Entrevista a Guillermo Galván por "De las cenizas"

 

Guillermo Galván, periodista valenciano y escritor, es el ganador del Premio Felipe Trigo de Novela por "De las cenizas", su última novela, pero no es este su único premio. Con su primera novela, "La mirada de Saturno" obtuvo en diciembre de 1999 el Premio Tiflos (ONCE), con "El aire no deja huellas" quedó finalista del Premio Diputación de Albacete de Novela Negra en el 2001, con "Aislinn" (Sinfonía de fantasmas) ganó el Premio Río Manzanares (Ayto. Madrid) en el 2002, y tiene más menciones, XIII Premio de la Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios en diciembre del 2002.

También ha publicado relatos breves en obras colectivas como "Muelles de Madrid" (Silex, 2003) y "Cuentos solidarios III" (Punto de Lectura, 2003)

　

 

ENTREVISTA

 

Confieso sin rubor que, cuando Anika me propuso entrevistar a Guillermo Galván, tuve dos sentimientos contrapuestos. Por un lado la satisfacción de poder hablar con un excelente escritor pero, por otro, el temor a hacer el más espantoso de los ridículos ante alguien al que yo considero un coloso del periodismo. Esa es una de las desventajas de compartir trabajo con alguien al que tienes que entrevistar.

Sin embargo, ese temor desapareció por completo durante el primer minuto de nuestra conversación porque, además de ser un gran periodista, es también una gran persona, con la que me hubiera gustado pasar mucho más tiempo hablando y, sobre todo, escuchando. Así que, superado el "miedo escénico" y ante un café con leche y un té nos pusimos a charlar. Esto fue lo que salió.

Guillermo, ¿no te parece que en los últimos tiempos a todos los periodistas les ha dado por escribir algún libro?

Hombre, no creo que en mi caso se pueda decir eso. Yo empecé a escribir mi primera novela a los 48 años, o sea, que tengo una vocación tardía, y se publicó un año más tarde. Hasta entonces, pues ya sabes, lo típico, escribes cosas, las rompes... Creo que hace falta una cierta convicción personal para aproximarte a esto.

Pero por contestar más directamente, hay que tener en cuenta que estamos trabajando con el mismo material, que es el lenguaje. Así pues, no es extraño que en un momento determinado, intentes dar el paso que se podría definir como "más artístico" y que te permite jugar con otros elementos diferentes.

Tú sabes, igual que yo, que los periodistas trabajamos muchas veces constreñidos por la obligación de ajustarnos a la realidad, al menos, en la teoría. Al entrar en el campo de la novela, de la ficción, te puedes expresar con mucha mayor libertad, ser un poco más tú mismo. Además, no creo que sea un fenómeno nuevo. Me parece que ahora se magnifica por los medios de comunicación pero los periodistas, históricamente, siempre han tendido hacia la ficción, la novela o la literatura en general. Ahora bien, dicho esto, también es cierto que hay muchas categorías o muchas estanterías en donde colocar a los personajes, porque el hecho de ser periodista no te otorga nada en este terreno. Es cierto que las caras conocidas tienen el 90 por ciento del terreno andado en cuanto a ventas, en cuanto a proyección, o en cuanto a influencia en las editoriales. O sea, que no hay que meter a todos en el mismo saco.

　

Pero, ¿a ti no te parece que hay algo de oportunismo? Quiero decir, se produce un acontecimiento, como la guerra en Iraq, el asunto de Carod Rovira etc., y sale un periodista que escribe enseguida un libro...

Vamos a ver, creo que lo que pasa es que se está poniendo de moda el libro testimonio, el libro periodístico, el libro de actualidad y en eso hay que reconocer que aportan su granito de arena para los que están interesados en profundizar en esos asuntos. Pero también te digo que, cuando se pretende aplicar sólo el oportunismo, suele desembocar en un fracaso. Trabajar sobre terrenos puntuales en el campo de la ficción lo veo complicado. Otra cosa es que después de pasado un tiempo determinados acontecimientos que permanecen en la memoria de la sociedad se aprovechen. Hay novelas que contienen los tres o cuatro ingredientes típicos que van a enganchar al lector, aunque el final sea más o menos logrado.

Ahora bien ¿que existe esa tendencia (oportunista) desde el punto de vista del márketing? por supuesto que existe.

 

Oye, ¿tú crees que realmente se puede vivir de escribir?

No, la novela da para vivir a una docena de escritores en este país. Y del entorno de la novela pues pueden vivir otros 30 ó 40 más. Lo que pasa es que cuando eres un escritor medianamente famoso, pues te invitan a la radio, a la tele, coloquios, te piden colaboraciones etc. etc., lo que significa que colateralmente hay mucha gente que vive de eso. Pero vamos, de vivir de la novela, evidentemente nada, porque además en este país las ventas pues ya sabes... no cubren.

 

Y hablando de ventas, ¿en qué medida los escritores estáis mediatizados por las casas editoriales?

Yo, sinceramente, no tengo experiencia suficiente como para contestar a eso pero, en mi caso concreto, no he estado mediatizado por ninguna casa editorial quizá porque, curiosamente, todos los libros que he editado han venido precedidos por un premio. De momento no he sacado ninguna novela negociada directamente con los editores.

 

Bueno, comprométete un poco, ¿qué te parece la política cultural del gobierno?

Es demagógica y no afronta los problemas fundamentales que el gobierno tendría que abordar en material cultural. Por ejemplo, el gobierno actual ha laminado por completo el cine español, ha aplastado al cine español, después de su toma de posición contra la guerra, hasta el extremo de que películas premiadas internacionalmente, ni siquiera han merecido una felicitación por parte del Ministerio de Cultura.

Y en el terreno de la lectura creo que se mantiene un paripé, que no entra en el fondo de la cuestión.

Esto por no hablar de la política educativa, algo que ya es demencial y con las nuevas reformas, lo que van a establecer es categorías de ciudadanos, de primera, de segunda y de tercera. Se potencia absolutamente la enseñanza privada y te pongo un ejemplo: acabo de saber que la consejería de educación de la Comunidad de Madrid tiene reservada una partida para imponer los uniformes (entre los alumnos) mientras que hay colegios públicos que tiene una auténtica situación de ahogo, sin salida para profesores especializados, de apoyo, nativos... En fin se está dejando morir la situación en beneficio de determinados intereses que pueden ser legítimos en principio, pero que nunca pueden estar por encima de los públicos.

 

Volvamos a la literatura. No recuerdo quién dijo que escribir sin publicar, sin que otros te lean, es una especie de onanismo. ¿Tú escribirías si no te leyeran otros?

Pues planteas un tema complejo. Yo escribo porque me apetece y, para que tengas una idea más certera de lo que quiero decir, pues he de confesar que antes de publicar mi primera novela ya había escrito tres y, es más, lo que se está publicando ahora, tiene dos y tres años de antigüedad. Insisto, escribo porque me apetece escribir, es una forma de relacionarte con la vida, una forma de reflejar con tu mirada personal ciertos acontecimientos.

¡Hombre!, todo escritor, a priori, practica el onanismo, lo que pasa es que quiere hacer partícipe de ese acto al mayor número...

 

De onanistas posibles...

Sí, exacto de onanistas posibles, y muy relacionado con el hábito de la lectura. Creo que la lectura es un ejercicio hipnótico, en el que a través de la ficción eres capaz de imaginar. Entonces el escritor trata de hacer partícipes a otras personas de ese sueño.

En definitiva, y además de un cierto ejercicio de onanismo, no deja de ser un cierto atrevimiento, porque en realidad qué le puede importar a alguien lo que yo publique o sueñe. En cierto modo es como socializar tu pensamiento. Pero te repito que mi intención al escribir no es publicar necesariamente.

Por eso no he entendido nunca a los que dicen que sufren delante de un folio en blanco. Yo a veces escribo algo, pasan diez o más días y vuelvo a escribir, pero no sufro delante de un folio o de una pantalla en blanco. Es cierto que no siempre estás en el mejor tono y entonces pues lo dejas hasta que mentalmente regresas a esa onda.

 

¿Tú te consideras inscrito dentro del género policíaco o de la novela negra?

No. Digamos que estoy en un terreno fronterizo, pero no escribo novela negra. Es más, cuando he abordado la novela policíaca o la novela negra ha sido desde la parodia. "El aire no deja huellas", por ejemplo, es una parodia de forma que, al mismo tiempo, abordo dos géneros el negro y el humor.

Bueno, quizá la última que he escrito, la que recibió el premio Felipe Trigo, pues está más dentro de lo que sería un Thriller, pero el resto no es novela negra ni policíaca.

　

Pues se te encasilla en ese género...

Ya lo sé, pero no es exactamente eso lo que escribo. De todas maneras, no te creas que me molesta porque a mí el género negro me encanta y afortunadamente ahora se está dignificando. Lo que pasa es que a mí, personalmente, no me gusta encasillarme. Yo intento imaginarme personajes corrientes en situaciones extraordinarias. En ese sentido yo hablaría más bien de género de intriga, aunque no me quedo sólo en lo que es la trama, me interesa también el entorno histórico de los hechos, el desarrollo psicológico de los personajes, en fin que no me gusta encasillarme.

 

¿Te gustaría ver alguna de tus novelas llevadas al cine?

Bueno, pues os voy a dar casi una primicia, ya que tengo firmado un contrato para que en mayo se empiece a rodar "De las cenizas", la novela premiada en el Felipe Trigo.

Es un proyecto ya antiguo, se han hecho varios guiones y aunque yo no he participado en ellos, pues estoy bien informado. En fin, creo que la intención es empezar a rodar en mayo.

La productora, que es Azalea, está todavía en el proceso de búsqueda de director, actores etc. Hay varias alternativas pero ya sabes que las cosas del cine van más despacio que las de palacio, así que, incluso es posible que hasta después del verano no se empiece a rodar.

 

Te conocemos en tu faceta de novelista, pero no en la de poeta...

Todo escritor cuando empieza es poeta. Cuando estás en la adolescencia, cuando tienes cierto tirón literario, empiezas escribiendo poesía porque lo otro te parece una enormidad pero, dicho esto, yo como poeta no valgo.

Para mí la poesía es la máxima depuración literaria que existe. Es la expresión de los sentimientos y yo, probablemente, soy excesivamente racional, me muevo más por terrenos y tramas complicadas, que en la exposición esencial de las ideas.

He escrito poesía pero espero que no se publique... Aunque ahora que recuerdo sí se ha publicado algo dentro de algunas de las novelas. Pero es sólo algún pequeño ejercicio poético.

 

¿Cómo ves el panorama literario español?

Creo que goza de una salud sensacional, me parece que estamos viviendo una de las épocas doradas de la literatura española. Entre otras cosas porque hay una amplísima oferta para el lector. Naturalmente no es oro todo lo que reluce pero, ante una gran oferta, evidentemente, hay muchas posibilidades de que salgan cosas que merezcan la pena. Desde mi punto de vista tenemos 20 ó 30 novelistas que son imprescindibles. Y no te voy a dar una lista, pero si querría citar a Almudena Grandes, Luis Landero, Luis Mateo Díez, Antonio Soler, Belén Gopegui...

 

Eslava Galán, que está de moda...

Sí, me gusta mucho, pero fíjate, me gusta más en su faceta de divulgador. Es un magnífico divulgador histórico, es un tío que hace las delicias de quien lo lee. No sé si habrás leído una que tiene sobre Aníbal (Barca)...

 

No.

Pues es fantástica, y ahora acaba de publicar un ensayo sobre la desmitificación de la historia de España, que aún no he empezado a leer, aunque ya la tengo en casa.

 

Esta pregunta quizá no tendría que hacértela, pero no me resisto a ello. ¿Cómo ves el panorama político español?

Humm... quizá debería resistirme a contestar pero no lo voy a hacer: deprimente.

 

¿Qué proyectos tienes ahora?

Pues hay una quinta novela ya acabada y para la primavera espero terminar otra. Además, estoy metido de cabeza en una novela histórica, histórica de verdad, sobre la sobre la alta Edad Media.

 

Y de la que está acabada qué nos puedes adelantar...

Se llama "Speculum" y habla de la autodestrucción de un individuo, cuya única esperanza es un libro inalcanzable, una intriga naturalmente.

 

Bueno, como estoy seguro de que a mí se me han quedado muchas cosas en el tintero, te emplazo a que añadas lo que quieras.

Pues nada, simplemente, daros las gracias a ti y, por supuesto, a Anika y que sigáis con vuestros éxitos.

　

ver + Guillermo Galván