Anika entre libros

Entrevista a Guillermo Roz por "Tendríamos que haber venido solos"

"Un turista accidental es carne de literatura siempre"

Firma: Fausto Tortosa / Fotos: Susana Alfonso / Abril 2012

 

Guillermo Roz, escritor argentino afincado en Madrid, nos presenta su última novela "Tendríamos que haber venido solos" que le ha hecho merecedor del premio Nuevo Talento FNAC 2012; un thriller angustioso que se debate entre el amor y el desamor, la tragedia y la comedia.

 

ENTREVISTA

 

¿Esta opera prima es un ejercicio entorno al amor y al desamor?

Yo creo que el amor es el disparador de todas las historias en realidad, ¿no?, el amor y el desamor; lo que es curioso es que el resultado final del amor o el desamor, o mejor dicho del amor mal dado, y del desamor es el mismo, deja dos sufrientes, dos solos, con lo cual el arte más difícil de elucubrar es el de dar amor finalmente, es el más difícil de todos, porque, y en el caso de Norberto tú te fijarás, que es el ejercicio más difícil de dar amor, es con un hijo, no con una pareja. El ejercicio del amor que a mí me interesa tratar en la novela es el ejercicio del amor familiar, de cómo te relacionas con los miembros de tu familia, y se ha dicho más de una vez, porque se habla mucho que la novela es una tragedia, o una tragicomedia, que la familia puede ser tu primera tragedia; en tanto y en cuanto no te sepan querer, tu vida va a tender constantemente a la tragedia, a la relación ineficaz con los otros; las relaciones humanas en general están determinadas por cómo te supieron querer tus padres, y esto que es tan argentino, tan psicológico, es una verdad como la copa de un pino.

Y después hay un asunto interesante que tiene que ver siguiendo la línea de estos dos personajes, que es el tema de la soledad: a mí la soledad en general, cuando hay una persona que me dice: "no, es que estoy solo", o "me quedé solo", me da la impresión, en primera medida, que es un mentiroso, me resulta mentira el papel de víctima, y estos dos personajes son dos víctimas que usan el disfraz de víctima, para afrontar el mundo lo mejor que pueden, pero el disfraz, el criterio de víctima, el concepto de víctima, es una máscara, para encarar tus dolores, para guillermoroz1sentirse más cómodo en el mundo, para que te traten mejor, pero también es un gran riesgo, porque como verás en Venturino, él encara el mundo a través de: "yo como estoy solo"..., eso te abre las puertas de todo, lo excusa todo, y en el caso de Norberto, esos años de tanto agobio, hicieron que él de rienda libre a todo, como lo hicieron mal, él ahora puede responder, entonces digamos que hay prototipos psicológicos, que se escudan y se excusan en sus turbias relaciones familiares, quien no sepa dar o recibir dentro de las relaciones familiares, lo que finalmente va a ser es un peligro social en la calle, cualquier persona que salga de una familia mal construida, mal constituida, cualquier hijo, padre, cuñado, o abuela, que no sepa trabajar dentro de la sobremesa familiar, cuando sale solo a la calle es un peligro social, es por ejemplo un asesino.

 

¿Cómo llega una persona a convertirse en asesino?

Una persona, nerviosa, malquerida, que malinterpretó, o que no supo transformar su dolor en amor, de alguna manera tiene que canalizar toda esa violencia instalada en el corazón. Y si esta violencia que está enquistada, se te dispara en una situación límite, y justamente tienes una pistola en el bolsillo, el mundo explota.

 

A pesar de todo el desamor o amor mal dado, hay una gran carga humorística en la obra.

Yo digo que la novela es una jaula y la llave es la comedia, la llave es la risa, la novela es una jaula de miedos, de tensión, en el momento en que pusiste el pie como lector en las primeras páginas, lo que intento como autor es encerrarte, ponerte el cepo, y si interpretas la novela en clave humorística te salvas, si no pierdes el juego, te quedas encerrado en el dolor y en la tragedia, creo que las dos interpretaciones son válidas, y puede gozar uno tanto dentro de la jaula como fuera, pero la risa es una llave posible para abrir la trampa. El límite entre la comedia y la tragedia es muy delgado, y la novela camina en ese hilo, y debe caminar en ese hilo porque es la única manera de explicar una situación tan surrealista, pero a la vez, tan verosímil, o nunca te pasó que te caíste, y cuando te levantaste, te volviste a caer en otro charco y dijiste: "¿y esto cómo me puede estar pasando a mí?, lo estoy soñando, no me puede pasar", o te quedaste encerrado en tu casa porque las llaves se las llevó tu compañera, es decir, estas situaciones, pueden ser el principio de una cadena, y quizá nunca te habrá pasado, pero quizá te pueda pasar, y esas situaciones también, tienen a los lados, como unas banquinas, como unos caminos laterales en donde acecha la tragedia, hay una cantidad altísima de muertos dentro de sus casas, porque se resbalan en la bañera, dime si eso no es horrible y cómico a la vez, en ese terreno quiero trabajar, hay una frase de Cortázar sobre un velatorio que dice: "que risa, todos lloraban", esa cosa en la que yo me remito mucho a la cultura italiana, donde tu tienes el ambiente opresivo de la familia, y que todos gritan, que hay como unos dolores ahí, hay como unos fantasmas de personajes dolientes, o que tiene una escasez económica, o esta tubo cinco hijos con aquel o con el otro, pero a su vez hay una vis cómica en el medio, en el grito, en el pataleo, esto se ve mucho en el cine, y yo he mamado mucho esta cultura, porque la cultura argentina, es una cultura atravesada por la impronta italiana del grito entre lo trágico y lo risible que a mi me identifica muchísimo y que yo he de registrar en los libros que me queden por vivir porque estoy constituido por esa cultura.

 

¿Que parte de ti está dentro de los personajes?

Mira, la anécdota del viaje en coche es verídica, o sea que fueron mis padre los que fueron, que esa señora que dice esas frases fue mi guillermoroz2abuela, esa parte es verdad, el paisaje es verdad, en este paisaje yo viví toda mi infancia, en esos campos áridos, donde un grupito de casas se fueron a asentar gracias al Banco Hipotecario Nacional, gracias a esta cosa proteccionista que tenía el último peronismo, que generaba barrios en lugares un poco insólitos, y claro, como crecí en esos parajes, había algo mágico en el ambiente, mágico en el sentido de que podía suceder hasta lo que no veías, que detrás de la pampa, de estas nadas enormes, bajo el río de la plata, en estos paisajes tan 'zen', había un quietud que de tan quieta parece sospechosa, y que en el día es extraordinaria, porque tiene algo de cosa paradisíaca, con las vacas, con los niños, el sol, y de noche pueden complicarse las cosas, porque la soledad en un lugar que está cruzado por caballos solitarios, o por gente de campo que parecen gauchos vampiros, porque salen únicamente por la noche y andan custodiando quien sabe que cosa, todos esos elementos ayudan a que el escenario se vuelva por lo menos inquietante, y si no eres de ahí y no estás sintonizado con que va a venir la tormenta, porque esto lo sabe la gente de campo, Vitorino le dice: "viene la tormenta, y si viene la tormenta ustedes se tienen que ir", y Norberto no se va, pero un hombre de campo de hubiera ido, porque sabía de lo que estaban tratando, porque conoce los tiempos de la naturaleza, este hombre es un expatriado, es un visitante, y el visitante siempre es un peligro, es decir, el turista siempre se cae, lo roban, este es un poco un turista accidental, y un turista accidental es carne de literatura, siempre.

  

ver + Guillermo Roz 

 

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentarios de los lectores:

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar