Anika entre libros

Entrevista a Gemma Lienas por "Atrapada en el espejo"

"Yo lo que no quiero es que me cuelguen etiquetas, no quiero que me digan ni que soy una escritora feminista ni que escribo literatura de mujeres porque yo aspiro a lo mismo que aspiran los hombres y que consiguen, que es hacer literatura y punto"

Firma y fotos entrevista: Anika / Marzo 2008

 

En un año que prácticamente acabamos de empezar (2008), en un mes que todavía no ha acabado (marzo), los telediarios no paran de informarnos de mujeres asesinadas a manos de sus parejas, violencia machista se llama ahora, y está superando la cifra de años anteriores cuando enero sólo estaba empezando. Pero hay otra violencia de la que no nos hablan estos informativos porque no se pueden demostrar igualmente, la violencia piscológica.

Con Gemma Lienas hablaremos de ella aprovechando su novela "Atrapada en el espejo" y descubriremos qué tienen en común el neolítico, los campos de concentración, la esclavitud y las mujeres maltratadas. Preparaos también para oir barbaridades, pues en ocasiones yo misma no he podido evitar sentir una explosión dentro de mí.

Y por supuesto hablaremos de "Atrapada en el espejo", su libro.

 

 

ENTREVISTA

 

Gemma, tú eres feminista activa, eso implica que posiblemente estés más sensibilizada al maltrato a la mujer que esas otras que "saben" y miran hacia otro lado.

Bueno, yo estoy sensibilizada hacia todo lo que sea discriminaciones y más en concreto discriminaciones hacia la mujer. Yo es que creo que si eres demócrata y estás por la igualdad y estás por la paz y estás por la redistribución de la riqueza, tienes que ser necesariamente feminista. Así es que yo soy feminista y no puedo mirar la realidad desde otros ojos que no sean los que yo tengo y por lo tanto veo las discriminaciones y los problemas que tiene la mujer en nuestra sociedad.

 

¿Hasta qué punto esta alianza personal con ONGs (cuando necesitas poner algo al respecto en tu web, la pones) o incluso tu propia forma de ser impregnan tus obras? Porque no son sólo novelas, también hay ensayos…

¿Hasta qué punto? Seguro que están en mis novelas porque yo creo, como decía Ortega y Gasset, que cada uno es él o ella y sus circunstancias; yo no puedo quitar de mi escritura mi forma de ver el mundo y por lo tanto cuando escribo, lo hago desde unos determinados ojos y está claro que se refleja en mi literatura. Yo lo que no quiero es que me cuelguen etiquetas, no quiero que me digan ni que soy una escritora feminista ni que escribo literatura de mujeres porque yo aspiro a lo mismo que aspiran los hombres y que consiguen, que es hacer literatura y punto. Yo también, ellos también escriben desde su propio punto de vista, pero eso no quiere decir que tengan que colgarnos una etiqueta.

 

Yo es que no entiendo lo de la literatura de mujeres, ni siquiera sé a qué se refieren.

Yo tampoco, pero me pone de los pelos (risas). Me enfada mucho porque a los hombres no les ponen ninguna etiqueta, ellos escriben literatura universal y basta, y en cambio las mujeres, en cuanto escribimos algo que no entra en los cánones masculinos, cuando escribimos desde otra óptica, se nos cuelga esa etiqueta.

En definitiva es la misma etiqueta que se les cuelga a los que hacen literatura visto desde el punto de vista homosexual que a mí no me hace ninguna gracia. Me da mucha rabia cuando el crítico literario Harold Bloom dice que no soporta la literatura homosexual. ¡Es que no hay literatura homosexual! Igual que no hay literatura heterosexual, hay literatura y punto. Lo que pasa es que él como heterosexual está acostumbrado a juzgar la literatura universal como heterosexual, y aquella que hacen los homosexuales como la no literatura universal.

 

Son prejuicios.

Claro, son prejuicios, exactamente.

 

Al hilo de la pregunta que te hacía de hasta qué punto impregnas tus obras de ti misma, en "Atrapada en el espejo" ¿hasta qué punto estás tú ahí?

Yo creo que no estoy en "Atrapada en el espejo" en el sentido de que la historia no tiene nada que ver conmigo y los personajes tampoco tienen nada que ver conmigo, incluso por ejemplo, muchas veces mis personajes escriben en primera persona o en una tercera persona que es una primera persona y tienen una característica mía, que son cálidos. Esta no, en ésta he intentado alejarme mucho de esa característica mía que es la calidez y hacer un personaje, el de Gina, que es la que hace de hilo conductor de todos los testigos que aparecen en la historia contando "su" versión de la historia, he tratado de hacer un personaje muy alejado de mí. Es una persona fría. Quizás la característica más acusada de esa persona es la frialdad, y sin embargo la mía no lo es, por lo tanto he tratado alejarme de mí; en esa historia no hay nada de mi historia pero por supuesto hay una visión determinada porque la podía haber contado desde otro punto de vista.

Y si la cuento desde el punto de vista que la cuento es por dos razones: una porque yo tengo mi mirada y no voy a renunciar a mi mirada, y dos, trato de hacer una historia en la que no entregue la historia al lector o a la lectora desde el primer instante, es decir, trato de contar una historia como muchas veces ocurre delante nuestro, sin que nos percatemos de ello, y no escribirla desde un punto de vista en el que la realidad fuera dicotómica en el sentido de buenos y malos.

Trato de hacer la realidad tal como se aparece a nuestros ojos, que no es ni de buenos ni de malos si no de personalidades poliédricas que en un momento dado te pueden parecer qué encantadora es esta persona y al minuto siguiente pensar qué perversa es esa persona. Pues eso es un poco lo que yo he querido hacer con mi historia.

 

De todos modos esa visión que tienes tú de la vida, el sentimiento y la preocupación por los problemas ajenos, ajenos y propios porque están a nuestro alrededor, en esta novela por ejemplo, casi está por partida doble, porque por un lado está la vida pasada de Laura pero por otro lado también has hecho un retroceso al nazismo, con lo cual también estás implicada en eso, hay un sentimiento ahí…

Sí, eso tiene que ver con la frase inicial que sirvió de detonante para que yo quisiera escribir esa novela. Es una frase que saqué de un libro de esclavitud en la que el autor decía que la Humanidad, muy pronto, en el Neolítico, aprendió cómo controlar a las personas sin necesidad de utilizar armas ni de utilizar la violencia física, sólo con mecanismos de dominación psicológica. Lo leí en un libro de esclavitud y eso me llevó a escribir una historia de violencia psicológica.

Entonces empecé a leer muchos libros de esclavitud y me di cuenta de que había un mecanismo que se repetía en todos ellos. Había tres fases, una era aislar a la persona que se quería dominar, dejarla sin apoyos familiares o de amigos, luego era irle reduciendo la autoestima para que se acabase considerando nada, una cosa, y luego era no admitir que hubiera un juez imparcial si no que la persona que domina se convierte en juez de esa persona.

Eso aparecía en todos los libros de esclavitud más o menos de esta forma que yo había ido leyendo, pero luego al leer libros de campos de concentración, por ejemplo, Primo Levi, que es una de las citas que abre mi novela… si utilicé una cita suya es porque Primo Levi describe muy bien esa sensación de ser convertido en un objeto cuando dice nos quitaron la ropa, nos quitaron el pelo, nos quitaron el nombre, nos redujeron a nada…, por eso el título es "Si esto es un hombre" porque realmente no se siente ya humano después de eso, y no le habían pegado, ni le habían torturado ni le habían hecho sufrir lo que luego él tendrá que sufrir, pero que es menos, incluso, que esa humillación como persona.

Bueno, eso ví que se repetía en los campos de concentración nazis, en los campos de concentración de los Balcanes, en los hombres y mujeres gemmalienas-anikaque han sufrido represalias por parte de dictaduras políticas, por ejemplo en Chile, en Argentina, en la Guerra Civil española… Te dabas cuenta de que los mecanismos siempre eran los mismos, y cuando lees libros de violencia psicológica o de violencia de género aplicada a las mujeres, o de violencia en las aulas, o de violencia en la empresa, te das cuenta de que también se repiten los mismos mecanismos, por eso yo quería hacer una historia de violencia psicológica, una sola, pero poner pinceladas de lo que ha sido esa misma violencia a lo largo de la historia de la humanidad.

 

Lo curioso es que has dicho que empezó en el Neolítico.

Sí, eso está descrito así en muchos libros, es decir, ya en el Neolítico se aprendió cómo se podía dominar a las personas. Precisamente en ese libro de esclavitud contaba cómo al principio cuando las tribus peleaban entre ellas sólo hacían prisioneras a las mujeres, porque eran más fáciles de reducir que los hombres. Los hombres, al ser guerreros y al tener armas, eran más peligrosos y menos útiles como esclavos, porque ellos pensaban que se podían encarar a los dominadores. Pero pronto descubrieron que no, que incluso gente a la que le daban herramientas como a los esclavos en los campos de algodón, por ejemplo, teniendo esas herramientas sin embargo no atacaban a sus "amos", si no que seguían ahí trabajando en los campos de algodón aceptando esa dominación. Y es por eso que te decía, porque antes han aplicado esas técnicas de dominación psicológica. Y eso pasa en el Neolítico ya.

 

Yo me estoy acordando precisamente del libro "Raíces", basada en la vida de Kunta Kinte, que es uno de los personajes más famosos de la esclavitud y real, y que en cambio, a pesar de aceptar todo lo que le viene por esas tácticas que comentas, él nunca olvida sus orígenes y además trata de luchar porque su familia las mantenga y los recuerde… quiénes son, de dónde vienen…

Claro, siempre hay alguien… por ejemplo, en los campos de concentración nazis hubo gente que sobrevivió y que luego ha sido capaz de llevar una vida bastante adaptada porque nunca olvidó sus orígenes en realidad. El mismo Primo Levi dice, al final de esa frase que yo pongo, "nos quitarán el nombre, y si lo queremos conservar deberemos encontrar en nosotros la fuerza para hacerlo, hacerlo de manera que, detrás del nombre, quede algo de nosotros, de nosotros tal como éramos", o sea, habrá que hacer un esfuerzo para seguir recordando quiénes fuimos, no quiénes somos si no quiénes fuimos.

Bueno, pues eso, el recordar quiénes fuimos, es lo que hace que a veces no te puedan controlar. En realidad, si perteneces a un grupo de riesgo puedes caer fácilmente víctima de una dominación.

 

Volviendo a la novela ¿cómo se te ocurrió relacionar las tácticas nazis del gueto judío con lo que le ocurría a Laura?

Por haber estado leyendo distintos libros en los que veía que las personas como Primo Levi, como gente que ha pasado por la guerra de los Balcanes, mujeres que pasaron por violaciones colectivas en la guerra de los Balcanes… te dabas cuenta de que siempre se repetían los mismos mecanismos. Sobre todo leyendo libros u oyendo a gente que ha pasado por situaciones de estas, te das cuenta de que el mecanismo es muy parecido y por eso se me ocurrió que lo podía relacionar.

 

Gina es la amiga que decide investigar sobre su amiga Laura antes de su muerte accidental, pero tú eres tú y Gina es Gina ¿Cómo lo relaciona ella, como personaje y por su cuenta?

Ella es una profesora de Historia que vive en San Francisco, California, y da clases en Stanford. Ella había sido compañera de colegio de Laura, vivieron además juntas durante muchos años en casa de Laura por una serie de razones familiares, entonces han mantenido esa amistad a lo largo del tiempo aunque Gina vive en California. Precisamente Gina coge un año sabático y se viene a Europa porque ella es especialista en campos de esclavos desde el punto de vista histórico, y pide un año sabático y se viene a Europa, en realidad porque se acaba de divorciar, pero además porque quiere profundizar en los campos de concentración nazis. Y es justo al inicio del libro cuando un ex prisionero de Mauthausen le dice "perdone que me meta en lo que no me importa pero en lugar de hacer un trabajo de tipo histórico, ¿por qué no se centra más en los mecanismos que llevan a que una persona sea reducida sin necesidad de utilizar la fuerza?" (*)

(*) la frase no es literal pero está en la novela.

Y entonces le cuenta cómo en el ghetto de Varsovia metieron a montones y montones de judíos en un espacio muy pequeño cuando aún los judíos no estaban deteriorados físicamente por la falta de alimentos, por lo tanto, aún hubieran podido reaccionar contra eso y sin embargo no reaccionaron. Qué es lo que lleva a una persona a someterse a otra sin necesidad de que la otra empuñe un arma. Y aunque Gina no lo verbaliza eso le queda ahí dando vueltas de modo que sí que empieza a lo largo de la novela a querer ver, pues de algún modo sí está interesada por ese mecanismo psicológico, y por eso, aunque no se mete de lleno en lo que será su trabajo en el año sabático porque está demasiado impactada por la muerte de la que ha sido su mejor amiga, sí que empieza a hacer algunos contactos que le empiezan a abrir más ventanas sobre esa nueva realidad.

 

En el fondo estamos hablando de maltrato psicológico ¿no?

Sí, estamos hablando de eso, exactamente.

 

Hasta no hace muchos años el maltrato a una mujer, particularmente si era "esposa", ni siquiera se contemplaba como maltrato. Finalmente se reconoció judicialmente pero entonces el maltrato psicológico no se reconoció igual ¿no?

No, no se reconoció igual. Es muy difícil probar el maltrato psicológico, es más, es que incluso la familia y el entorno puede ni siquiera darse cuenta. Te lo digo porque estuve la semana pasada en Santiago de Compostela en un congreso internacional que había sobre violencia de género, y yo charlaba a propósito de mis diarios de Carlota (*), que tengo uno que es precisamente de violencia de género y violencia escolar, y al acabar mi charla intervinieron dos personas del público. Las dos habían sufrido maltrato psicológico y dijeron que lo peor de todo es que ni siquiera tu propia familia te cree. No te cree tu propia familia. Yo es que lo he visto esto.

(*) Se refiere a una serie de libros juveniles cuyos diarios protagoniza Carlota.

 

Yo es que estoy asombrada, me cuesta creer el que no te crea tu familia, es decir, yo lo veía al revés, como que la familia es la que está viendo algo raro, y que esa persona que lo está sufriendo es la que no se atreve a decirlo.

Bueno, puede ocurrir. Puede ocurrir que alguien de tu familia o una amiga muy amiga se de cuenta de lo que te está pasando y te lo diga y tú no te lo quieras creer, eso es recuento, porque hasta que la persona no se da cuenta de lo que está viviendo puede pasar mucho tiempo, porque necesitas que algo haga un "click" en tu cerebro y necesariamente ese algo no es que tu amiga o tu madre te lo digan, al revés, probablemente si tu amiga o tu madre, sobre todo tu madre, te lo dicen lo que haces es escudarte más y no dejarla entrar en esa realidad, por lo tanto tienes que ser tú que en un momento dado veas algo que te haga percibir la realidad de un modo nuevo. Pero muchas veces la propia familia no se da cuenta de lo que está ocurriendo.

El otro día leía, no me acuerdo dónde, algo de una mujer maltratada psicológicamente que decía que se había ido a casa de su madre y su madre le había echado, le había dicho "vuelve con tu marido".

 

¡Qué barbaridad!

Sí, qué barbaridad ¿verdad? Pero eso ocurre.

 

Pues si las cosas están así en la calle, en el sistema judicial todavía queda por avanzar ¿no?

Yo creo que queda muchísimo ¿Sabes por qué? Porque yo me he dado cuenta dando charlas sobre violencia psicológica y contándoselo a mujeres, que hay mucha incomprensión. Recuerdo que hace pocos días estaba presentando mi libro en un foro femenino y les contaba cómo había descubierto poco a poco y leyendo mucho las similitudes entre la violencia aplicada a los esclavos, la violencia aplicada en los campos de concentración, la violencia aplicada en la casa, y cuando yo terminé una mujer me dijo "Es que no es lo mismo". Yo pensaba, bueno, ¡es que queda tanto por saber! Porque realmente cuando vas leyendo y escuchando testigos y testimonios sí que te das cuenta de que hay unos mecanismos parecidos, pero desde fuera cuesta mucho darse cuenta. Y desde fuera, que es lo que me dijo esta mujer, es que "las mujeres que sufren violencia de género es porque ellas lo quieren, porque están dispuestas a aceptarlo"

 

¡¡Qué barbaridad!!

Yo le contestaba que no, que una víctima, primero, que no es culpable de ser víctima, que no tiene nada de qué avergonzarse, y que no es que sea masoquista si no que se dan unas circunstancias apropiadas para que se genere eso, y le decía que en realidad todo el mundo puede ser víctima en un momento dado, sólo hace falta que se den las circunstancias necesarias y no por el hecho de tener mucho carácter en un momento dado no puedes llegar a ser víctima.

Los judíos que terminaron en el ghetto de Varsovia, por ejemplo, había gente muy preparada, muy formada, gente con mucho carácter y sin embargo terminaron allí, por lo tanto nunca puedes decir que no vas a ser víctima porque en un determinado momento puedes serlo.

 

Precisamente eso te iba a decir. En las personas existe también el "no me lo creo". Gina se asombra de que su amiga haya estado "sometida" porque tenía cultura y era una mujer inteligente.

Exacto. Yo recuerdo que hace tiempo, no recuerdo exactamente cuándo pero diría que fue hace mucho, que hubo una sentencia, me parece que fue en Valladolid, de un juez que declaraba inocente a un profesor de Universidad, al que su mujer, profesora de instituto, le había denunciado por violencia psicológica a lo largo de veinte años de matrimonio. Y el juez decía que eso no podía ser porque una persona con una carrera superior no se podía dejar maltratar por su marido.

Yo pensaba, desde luego este juez no sabe NADA de lo que es la violencia psicológica, NADA, ABSOLUTAMENTE NADA. Y me supo mal porque hubo incluso mujeres que escribieron a los periódicos diciendo que alababan la sentencia de este juez porque ellas estaban de acuerdo. Yo pensaba ¡es increíble! La poca sensibilidad que hay todavía hacia eso.

 

Poca sensibilidad y también ignorancia.

Bueno, mucha ignorancia. Es que qué atrevida es la ignorancia, madre mía.

 

En cuanto al dominador, y aquí generalizamos, tanto dominador hombre como dominador mujer ¿crees que existen distintos motivos por el que un hombre necesite tener a alguien a sus pies o siempre subyace en el fondo un sentimiento de inferioridad? Que es una de las cosas que se han dicho mucho: la inferioridad.

atrapadaenelespejoNo, yo creo que el mecanismo es siempre el mismo. Cuando hay una idea de superioridad sea porque los nazis se creían superiores a los judíos, sea porque los payos se crean superiores a los gitanos, sea porque un heterosexual se crea superior a un homosexual, sea porque el hombre se crea superior a la mujer… cuando hay una idea de superioridad -que por cierto las ideas de superioridad pueden ser conscientes o inconscientes, porque hay muchos hombres que dicen que no se consideran superiores sin embargo luego lo demuestran con su ejercicio diario; las ideas las llevamos en el subconsciente o en el inconsciente porque han sido siglos y siglos de llevar estas ideas ahí metidas, por eso muchos hombres las tienen- eso sumado a un poder real (soy más fuerte, tengo más músculo) o simbólico (soy el jefe de familia), eso puede dar lugar a una forma de abuso de poder que es en este caso la violencia de género.

Bueno, pensemos que hasta 1980 el Código Civil español recogía la idea de que el hombre podía "corregir a la esposa", y eso estaba contemplado por la Ley, por lo tanto no estamos hablando de la prehistoria, estamos hablando de hace treinta años.

 

Y de hecho en el Islam creo que todavía hay imanes que están enseñando…

…cómo se puede pegar a la mujer sin dejar marcas y diciendo que de todas formas antes de llegar a pegar, hay otras fórmulas como no irse a la cama con ella o negarle la palabra, que eso es maltrato psicológico.

 

Exactamente. Estamos de acuerdo. ¿Por qué se dice que son enfermos los maltratadores? ¿Es una excusa?

Yo creo que es una excusa. Vamos a ver, es más fácil entender que alguien enfermo sea capaz de maltratar a una mujer, o de mandar a la cámara de gas a no sé cuántos judíos, que pensar que lo hace alguien en su sano juicio, pero lo cierto es que la mayoría de maltratadores están en su sano juicio. Si están enfermos de algo es enfermos de ideas: los nazis estaban enfermos de la idea de que la raza aria es superior y los misóginos que matan a su pareja están enfermos de machismo, "el hombre es superior y yo a mi mujer la tengo que poder educar. Es mía, tiene que hacer lo que yo digo…"

 

Gemma, cuando escribías la historia de Laura ¿qué pasaba por tu cabeza, qué sensaciones te producía relatar su vida, no sé si meterte incluso en su piel?

De esta historia me distancié un poco, así como en otras historias me meto más en la piel, en esta procuré no ser la piel de ningún personaje porque era una historia que no tenía nada que ver conmigo, pero sí que una de las cosas que más me intrigaba y que más me llevó a investigar y a preguntar es: yo entiendo la relación que se establece entre un maltratador y el maltratado, porque es el Síndrome de Estocolmo, es el mismo que se establece con un secuestrado, la persona que te maltrata es a la vez la misma que te sigue permitiendo vivir, y por lo tanto hay una relación aquí de amor-odio que es muy intensa, pero a mí lo que me sorprendía más de las mujeres maltratadas es que la mayoría siguen diciendo que aman a su esposo. Eso es lo que me intrigaba más, qué mecanismo psicológico se daba para que siguieran queriéndoles, adorándoles, o pensando que le querían.

Y entonces me di cuenta de que aquí tenía que haber un mecanismo que es el del "refuerzo intermitente": en Psicología se dice que una conducta se mantiene si tú la refuerzas positivamente de forma intermitente, de la manera en que tú consigues que aquella conducta se mantenga más. Bueno, pues yo creo que los maltratadores lo que hacen es eso: maltratan, pero de vez en cuando dan una prueba de amor, que es te quiero más que a nadie, eres mi vida, sin ti no podría vivir, y dan un ramo de flores o mandan una carta tiernísima, y ese refuerzo intermitente es el que hace que la mujer esté todo el día pendiente de ver si en algún momento va a seguir recibiendo estas cosas, porque ella lo que percibe como bueno es ese momento… pero a pesar de todo él me quiere mucho, a pesar de todo yo soy su amor.

 

Entonces imagino que cuando estabas con Gina tampoco te metiste en su piel pero a lo mejor sí que te identificabas un poco más con ella.

Sí, me identificaba con Gina. Bueno, en realidad yo también me identificaba con Laura porque cuando escribo el personaje intento entender por qué una persona puede hacer lo que hace y por eso para mí era importante entender por qué Laura continuaba ahí, y por qué Laura a pesar de ser una mujer inteligente, preparada, interesante físicamente y con una vitalidad impresionante había acabado cayendo en ese estadio. Por tanto a mí me interesa mucho, aunque no me meta totalmente en su piel, saber por qué ha podido llegar a ese punto. La necesidad de entender para poder plasmar mejor el personaje y con Gina me pasaba lo mismo, por qué Gina que era su mejor amiga ha quedado tan alejada que no se ha dado cuenta de todo lo que estaba ocurriendo ¿es eso posible o no lo es?

 

¿La historia de Laura es un grito más, otro granito de arena?

Yo cuando he escrito la historia de Laura lo que he querido hacer es escribir una historia, literariamente. También podría haber escrito una historia que fuera un bodevil si yo no tuviera ningún otro mensaje, pero a menudo aprovecho la literatura porque pienso que es una forma de llegar a la gente. Es igual como en las películas. El otro día alguien decía ¿son más importantes las películas de denuncia que el mismo periodismo?, pues no lo sé pero es más fácil empatizar desde la literatura o desde una película que desde un periódico y por lo tanto yo también aprovecho ese vehículo que es la literatura para tratar de empatizar, tratar de contar cosas que a mí me interesan.

 

¿Qué veía Laura cuando se miraba al espejo?

Yo creo que siempre veía lo mismo, excepto en un momento dado en el que de pronto vio algo que no encajó con lo que ella siempre veía y fue ese algo lo que le permitió hacer el clic y avanzar en sus historia.

 

Esto pasa a menudo en la vida real… Hablamos de maltrato psicológico pero incluso en el maltrato físico las mujeres se miran en el espejo, se ven con cardenales, y seguimos hablando de lo mismo: no se dan cuenta.

No, no se dan cuenta de la situación. Yo creo que eso puede pasar en muchos órdenes de la vida, estamos acostumbradas desde pequeñas porque no tenemos una buena formación desde el punto de vista emocional, y a veces podemos confundir emociones. Yo creo que a las mujeres maltratadas les ocurre eso, que confunden emociones e incluso no se perciben tal como están en la realidad. Hasta que de pronto ocurre algo que les hace tomar conciencia de lo que está pasando, o no, porque hay algunas que no se enteran nunca.

 

Una última pregunta al margen de la novela ¿están haciendo mucho daño todas esas mujeres que acusan a sus maridos de maltrato psicológico como excusa cuando en el fondo es mentira?

Sí, pero a ver… yo estoy en desacuerdo con lo mucho que se está potenciando que hay mujeres que denuncian en falso. Yo creo que las mujeres que denuncian en falso lo que hay que hacer es machacarlas directamente, castigarlas, condenarlas… lo que no estoy de acuerdo es darle la magnitud que se le está dando al problema, que es un problema reducido a un escaso porcentaje de mujeres que denuncian en falso, por otro lado porcentaje idéntico al de otros delitos.

Es decir, hombres que denuncian en falso a sus mujeres también los hay, el mismo número, y en otros delitos también se denuncia en falso, sin embargo no se dice. Yo creo que se está utilizando eso para, una vez más, criminalizar a las mujeres. Si hay mujeres que denuncian en falso lo que hay que hacer es castigarlas, pero lo que no se puede decir es "las mujeres denuncian en falso" porque lo que se está diciendo es "no os creáis a esas mujeres", que es lo que se ha hecho toda la vida, no dar valor al testimonio de las mujeres. Lo siento mucho pero eso no se puede admitir. Claro que hacen daño.

 

Centrándonos ahora sólo en la novela... El título no es casual, refleja la obsesión de Laura…

Refleja la obsesión de Laura por los espejos, no sólo por uno muy concreto que tiene gran valor sentimental, sino también por los espejos en general, que van jalonando su obra como arquitecta. Además, los espejos tienen un valor simbólico: representan las diferentes facetas de una persona vistas a través de los ojos de los demás y, también, nuestro propio rostro mirado desde diferentes perspectivas -de cara, de perfil, de nuca-, alguna de las cuales es desconocida para nosotros mismos.

 

Su madre parece la única en tenerlo bastante claro y su epitafio parece una especie de suspiro hondo… un "al fin se sabe" ¿cómo lo definirías tú?

La madre lo sabe pero no consigue contactar con su hija para hacérselo notar. Sólo encuentra subterfugios para ponerla sobre aviso. Creo que la alivia que Gina llegue a la misma conclusión que ella tenía.

 

Como estamos hablando de maltrato psicológico, centrémonos un poco en los personajes y en cómo se han enfocado: su compañero de trabajo, Sergio, es el primero que se da cuenta de los cambios que se producen en Laura ¿cuáles son estos cambios?

Son cambios muy lentos que se han ido produciendo a lo largo de los años: pérdida de iniciativa, de autoestima, de seguridad en ella misma. Alejamiento de sus compañeros. Falta de energía rayando en la depresión...

 

Eres consciente de que normalmente es al revés, estoy segura, así que ¿me equivoco si digo que lo que tú querías es hacer ver "que se puede salir" de una situación así y son esos los cambios que se producen en Laura? (o sea que al final es "fuerte")

No pretendía tanto decir si se puede salir o no de una situación como ésta, sino explicar un mecanismo de dominación que es apenas perceptible y que se ha usado a lo largo de la historia de la humanidad para someter a las personas. Me gustaría que la gente entendiera que es un mecanismo muy perverso que afecta no sólo a las relaciones Hombre-mujer sino a muchos otros tipos de relación. Aunque, por supuesto, estoy segura de que se puede salir de una situación como ésa.

 

Hablábamos de si los hombres actúan así por un sentimiento de inferioridad. En el caso de Básil, el marido de Laura, efectivamente ése es su trauma ¿no?

No estoy segura de que sea el sentimiento de inferioridad el que mueve a una persona como Básil sino, más bien, la creencia en su valía poco comprendida por los demás. Es decir, si nada les sale bien no es porque ellos (Básil, en este caso) no valen sino porque los demás no colaboran. Básil se cree superior y con derecho a castigar o humillar a quien cree inferior a él (Laura)

 

Control del dinero, apreciaciones que pueden doler, ropa que no es su estilo… Básil se convierte en el "camino a seguir" para Laura, pero sobre todo me llama la atención el comentario de Sergio cuando dice que Laura está contaminada con algunas frases y formas de pensar o hablar de Básil…

Ésa es otra forma de ejercer un control sobre la persona. Y otra forma de someterse al otro. Ésa técnica se utiliza también en las sectas.

 

Descripción de Básil: "Tipo educado, amable, encantador, divertido y el alma de las fiestas" (pág. 57) ¿Jekyll y Hyde?

Sí. Es el tipo encantador que se convierte en un monstruo en la relación íntima. Es ese hombre "tan encantador y amable" según los vecinos, que acaba de matar a su mujer a hachazos y nadie entiende por qué

 

Me parece curioso que Básil fuera tan estupendo con su cuñada (Raquel) y su suegra (Ana) cuando estaba Laura delante. ¿Qué clic hacía su cerebro para mostrar indiferencia absoluta sin la presencia de Laura a aquellas personas a las que normalmente mostraba aprecio ante ella?

Sólo es estupendo con Raquel para darle celos a Laura. En cuanto a la suegra: con ella sólo es amable al inicio de la historia, luego deja de serlo, entre otras razones porque la suegra le ha desenmascarado.

 

Una cosa que llega a doler leyendo tu libro es cuando Raquel le dice a Laura que la culpa de que no funcionara su matrimonio es suya, es decir, en vez de apoyar a su hermana apoya a su cuñado, un encantador de serpientes que también la tiene obnubilada a ella cuando la chica en realidad no es tonta y se sabe utilizada…

Es verdad. A mí también me molesta que Raquel no apoye a su hermana. Pero la realidad es así: muchas mujeres maltratadas no encuentran apoyo en su entorno porque el entorno ni siquiera se da cuenta del calvario que viven.

 

Se puede decir que la frase más esclarecedora de tu libro -y que puede servir para las mujeres maltratadas si llegan a entenderla- es "¿qué pasa cuando una persona se da cuenta de que lo que ve con sus ojos y lo que ve con el corazón son imágenes que no coinciden?"…

Sí. Ése es un punto muy importante, porque a lo largo de la relación la mujer maltratada trata de hallar justificaciones para todo lo que él hace y no cuadra con lo que sería principio de una relación de amor y respeto. El día que se da cuenta de ese desfase, empieza a alejarse de su maltratador.

 

Gemma, nadie cuestiona que Básil estuviera realmente enamorado de su mujer, sin embargo pretendía cambiarla constantemente (dieta, ropa, zapatos, dependencia, decisiones…) ¿a quién o qué quería Básil en realidad? ¿por qué casarse con Laura?

Básil no sabe querer. Un hombre que se considera superior a las mujeres no puede establecer una relación de afecto y paridad con su pareja. De modo que, constantemente, necesita "educarla y corregirla".

 

Una de las cosas que me ha dejado de piedra es el personaje del psiquiatra de Laura, un hombre que no cree en las depresiones ni en los tratamientos. Un poco de esfuerzo y punto. ¿Sabes si existen psiquiatras así? ¿es una denuncia?

Sí. Pueden existir psiquiatras así. Un psiquiatra es humano y tiene sus filias y sus fobias. Con eso no justifico en absoluto la actuación de Mascaró, el psiquiatra. Lo único que hago es explicar el personaje. Mascaró admira a Básil. Mascaró acepta ser el psiquiatra de la mujer de Básil, cuando por su relación con el marido debería negarse. Y, luego, la relación terapéutica resulta contaminada por esa relación de amistad con Básil.

 

"Agredirla sin ensuciarse las manos". Es una de las descripciones que haces hablando de la manipulación de Laura mediante su psiquiatra (amigo de Básil). Esto demuestra inteligencia, planificación, e incluso una mente maquiavélica…

Eso es lo que hace cualquier persona que usa la violencia psicológica ya sea en el trabajo, en la pareja, con los hijos... Es una forma de agredir sin ensuciarse y sin dejar marcas, por lo que es difícil denunciar a los agresores.

 

Gemma, muchísimas gracias por tu paciencia, porque los lectores quizás no lo sepan pero hemos hecho esta entrevista en dos etapas, una en persona, y otra, tras la lectura pormenorizada de tu libro, a través del correo. ¡Gracias!

Gracias a ti por estas dos entrevistas estupendas. Ojalá los lectores, después de leerlas, sientan interés por leer la novela. Y si la leen, espero que la disfruten. Un beso.

 

ver + Gemma Lienas

 

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