Anika entre libros

Entrevista a Espido Freire por "Soria Moria"

"En enero me encontré con parte de los descendientes de los Hamilton de mi novela. Fueron adorables y dulces. Yo, con mi temor a herirlos, olvidé que la realidad existe, que eran como eran, testigos vivos de una realidad pasmosa"

Firma y fotos: Anika Lillo / Febrero 2008

 

De Espido Freire hay dos cosas que me encantan, una es ella misma, su forma de ser, su amabilidad, su disposición... Otra es que cuando me leo sus libros me enganchan y a veces no sé ni por qué, simplemente sé que siempre se guarda ases en la manga y que estos llegarán, y puesto que su estilo es tan fluido, sus libros acaban pegándose a mí o yo a ellos. Me ha ocurrido con todos los que he leído de ella, y me ha vuelto a ocurrir con "Soria Moria".

Soria Moria existe para un grupo de jovencitos, parte de ellos de la alta burguesía británica afincada en Tenerife, porque es su lugar de escape. Mientras están allí la vida es sólo suya, nadie se inmiscuye, son libres. Pero no pueden escapar de la realidad en la que viven, donde los intereses de los adultos así como sus propios planes casi nunca están en corcondancia con las ilusiones de los adolescentes que empiezan a despertar al mundo.

Novela intimista ganadora del XXXIX Premio Ateneo de Sevilla que destapa la capacidad del ser humano tanto de "soportar" como de ser capaz de adaptarse a la crueldad y ejercerla si es necesario.

 

 

ENTREVISTA

 

Te interesa mucho la parte oscura del ser humano, la malicia y hasta dónde pueden llegar ¿verdad?

¿Hay otra cosa más interesante? Las debilidades, la maldad de los buenos, las adicciones, el momento en el que alguien íntegro se quiebra... Yo creo, y perdóname la veleidad depresiva, que no sabemos aún de lo que nosotros, esta generación, es capaz. Busco el horror, o lo que entendemos por perverso, para hincar ahí un dedito impertinente. ¿Hasta donde? ¿Por qué?

 

En "Soria Moria" la amistad tiene una importancia muy marcada: por un lado la que tienen los jovencitos, y por otro la que casi se les prohíbe porque existen planes ajenos de los que todos ellos no son conscientes. Esto crea una serie de víctimas entre niños y niñas que se necesitaban mutuamente… Estamos hablando de un siglo, un ambiente y un estatus social donde era bastante habitual ¿cierto? ¿era tan fácil romper amistades?

No nos engañemos: entre mujeres, la amistad apenas tiene unas décadas. La han buscado, en ocaciones de manera desesperada, incluso con el riesgo de ser considerado algo horrible, que era ser lesbiana.

Yo, que pertenezco a otra generación no podría entender la vida sin amigas. Si me robaran mis amores me dejarían vacía, pero sin mis amigas yo no sería lo que soy. Ni siquiera puedo imaginarlo. Pienso en mis amigas de infancia, Sonia, Arantza, Susana, Coral, que la vida me ha ido robando, la vida o mi poca capacidad para adaptarme a cambios, y veo hasta qué punto las he querido, y cómo me han convertido en lo que soy.

Yo, en este momento, he podido gozar de esas amistades. ¿Qué hubiera sido de mí hace cuarenta, cien años? Mi madre no tiene amigas, no digamos ya amigos. No hablamos de un siglo, Anika, hablamos de antes de ayer.

 

En aquel entonces ¿hasta dónde hubieran llegado para asegurarse su futuro? Es más ¿la finalidad justificaba los medios?

Existía la misma moralidad y el mismo miedo que ahora. Hubo gente que cruzó el límite, y gente que no. Las niñas eran bienes despreciados, pero también imprescindibles. Todo dependía de la mentalidad empresarial de la familia, y también de los escrúpulos de la familia. La propia Sissi, que era considerada frívola y alejada de la realidad, hizo lo posible para que sus hijas Gisela y Valeria se casaran por amor.

 

Desde el principio de la novela sabemos que la pequeña Lola sufre un tifus que estropea su físico. ¿A quién le afecta más realmente, a Lola o a Cecily, su madre?

Cuando yo era chavalita y mis notas bajaban del notable, mi padre, un

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gallego estoico, me decía: bueno, tú sabrás. Para tí estudias. A mí no me arreglas nada. Creo que la mentalidad de Cecily es similar. Sufre, porque se le estropea la mercancía, pero tiene claro que la responsabilidad es de la niña. Si comete el error de ponerse enferma, para ella lo hace...

 

Anika con Espido Freire 

 

Volviendo a las niñas, incluso Lucía Berriel era un peligro -según Cecily- para Lola e incluso para la bella Isabella. Teniendo en cuenta que la describe como poca cosa e insulsa, ¿qué tenía ella que no tuvieran las otras para ser un peligro?

Bueno, una buena familia... fíjate al final de la novela, con quien termina casada Dolores. La belleza no importaba. Como ahora, en realidad. Influía, pero no contaba.

 

Soria Moria surge de la necesidad de los jóvenes de ahuyentar la realidad en un momento de transición de sus vidas y la cercanía de la guerra ¿cómo se te ocurrió utilizar esta leyenda y crear la conexión entre leyenda y novela?

¿Me creerás si te digo que no lo sé?

 

Hablando de leyendas, no es la única que nombras en "Soria Moria", también aparece la de la isla de San Barandán y por último la de la joven y fantasmagórica ahogada que buscaba el agua fresca en los días de sol ¿oíste en alguna ocasión esta leyenda en alguna parte o simplemente la inventaste para la trama?

Jajajaja. Me la contó Vetle Lid Larssen, guapo y talentoso autor noruego, que me enseñó tantas cosas... regresábamos de una fiesta salvaje en Pamplona, yo era pregonera de la vendimia de Olite, y él, al despertar en Soria, me habló de Soria Moria. Reconozco esa deuda en el libro.

 

El proceso de niña a mujer en tu novela es bastante cruel. Lola no siente pena de su fracaso, si no del sentimiento de fracaso de su propia madre, por eso decide aceptar algo que no quiere ¿hasta qué punto se sacrificaban las hijas por las madres y por qué, si sabían que habían estado siendo engañadas en su niñez respecto a cómo era la vida?

Yo siento algo terrible, incluso ahora, en lo que significa ser madre. La sociedad obliga a olvidarse de una. El cuerpo, la esbeltez, la belleza, el tiempo, se dedica a unos niñitos adorados, que ahora tienen todas las garantías de sobrevivir. ¿Es menos cruel? ¿Qué espera a las niñas de trece años? ¿La anorexia, el despertar sexual, una responsabilidad que se postpone a los niños? Me preocupa lo que me cuentan. Me preocupa ser mujer sin haber resuelto ese tema. ¿En qué desierto camino?

 

Podemos intuir que Cecily se guiaba por su propia experiencia para educar a sus hijas -de hecho ella lo cuenta- pero habiendo elegido libremente ¿qué es lo que le molestaba a Cecily de su marido?

Uff. Mira al mayor desde cierta distancia... ¿cómo llevarías tú estas casada desde los 14 años con un hombre que te dobla cumplidamente la edad, con el que no puedes acostarte, porque desde que tienes 25 años le vedas el camino a tu cama, por miedo a quedarte embarazada? ¿Un hombre que te engaña con tus empleadas, con las que tiene hijos que tú tienes que esconder, y para colmo, mal empresario, un ruinoso agricultor que pierde dinero sin que puedas hacer nada? ¿Y que, para colmo, te desprecie y tengas que emplear una perpetua mano izquierda, para hacerle sentir superior?

 

Creo que con eso lo has dicho todo... Hay un momento en la novela surrealista y atroz al mismo tiempo, cuando "una madre y una hija" se encuentran en un sótano. Esto lleva a una reflexión, no todos podrían soportar igualmente la represión y que otros manejen sus vidas, y el hilo entre la cordura y la locura puede quedar muy fino y soriamoriahasta rasgarse del todo ¿por qué incluíste esta escena en el libro?

Tenía que estar allí. Era la prueba inconsciente, de que Dolores no era tonta, sólo una niña...

 

Una curiosidad para los lectores que quizás no sepan ¿qué conexión hay entre Soria Moria y la trilogía de Michael Ende?

Quien haya leído de manera obsesiva en áticos sabrá contestar...

 

Has comentado en alguna ocasión que la Primera Guerra Mundial es una de tus obsesiones, la mía es el Holocausto judío ¿de dónde surge la tuya?

La mía es también la Shoa. Aún no puedo cree la atrocidad del Holocausto... pero la Gran Guerra fue esa preparación, el aviso de algo aún más terrible por llegar. Compartimos obsesión, a lo que veo...

 

¿Esa obsesión o fascinación es la que hace que en algunos de tus libros exista la maldad en algún personaje? (compartimos obsesión y también a la hora de plasmarla en papel, por cierto)

Ah, pero es que la maldad existe. En los comentarios de los tertulianos, la propina que no te devuelve el taxista, el comentario a mala fé de una dependienta en una tienda. No te engañes, yo hablo de la realidad, de lo que duele, lo que no creemos. La maldad, la mala suerte, la enfermedad, la muerte.

 

¿Qué hubiera hecho Espido Freire bajo la tutela de Cecily Hamilton? :)

Obedecer. ¿Crees, de verdad, que bajo Cecily se puede hacer otra cosa? Tendría que esperar a tener su edad para comenzar a reaccionar.

 

Cuando nos vimos en Valencia me comentaste que habías tenido que dedicarle tiempo al uso de los nombres porque no querías que algunas personas pudieran verse reflejadas en tu libro. Cuéntanos un poco más de eso ¿hasta qué punto puede haber una base real en tu novela a pesar de tratarse de personajes ficticios?

Bueno, en enero me encontré con parte de los descendientes de los Hamilton de mi novela. Fueron adorables y dulces. Yo, con mi temor a herirlos, olvidé que la realidad existe, que eran como eran, testigos vivos de una realidad pasmosa.

 

En cualquier caso la tierra en la que sitúas la novela es real ¿qué te fascina tanto de las Islas Canarias?

¿Has visitado Tenerife? ¿La isla de La Palma, o las playas eternas de Fuerteventura? No sabemos lo que tenemos, no conocemos esas bellísimas islas como deberíamos. Ignorantes, arrogantes, deberíamos recordar que los dioses castigan la arrogancia.

 

No he tenido esa suerte. ¿Has descubierto otros paraísos que te sugieran ambientar alguna novela en esos lugares?

Soy una chica fácil. Encuentro belleza en muchos lugares, en cuanto haya plantas, vida, tierra. Reconozco que en términos estéticos soy plenamente europea. Encuentro belleza en el Círculo polar, en las tundras, la Selva Negra, la belleza de los campos franceses. Recuerdo con un nostalgia infinita los bosques noruegos, los lagos del verano austríaco, París en Junio.

 

Espido, muchísimas gracias por tu tiempo, conozco tu generosidad y la valoro mucho. Espero que sigamos teniendo más oportunidades para hablar de nuevos libros. Un besazo

Un abrazo enorme, Anika. Espero que nos veamos muy pronto y charlemos. Por favor, no me des las gracias por nada. Sólo faltaba. La primavera me trae nuevos libros, y nuevas ocasiones. ¡Aprovechémoslas!

 

Las chicas del Premio Ateneo de Sevilla 2007, la finalista Raquel Martínez por "Sombras de Unicornio", y la ganadora Espido Freire por "Soria Moria"

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Fotos realizadas en Valencia durante la promoción de los Premios Ateneo de Sevilla: © Anika Lillo

 

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