Entrevista a Carlos Sisí por la Trilogía "Los caminantes"

Dentro de unos meses se cumplirá el tercer aniversario de la publicación de la primera edición de Los caminantes (que ahora ya lleva unas cuantas más). A este primer libro, seguirían poco tiempo después sus hermanos Necrópolis y Hades Nebula (los dos primeros con Dolmen y el último con Minotauro). Pero Carlos no termina ahí su producción literaria en estos tres años, ya que hay que añadir la novela corta Edén interrumpido que salió en formato digital (Scyla Ebooks), el relato La regla número siete (en la antología Para mí tu carne, de autores del grupo Sevilla Escribe) o el cuento Tomo y el problema de la imaginación dentro del segundo volumen del proyecto benéfico Ilusionaria.

Así mismo, se tiene constancia de que el autor malagueño ya ha entregado su nueva novela La hora del mar a la editorial, y que andan en proceso corrector, para tenerla lista hacia los meses de octubre / noviembre.

He entrevistado ya unas cuantas veces a Carlos Sisí con motivo de la publicación de sus novelas, y en esta ocasión creo que es oportuno y un buen momento para hacer repaso de lo vivido hasta ahora y lo que hablar sobre lo que está por venir.

ENTREVISTA

Tres años plagados de noticias, anécdotas, recuerdos, amigos …. Cuando escribiste "Cuando Susana se decidió por fin a regresar al apartamento…", ¿llegaste a pensar siquiera por un segundo adónde podría llevar aquello?

No, en absoluto. Lo he dicho muchas veces, el hecho de publicar ya era un logro en sí. No es que pensara que el libro no fuese a gustar, es que no era algo que ocupara mis pensamientos. Todo ocurrió de una manera progresiva, bastante natural. Todo el éxito se debe en realidad al boca a boca, porque los libros tuvieron unos comienzos muy humildes, era difícil encontrarlos, etc. Pero los que lo leían lo recomendaban en el trabajo, a sus amigos, en las redes sociales, y el interés por Los caminantes fue creciendo.

Hablamos en su momento de que igual era bueno respirar un poco del tema zombi y que te convendría iniciar una nueva aventura tocando otros temas. Pero recuerdo que me decías que una y otra vez se te iba la mente a los miembros de Carranque. ¿Podría decirse que tenías esa necesidad vital de conocer incluso tú mismo cómo iban a terminar sus historias?

Esencialmente, lo que ocurre es que escribir sobre zombis es muy muy divertido. Tienes esas reglas que todos conocemos y que funcionan, y tienes el escenario y la mayor parte de los actores. Quiero decir que todo el mundo sabe lo que se espera de una pandemia zombi. Solo tenía que plantar unos cuantos personajes y descubrir, mediante el proceso creativo de la escritura, qué les ocurre. Eso me permite disfrutar mucho de la escritura. Tampoco quería dejar a los fans sin saber cómo terminaba la saga. Si tardo unos seis meses en escribir un libro, con el proceso editorial de la corrección, etc, no podía dedicarme a otras cosas. Por fin terminé mi compromiso, y soy libre de explorar otras cosas :)

¿Crees que con Hades Nebula se cierra ese ciclo? ¿O de alguna manera te gustaría hacer algún relato relativo a determinados momentos de la vida de los personajes de Los caminantes?

Sí, sin duda habrá más cosas, aunque sean relatos cortos como dices. Siento que tengo una deuda de agradecimiento con los lectores: Me han dado tanto apoyo y calor humano... Dado que son ellos los que demandan más historias de Los caminantes, sin duda haré algo. Hay algo cociéndose a fuego lento en la cocina, una sorpresa que estoy seguro será del agrado de todos... yo al menos estoy entusiasmado :)

En esas conversaciones llegamos a hablar de dos argumentos a desarrollar, y uno de ellos fue el que ha dado lugar a La hora del mar. ¿Cómo ha sido el proceso de resetear tu mente y dedicar tu esfuerzo literario a otros personajes? Lo digo porque podría decirse que tras casi tres años pergeñando las vidas y milagros de Aranda y su grupo, casi que sería difícil separarse de ellos.

Como dices, empecé a jugar con La hora del mar entre la segunda y tercera parte de Los caminantes, pero como hemos comentado, tuve que pararla. Los lectores merecían tener su final sin tener que esperar mucho tiempo. En realidad agradecí mucho el cambio. La hora del mar era algo que quería escribir, y estuve mucho tiempo dándole vueltas en la cabeza. Inventar nuevos personajes, situaciones, y sobre todo jugar con mis propias reglas, fue muy divertido. El proceso de documentación fue tan intenso como emocionante. Los amantes de las teorías conspiranoicas encontrarán muchísimas referencias reales que yo he aderezado en una buena ensalada para construir mi propuesta.

No sabía qué etiqueta poner a La hora del Mar. Imagino que tiene mucho de sci-fi, mezclado con terror.

¿Cuál podría ser la definición en pocas palabras de La hora del mar? ¿Cómo te llega la inspiración y posterior desarrollo de la idea central?

En realidad todo surgió de un sueño. Me desperté eufórico... me lo había pasado bomba. Si lees La hora del mar y luego te cuento mi sueño, probablemente no encontrarás similitudes, pero aquel fue el germen absoluto de ese impulso por escribir la historia. Luego evolucionó, naturalmente... no quería algo demasiado fantástico, ya sabes que me gusta que todo parezca plausible. Hice mucha documentación, y encontré cosas maravillosas. Un amigo común me ayudó con valiosos aportes de cosas que existen en la naturaleza, y descubrí que apenas tenía que inventar demasiado. La realidad supera siempre a la ficción. Estoy particularmente contento del final de la historia. Creo que los lectores estarán preguntándose todo el tiempo qué demonios pasa en realidad, hasta el último momento. Un buen final es como un buen postre que remata una comida agradable, así que estoy contento de haberlo conseguido.

En este tiempo, has saltado de la editorial que te dio esa primera oportunidad a una de mayor calado en cuanto a estructura. ¿Supuso en cierta forma un reto añadido?

No, con Minotauro fue todo genial. La bienvenida, el trato y las relaciones con todo el equipo son fantásticas. Estoy absolutamente feliz. Eso es muy importante para mí y estoy seguro de que para todos. Si estás contento, no importa cómo de grande sea la súper editorial que llame a tu puerta, no cambias, y yo no me veo en ningún otro sitio. No soy de cambios... llevo dieciséis años con la misma compañía de móvil (risas)

Sí que sabía que, de repente, era un pez muy pequeño en una editorial grande. Ahí publican monstruos enormes, muy conocidos. Pero nunca me dieron motivos para sentirme como un pez pequeño, todo lo contrario. Tienen confianza en mí, y eso es impagable. Pero en cuanto al reto... siempre es un reto. Te la juegas en cada libro. Hades Nebula era muy importante... muy complicado... era el fin de la saga, y los lectores habían tenido un año entero para imaginar sus propias conclusiones. ¿Coincidirían con mi particular visión de las cosas? Al fin y al cabo, la única diferencia entre sus expectativas y lo que escribí es que lo mío sería, digamos, canónico. Quería que el libro funcionase, para que los editores estuvieran tan satisfechos como yo, y para que los lectores tuvieran su trilogía sin regustos amargos. Y bueno, funcionó :)

Tus novelas tienden por término medio a tener una extensión de más de 400 páginas. ¿Te ha sido difícil adaptarte a la restricción que supone una novela corta como Edén interrumpido o los relatos y cuentos?

No, he descubierto que los relatos cortos me gustan mucho. Empecé escribiendo relatos cortos, así que me muevo bien con ellos. Son como una explosión sonora, ¡BANG!. Además, Edén interrumpido está gustando muchísimo, aunque tiene el hándicap de que está solo en ebook por su extensión. No sé si debería comentar esto, pero la idea es escribir cuatro o cinco relatos más y sacar un recopilatorio que incluya Edén. Es una idea que se ha trabajado, nada definitivo, pero me atrae mucho. Tengo algunas buenas ideas que podrían quedar muy bien y las iré desarrollando poco a poco.

Quizás es algo pronto para poder opinar sobre la nueva novela, ¿qué acogida crees que puede tener entre todos aquellos que te han descubierto escribiendo Los caminantes?

¡No lo sé! Espero que les guste mucho. Creo que es una buena historia, y es además una buena novela de transición, de los zombis, a otra cosa. Cuando la terminé pasé un par de semanas malas, eso pasa siempre, pero luego llegó la opinión de los lectores cero, de mi agente, de mis editores, y ya me tranquilicé. Había frases como "¡Lo has vuelto a hacer!" y otras bastante entusiastas. Sé que muchos de mis lectores me han dicho que leerán cualquier cosa que escriba sin importar la temática, al menos hasta que deje de gustarles (risas) así que ya veremos. Octubre está aquí al lado, de todas formas...

¿Eres de esos autores que una vez terminan su última novela se ponen inmediatamente con la siguiente o de los que se toman un respiro para limpiar su cabeza y volver a tener nuevas ideas?

No, en realidad, me gustaría tener más tiempo para escribir. No es un trabajo, no hay que descansar, y aunque hay momentos más duros, es puro ocio. Hay un montón de ideas que querría volcar en una novela. Siempre hay algo de fondo. Hay historias por todas partes, y si me apuras, ni siquiera hay que inventar nada. Piensa en todo esto que está pasando en España, por ejemplo... vaya si hay una buena historia ahí.

¿Qué ha cambiado en Carlos de tres años a esta parte?

Bueno, siempre aprendes, y tres años dan para mucho. He encontrado mucho apoyo de lectores anónimos, de autores, y de autores consagrados, y he hecho un montón de amigos. También me gustaría pensar que he mejorado en mi manera de contar historias. Mi libro de trucos es más amplio, y me atrevo con cosas que antes suponían un esfuerzo... El contacto constante con los lectores te aporta muchas cosas, y de ellos se aprende mucho.

Como comentas al hablar de La hora del mar, nace de un sueño, aunque luego sufre variantes y poco tiene que ver con él. ¿Cómo surgió pues la inspiración o el germen de la saga de Los caminantes?

Fue algo muy rápido, casi de reacción. Vi las películas y pensé que los zombis planteaban situaciones fantásticas, de terror, de estrés, de emoción, de aventuras. A mí solo me apetecía escribir... escribir sobre algo, cualquier cosa. Me gusta contar historias, y en realidad no me importa mucho de qué tipo. Si te digo, creo que ahora recuerdo que el portátil era nuevo; mi primer portátil, además, y de alguna forma me di cuenta de que allí tenía una herramienta con la que podía trabajar muy cómodamente: En el sofá, en la cama, en la calle. Creo que de ahí surgió ese recuerdo de cuando era más joven y producía cantidades ingentes de relatos cortos con mi máquina de escribir, que era pequeña y liviana y trasladaba por la casa. Si no hubiera tenido el portátil, quizá ese recuerdo no se habría producido, y me habría perdido este periodo. Fueron zombis, pero pudo haber sido cualquier otra cosa. Era 2008, y pensaba que nadie había hecho algo así. Ahora me alegro de no haber conocido World War Z y las demás, porque quizá hubiera buscado un tipo de historia diferente.

En todo este tiempo, desde que publicaste por primera vez y te llegaban los primeros comentarios hasta ahora, a punto de sacar la que es tu cuarta novela, a buen seguro que habrá buenos y malos momentos. Los malos los vamos a dejar a un lado, de ellos se aprende, y nos quedamos con los buenos. Cuéntanos una sorpresa que hayas tenido de tus lectores o esa anécdota que cada vez que recuerdas te sale la sonrisa Sisí, si se puede contar, claro está.

Ha habido muchísimas cosas. Después de una firma, casi siempre me llevo un regalo a casa... cosas altamente creativas: Un muñeco del padre Isidro de fieltro o de croché, un dibujo hecho a mano, un cuadro enmarcado con una foto de un graffiti impresionante, un montón de cosas que tengo en mi vitrina :) También me han regalado cocacolas, figuras de StarWars y hasta cajas de galletas, porque leen en Facebook o Twitter que son cosas que me gustan (risas) Pero sobre todo, me quedo con la gente que he conocido en el camino, que esta aventura me ha permitido conocer y disfrutar. Muchos de ellos son grandes amigos ahora, y no me imagino ya mi vida sin ellos. Me alegra decirte que la lista de nombres es tan larga que no tendrías espacio para ella.

¿Qué tanto por ciento de tu día a día dedicas ahora a la escritura?

Tengo mi trabajo, una empresa de soluciones de Internet, que requiere casi todo el día, pero le robo tiempo al día de donde puedo. Escribo un poquito al mediodía, y cuando termino, a las ocho de la tarde, puedo escribir hasta las doce. Luego, cuando me apetece, puedo quedarme tranquilamente hasta las dos o incluso las cuatro de la mañana, según cómo me sienta. Los fines de semana tienen también muchos ratos que puedes dedicar a escribir. Mi primer libro se publicó en Diciembre del 2009 y acometo ahora mi sexta novela. Son muchas horas robadas al día (risas).

¿Cómo te ves, literariamente hablando, de aquí a diez años?

¿Quién sabe? Es un mundo complicado. No basta con escribir bien, o tener una buena historia que contar, que quizá es lo más importante. La gente lo perdona todo si la historia es buena. Hay que tener ciertas actitudes sociales y tener suerte, mucha suerte. Por ahora todo va muy bien, y sigo escribiendo con ilusión. Me gustaría poder dedicarme únicamente a escribir, es algo que me encanta, pero vienen tiempos malos, y la gente no tiene que privarse de los libros, siempre pueden descargarlos gratis y meterlos en su Kindle. Mis libros están ampliamente pirateados, pero mucho mucho. Es un tema delicado... la piratería está bien, hace que la gente conozca tu obra y se propague, pero tiene que haber un mínimo de soporte. Si hasta eso se destruye, toda la estructura se tambalea. Vivimos en tiempos difíciles, así que el futuro es especialmente incierto.

¿Has tenido ya alguna premonición, sueño o sucedido que te indique que vas a escribir una nueva novela? ¿Puedes contar, si ya tienes ideas en la cabeza, cuál es la que te apetece seguir?

Bueno, el éxito y la aceptación de "Edén Interrumpido", mi mini-novela disponible solo en ebook, me hizo mirar con ilusión el hacer más relatos de similar extensión. Edén tiene unas noventa páginas. Si juntamos cuatro o cinco relatos de este tipo podemos tener un tomo interesante para sacarlo en papel. Eso me gustaría. Es muy gratificante escribir estas pequeñas novelas, y tengo varias ideas.

También ando liado con otro proyecto, una nueva novela, pero esta vez, quiero que sea una sorpresa.

Ahora los libros de Los caminantes ya han ido llegando a Méjico. ¿Cómo estás viendo la reacción del lector de allí? ¿Crees que es, en cierta forma, igual que cuando nosotros leemos algo ambientado en Wisconsin o en Tijuana?

En España la gente ha reaccionado muy bien a los libros porque están ambientados aquí, y los personajes son también muy de aquí. Los lectores se identifican con ellos, y cada uno tiene sus favoritos. Las películas americanas usan unos estereotipos muy claros, muy de cine. Yo buscaba más bien la naturalidad, en todo momento. Con la edición inglesa, los lectores americanos han destacado que la novela tiene un "sabor diferente" por ser una traducción de una obra extranjera. Pero creo que no es eso, es que captan de alguna forma inconsciente que los libros se escapan de esos patrones rígidos a los que estamos acostumbrados. Creo que los amigos de México captan eso también. Les gusta, además, utilizar Google Maps para visitar los sitios de la novela y buscar fotos de los lugares. Les hace gracia que todo sea como está descrito. Es como si pudiéramos ver los lugares que Stephen King describe en su novela IT, visitar Derry. A mí personalmente me emocionaría.

¿Cómo te definirías en pocas palabras? ¿Realmente crees que tus textos reflejan tu personalidad diaria o son ese lugar en el que volcar sentimientos o que te permiten relajarte sacando zombis, tiros y demás?

Creo que es inevitable reflejar algo de uno mismo en una creación propia. Buscando la naturalidad, como te decía antes, siempre me paro a pensar en las reacciones que los personajes tendrían ante cada situación. Ahí es muy difícil no dejar una huella. Es como cuando la gente me dice: "¡Qué listo es el padre Isidro!" y yo contesto riendo: "¡No, qué listo soy yo!" (risas) así que sí, definitivamente es mi obra, y por eso es diferente a otros libros de zombis, en la medida que yo soy diferente a otras personas. También me gusta introducir valores. Mis héroes no son héroes por que disparen más que nadie o sean muy buenos saltando por los tejados, si no porque, en esencia, se mueven por principios morales nobles. Soy consciente de que muchos de mis lectores son jóvenes, y quiero que inconscientemente capten ese mensaje de positivismo, de humanidad. Lo he dicho muchas veces, pero me encantó cuando un reseñador dijo que Los caminantes era una "oda a la vida".

Creo que con todas las entrevistas anteriores que le he ido haciendo a Carlos, y en esta de ahora en la que hablamos de una forma más extensa, no hay ni un 1 % de lo que realmente el autor malagueño refleja en persona. Es siempre muy gratificante para mí, ya no solo charlar con él, sino poder adentrarme en su interior con estas preguntas. Muchas gracias Carlos, por tu tiempo, tu paciencia, tus respuestas y tus historias. Gracias por todas estas cosas y muchas más.

Eres más que amable, Fer. Es siempre un placer charlar contigo. Pero soy yo el que debe toda la gratitud a toda esa gente que ha recomendado los libros a sus familiares, a sus amigos, en sus trabajos... y a todos esos lectores que insuflan ánimos de forma diaria en las redes sociales y por email. Sin eso, mis historias habrían muerto en su ataúd de papel.

ver + Carlos Sisí