico se lo debo por completo a Ledesma. Lo del maquis se me ocurrió hablando con él. Los hechos pasan en esos días de octubre porque es cuando se hizo el juicio a ochenta de ellos que ejecutaron al año siguiente y es un homenaje a los últimos maquis. Un homenaje a los últimos luchadores antifranquistas.

 

Y ahora ¿en qué estás trabajando?... si se puede preguntar.

Bueno, tú ya sabes que yo nunca hablo de lo que tengo que hacer. Lo que sí te puedo decir es que acabo de escribir mis memorias literarias. En sierraifabra22012 se cumplen cuarenta años de mi primer libro, cuatrocientos libros y diez millones de ejemplares vendidos. Como son números muy redondos y el año que viene es el aniversario saldrán mis memorias. Pero no habrá cotilleos musicales. Es más, todos mis libros uno por uno, cuándo los he hecho, cómo los he hecho, por qué los he hecho y al principio algo de mi vida, cómo empecé a escribir y por qué escribo.

 

Con todo eso no te van a hacer falta los cotilleos musicales. Literariamente tienes muchísimo que contar.

Pero es algo que mucha gente espera. No habrá música, alguna referencia puntual nada más, porque entonces desvirtúas el tema, ya no serían unas memorias literarias.

 

Pero de esas anécdotas de tu faceta musical sí que habrás sacado alguna historia o por lo menos inspiración, ¿no?

Sí, eso sí. Hice un libro de humor que se llamaba Mis salvajes rockeros en el que yo pasaba un fin de semana con Bruce Springsteen, Michael Jackson, Paul McCartney, John Lennon, Mike Jagger, pero era de humor. Yo quedaba como un tonto siempre.

 

Es que has escrito sobre todo.

Eso quiere decir que ya tengo una edad. Antes de tanto en tanto aparecían temas que nunca había tocado. Y me los apuntaba. Ahora incluso tengo ideas para libros que no hago porque pienso que se parecería mucho a otro que haya hecho y no quiero repetirme, de momento no se puede decir que nunca me haya repetido.

 

Pues mira que debe de ser difícil no repetirse después de cuatrocientos libros.

Dicen que un escritor en su vida hace un solo libro. Yo he hecho uno dividido en cuatrocientas partes porque siempre estoy escribiendo.

 

Y no es un decir. Cuatrocientos libros son muchos libros. Nos reímos porque Jordi me comenta que hay quien dice que tiene un negro literario. "Tú has visto mis guiones, sabes cómo trabajo, el estilo es muy difícil de imitar". Cierto y el estilo de Jordi Sierra i Fabra es muy particular, muy suyo. "Qué rabia das, Jordi", le digo, "cuatrocientos libros ya". Y seguimos un buen rato bromeando y charlando de muchas cosas más. Gracias, Jordi, por el buen rato. Estoy segura de que muy pronto tendré nuevas excusas para charlar contigo, muchas y muy buenas.

 

ver + Jordi Sierra i Fabra

 

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