Anika entre libros

Entrevista a Alfredo de Hoces García-Galán por "Fuckowski: memorias de un ingeniero"

"No sé si lo he aprendido o lo he heredado, pero suelo filtrar el mundo por ese prisma surrealista que hace de lo cotidiano algo gracioso."

Firma:  Alejandro Párraga/ Fotos: autor / Mayo 2005

 

Alejandro Párraga

Hace poco más de un año, mi novela "Meando en la puerta del vecino" tan sólo era un montón de folios virtuales alojados en un portal de interné. Sin embargo, un buen día Anika me escribió un correo sugiriéndome ser entrevistado. Acepté. Aquella invitación me conmovió: su modo de creer en un autor al que sólo se le conocía en la "red" e incluirlo dentro del exquisito listado de escritores, con mayúsculas, a los que había abordado desde su sait, resultaba sobrecogedor para un aficionado como yo. A raíz de aquello, el interés por mi obra creció desmesuradamente, me llovieron multitud de encuentros con periodistas, críticas, correos de lectores... Y, finalmente, una editorial que me ofrecía su mano para saltar a las librerías.

Hoy, después de estar ya aburrido de preguntas de periódicos, radios o televisión, puedo decir que ninguna me ha emocionado tanto como aquella tan cálida que me ofreció Anika...

Ahora, en pequeña muestra de agradecimiento, os ofrezco una entrevista que aprovecho para, a su vez, darle el relevo a un nuevo escritor que, por circunstancias de la vida, se encuentra en una situación parecida a la que yo estaba... Un regalo que no tiene desperdicio, os lo aseguro.

Sin más preámbulos, ahí va...

Tosco, grosero, tierno, despiadado, genial, humano, denunciante, sexual, violento... Así es Alfredo de Hoces García-Galán, una nueva promesa de la literatura del siglo XXI que, parapetado en su página güeb (www.fuckowski.com) y armado con una literatura mágica, ha conquistado el difícil mundillo de la literatura onlain. Su aparición en el conocido portal literario español YoEscribo.com fue contundente: su novela golpeó a los lectores, los zarandeó con rabia, les obligó a beber el brebaje de la ironía y la crítica mordaz y hubieron de sucumbir, encumbrándolo hasta las cotas más altas del halago, concediéndole sin remedio el primer premio en el IV Certamen Internacional de Novela que organiza la citada página en unión con la Fundación Cabana. "Fuckowski: memorias de un ingeniero" es la una literatura salvaje que duele, nada tiene de complaciente, le dice a mucha gente cosas duras que ésta no quiere oír, que prefiere olvidar o prodigarles una olímpica verónica... Y consigue ese milagro de que al lector se le confundan en las mejillas las lágrimas de la risa y de la pena. Su técnica exquisita es el resultado de una soberbia mezcla de prosas dispares con un elemento común: la sinceridad. Sus párrafos conjugan con maestría la técnica ligera de Fante, los razonamientos de Orwell, la ironía de Salinger o la poesía de Benedetti.

En definitiva, una novela extraordinaria que precisa de varias lecturas para poder arrancarle de las entrañas todo el jugo. Un autor que dispara a bocajarro literatura de la buena.

 

ENTREVISTA

 

La primera para ir calentando y así nos ponemos pronto en materia: Señor de Hoces ¿quién es usted?

¿Puedo pedir el comodín del público? A ver... podría definirme como alguien que se compró todas las papeletas en el sorteo de la libertad, y le salió "sigue buscando, hay miles de premios", así que piensa que hubo tongo y se dedica a ponerle pleitos a la empresa.

 

Una chorrada para curiosos, ¿dónde y cómo escribe? (horarios, lugar, PC, cuadros que le rodean, ¿música?, ¿té, café o carajillo? Olores, sabores, entorno...)

La verdad es que estoy escribiendo permanentemente. Andando por la calle, en un bar, en el tren… siempre ando capturando ideas, sensaciones, y convirtiéndolas en palabras. Tengo muy mala memoria, así que suelo llevar un bloc de notas en el bolsillo; a veces, cuando me quiero dar cuenta, me he pasado tres paradas, y me quedo mirando mi papelito garabateado con cara de gilipollas preguntándome si no tendría que ver a un médico. Cuando finalmente me decido a unir todos los pedacitos en una historia lo suelo hacer en casa, con el portátil, acompañado de un par de cervezas y música clásica. Normalmente tengo que robarle horas al sueño, así que a veces llego al trabajo en estado lamentable. Pero en fin, sin no fuera por estos ratillos…

 

"Fuckowski: memorias de un ingeniero", ¿es un ejercicio psicoanalítico o tal vez un exorcismo de Alfredo que se extiende a todo un país y a sus circunstancias pasadas y presentes?

Mucho de las dos cosas. Empecé a escribir "Fuckowski..." como terapia, para evitar liarme a hostias con mi antiguo manager. Me preguntaba por qué, después de invertir los mejores años de mi vida en obtener conocimientos y experiencia, había acabado en un cubículo claustrofóbico limpiando las cagadas de un impresentable que no sabía hacer la O con un canuto. Acabé concluyendo que casi todo funciona mal, y decidí reírme de ello mientras buscaba un resquicio por el que salir.

 

¿Es Internet una plataforma de despegue adecuada para los nuevos autores?

Sin duda alguna. No hay método más directo para llegar a los demás. Hoy un chino graba un tema con su guitarra y mañana lo está oyendo un chileno sin necesidad de que un gordo con corbata y puro dé su visto bueno. Si no fuese por internet, tú no sabrías que existo.

 

Desde Irlanda, reivindica sus raíces...

Sobre mis raíces españolas tengo sentimientos contradictorios. Por una parte, al emigrar, aprecia uno lo cálido del carácter mediterráneo, ese saber vivir, ese romanticismo del que tantas otras culturas carecen; se echa terriblemente de menos a la gente, el mar, el sol, el flamenco. Pero también se da uno cuenta de que el cachondeo español se extiende a lo político, lo económico y por ende a lo mediático. En un momento tuve tal sobredosis de trabajo basura, chapapote, armas de confusión masiva y crónicas granhermanas, que me planteé seriamente el irme para nunca volver. Ahora soy más optimista; pretendo viajar lo más posible pero quiero tener mi lugar de reposo en Maro, frente al mar. Un rincón apartado del mundanal ruido, donde sólo oiga el rumor de las olas, los grillos, y a mis perros ladrándole a la noche.

 

Las sentencias de la crítica y los foros no pueden ser más espléndidas: "Tocado por la gracia", "...alta literatura...", sólo por citar algunos de los últimos piropos. ¿Cómo le influyen, a nivel personal y creativo, tantas loas?

Bueno, las tengo de cal y de arena, aunque suelo recibir muchas mas críticas buenas que malas. Por lo general estoy más interesado en el contenido que en la forma, así que la crítica referida al estilo me suele dejar indiferente. Es como si te pasases una noche hablando con un amigo al que ha dejado su novia y al final te dijese "oye, pues conversas bien". Prefiero el "gracias, me has animado un poco". Cuando recibo comentarios de este tipo (algún e-mail me ha hecho saltar las lágrimas) me siento más humano, más en contacto con la gente. Me empuja a seguir viviendo en lucha constante con el conformismo, a buscar cosas que valgan la pena, a plasmarlas en papel lo mejor posible y a dárselas a quien le puedan servir. Es mi forma de devolver, en la medida de mis modestas posibilidades, todo lo que otros me han dado.

 

¿Qué opinión le merece un éxito como "El Código Da Vinci" de Dan Brown? ¿Éxito merecido o estrategia mercadotécnica?

Pues llevo casi dos años sin televisión ni radio, así que del despliegue publicitario ni me enteré. Mi padre me llamó un día, me habló del libro y me lo mandó por correo. Simplemente lo leí y me encantó, aunque alguno de los acertijos me pareció demasiado simplón. También pensé que el autor había sido muy benévolo con la iglesia. Me quedo con el mensaje principal: el engaño al que iglesia, estado y poder en general ha sometido a la humanidad, desviando la búsqueda de la felicidad hacia dios, el consumo y otras promesas vacías para que sirvamos ciegamente sus intereses y dejemos de lado el verdadero camino, escrito a fuego en cada una de nuestras células: el amor. El Código Da Vinci ha llevado al gran público lo que ya escribió Eric Fromm en "El arte de amar", un libro mucho más difícil al estar escrito en el tono filosófico y psicoanalítico que caracteriza al autor. Cuando terminé "El código…" me dieron ganas de salir a la calle y enamorarme de nuevo. Si tal o cual triangulito está de verdad pintado en La Mona Lisa, me importa bien poco.

 

¿Cómo organiza su trabajo de escritor? ¿parte de una historia "cerrada" o improvisa sobre una línea argumental? ¿Cuáles son sus recursos para realizar tramas tan cercanas a la actualidad?

Siempre parto de ideas cerradas; escribo para contar algo. Qué me sucedió, qué aprendí de ello, qué problema tuve y cómo lo solucioné. Son tramas actuales porque escribo sobre lo que me rodea; son las cosas que me digo a mí mismo para darme ánimos y seguir adelante. Disfruto haciéndolo. El día que me siente "a ver si escribo algo" será el momento de dedicarme a otra cosa. Todo lo que hago en mi tiempo libre tiene la finalidad de mantener viva la llama interior de las emociones; todo lo que se convierte en rutina lo acabo abandonando. Es lo que me ha pasado con la informática.

 

En su novela, ¿encontramos un alter ego o simplemente un personaje más en Fuckowski?

Soy yo. Lo que pienso, lo que siento, con total sinceridad. Muchos de los diálogos los mantuve tal cual están escritos.

 

Inventa términos en su obra tales como "Minglanillas", "Pijoski" o "Monchito" para calificar a ciertos individuos que revolotean alrededor de su personaje...

Tendrías que conocer a mi madre; tiene un sentido del humor que ya quisieran muchos humoristas consagrados. Lo rebautiza absolutamente todo; hay veces que te cuenta algo que le ha pasado al ir a comprar el pan y realmente me planteo si no tendrá drogas guardadas por alguna parte. No sé si lo he aprendido alfredodehoceso lo he heredado, pero suelo filtrar el mundo por ese prisma surrealista que hace de lo cotidiano algo gracioso. Es una defensa; si no me tomase así las cosas ya me habría tirado al río. O me habría convertido en un tipo serio con una escoba metida por el culo, que no se qué es peor... Por cierto, Minglanillas es el apellido que Pérez Reverte le puso a un piloto pretencioso en uno de sus geniales artículos de opinión. A un compañero de trabajo que tuve una vez le venía que ni pintado, así que se lo dejé puesto.

 

La temática aborda el mundo de las empresas dedicadas a la Informática... ¿tan mal anda el sistema como para que existan operaciones comerciales como "La bicicleta" o "La caja de huevos"?

Y porque no has oído hablar del portal de los cromos virtuales. Pa' mear y no echar gota. Pero así funciona: se inventa cualquier gilipollez, se le dice a un puñado de gilipollas que es el novamás, y siguiendo el principio del "traje del emperador", lo compran y se hace dinero. Yo suelo ser el niño que dice "¡pero si va en pelotas!", y claro, así me va…

 

¿Es Alfredo de Hoces un emigrante laboral o un decepcionado de su entorno...?

Me fui por varios motivos. Condiciones laborales precarias, necesidad de ver el mundo y cambiar de perspectiva, buscar nuevos horizontes, no tener que oír las canciones de Operación Triunfo III (y para esto no basta con apagar la tele, siempre hay algún capullo que le ha metido al coche un subwoofer que te hace rebotar las pelotas). Tengo que decir que ha valido la pena. Hace unos meses, después de hablar por teléfono con un amigo, me quedé mirando a la pared de mi estudio y me dije: "ni he visto la boda del príncipe, ni he oído nunca el Antes muerta que sencilla, ¡soy puro, soy puro!".

 

Una vez dé el salto al papel ¿tiene miedo de convertirse en un producto comercial?

Para nada. Pase lo que pase, cada vez que me siente delante de un folio será para escribir lo que me dé la gana, lo demás me da igual. El día que tenga algún tipo de impedimento me pasaré a la música o a la cría del berberecho. Me lo tomaré como mi actual empleo: haré las cosas bien, y si alguien intenta obligarme a hacerlas mal me negaré, aunque me despidan. De igual modo he dejado grupos de música con los que tuve la oportunidad de grabar algún CD, porque no disfrutaba con lo que hacía.

 

Todos dicen que no, pero, ¿se prestaría a ganar un premio de los llamados "de prestigio" a cambio de convertirse en un superventas?

¿Prestarse a ganar un premio? ¿Tan duro es? No me digas que te introducen la estatuilla por el recto... Bromas aparte, me prestaría a cualquier cosa que encajase dentro de mi ética. Al resto me negaría en rotundo.

 

Otra de miedo: ¿teme el momento en que la vocación y el oficio se pongan de acuerdo para apuñalar por la espalda a la genialidad?

Esto más que una pregunta es un cumplido... Creo que no. Mi forma de escribir es salir al mundo, vivir la vida, y volver a casa con un puñado de notas en el bolsillo. No creo que cobrar por ello me afecte de forma negativa.

 

Obligada: ¿qué ha aportado estilísticamente hablando a la novela?

Los forlayos, sin lugar a dudas… Bromas aparte, no sabría decirte. No soy ningún entendido y no sé lo que se cuece en la novela actual. Leo los autores que me gustan y escribo lo que quiero, no me preocupa ser original ni aportar nada nuevo. Si sucede, pues mejor, pero no lo busco.

Pasa como con la música; hay tantísimos grupos que venden discos porque aportan algo nuevo (teñirse las perillas de verde o repartir rollitos de primavera en los conciertos) pero que luego los oyes y no te dicen nada… Yo simplemente soy yo, si soy uno de tantos pues esto es lo que hay. Por cierto, los filostros y los forlayos aparecieron por primera vez en "el tratado del marrón", un genial documento que todo informático ha leído…

 

También obligada: sus contemporáneos preferidos en poesía y novela (no se salga por la tangente, por favor. Cite; de nombres)

Difícil, cuanto más moderno es algo, menos me suele interesar. Ahora se hace casi todo para ganar dinero, es difícil encontrar algo auténtico. Echando un vistazo rápido a mi estantería encuentro a Pérez Reverte, Fernando Savater, García Márquez, Patricia Highsmith, Joaquín Sabina.

 

¿Qué está escribiendo ahora Alfredo de Hoces?

Varias cosas. Más de Fuckowski (aún tengo unas cuantas historias que contar); un pequeño ensayo sobre redes neuronales, una fábula al estilo Orwell sobre la libertad y los sueños de juventud, un ajuste de cuentas con una ex, una novela centrada en los tres años que pasé trabajando en el aeropuerto de Málaga (aprendí muchísimo sobre la gente tratando con unas doscientas personas distintas por día, gente que va de paso y que te cuenta su vida en dos minutos). La verdad es que me frustra no tener más tiempo libre.

 

Así que pasen veinte años... ¿qué lugar tendrá la obra de Alfredo de Hoces en la literatura?

Vaya, hombre, se me ha quedado la bola de cristal sin cobertura. No tengo ni la más remota idea. Tan sólo deseo aportar mi granito de arena contra el conformismo y la estupidez, origen de toda la miseria del mundo.

 

¿Qué promedio de tiempo emplea en completar una novela? (si puede detallarme cómo es el proceso, los lectores lo agradecerán)

Por ahora sólo he escrito una, y ni siquiera estaba enfocada a ser novela. Empecé en septiembre a escribir relatos en mi página web, en ratos perdidos. Luego empezó el boca a boca en internet, recibí comentarios, correos, enlaces, agradecimientos, mucha gente me mencionó en sus páginas web. Todo esto me impulsó a seguir, y en Diciembre recopilé los relatos y los presenté al concurso de YoEscribo. Cuando escriba la siguiente, prometo contártelo con detalle.

 

Es Alfredo de Hoces un hombre de fe. ¿De qué tipo?

El concepto de fe se me escapa, sólo creo en lo que veo. Podría decirse que tengo fe en que hay "algo más", una vida mejor. Pero no es cierto, no creo en ello; lo sé, ya lo he vivido. Toda mi lucha, mi evolución personal, no son más que un volver atrás, a recuperar el mundo en el que vivía antes de convertirme en un recurso humano.

 

Espero que no le moleste: a ratos, leyendo los múltiples relatos que hay en su portal, le percibo casi genial (logrando licencias poéticas y estilísticas, abriendo puertas para lo que vienen detrás) mientras que, en otras ocasiones, le encuentro... viviendo -si me lo permite- de "rentas literarias"... ¿Cómo lo ve usted?

Mu negro, mu negro… Escribo para recordarme cosas a mí mismo, así que en ocasiones probablemente me recuerdo cosas que he leído. Si no fuese porque me pueden meter un puro, me sentaría a escribirme "El lobo estepario"…

 

Al empezar a leer el libro, me he preguntado si no habría prejuzgado demasiado pronto qué era lo que me iba a encontrar. La verdad es que tras unas pocas páginas tuve la sensación de leer algo en la línea de Bukowski y, poco después, incluso de Huxley. ¿Era su intención hacer un juego de estilos entre la aventura, la introspección y la crítica social?

Para nada. Hay muchos libros que me han marcado, que me han abierto los ojos. Son conceptos, visiones, que se me quedan dentro, que me configuran. Cuando escribo, como cuando charlo con alguien, aparecen todos, sin más orden ni concierto que servir a lo que quiero contar.

 

¿Qué opina de aquellos que dicen que el estilo no es necesario?

Decía John Lennon que el estilo es no tener ningún estilo. Creo que es algo que se tiene o no, como cuando se es guapo. Hay demasiadas monas vestidas de seda; se nota el truco y resulta patético. Supongo que, a la hora de escribir, el estilo es como la letra, se puede tener buena o mala. Recuerdo que de niño tenía muy mala letra, y a veces me dejaban una hora extra después de clase haciendo palotes. Yo me sentía como si estuviesen anulando una parte de mi personalidad.

 

Citando a Buckowski... ¿Un escritor es como una puta a la que se utiliza y luego se termina con ella?

Ahora todo se enfoca como objeto de consumo, sí. La gente se ha vuelto muy pasiva, quiere consumir más y mejor, cosas nuevas, distintas, originales. Allá cada uno, pero yo lo veo como cambiar de amigos o de novia porque "siempre es igual". Yo a mis buenos amigos los quiero precisamente por eso, porque siempre son iguales y me gustan como son.

 

Usted, Alfredo de Hoces, se dio cuenta de que era escritor, o de que deseaba serlo... ¿Quién le dedicó las primeras palabras que le sirvieron de impulso para esa vocación?

Mi amigo Antonio Maldonado fue el primero que me dijo "deberías tomarte esto en serio, se te da bien, tienes las ideas claras y sabes expresarlas". Es una persona sincera hasta el extremo, así que me lo creí. Luego, la primera persona que ha apostado por mí desde dentro del mundillo, a la que le debo mucho, ha sido Alejandro Párraga, autor de "Meando en la puerta del Vecino". ¿Le conoces?

 

¿Hubo algún acontecimiento, casual tal vez, que ahora piense que también influyó decisivamente en la selección de este camino como la mejor opción, y en cierto modo la única posible?

La aceptación que tuvo mi weblog, lo rápido que se extendió por la denominada "blogosfera". Cuando empecé a recibir comentarios del tipo "date prisa con la siguiente historia, no puedo esperar", "el día que publiques el libro te compro seis", "hoy le he impreso a mi novia uno de tus relatos para que me entienda mejor", me di cuenta de que esto podría pasar a ser algo más que una pasión oculta.

 

El tiempo, a Alfredo de Hoces, le importa mucho. Lola Díaz preguntó en una ocasión a Jaime Gil de Biedma acerca de cómo veía la cuestión temporal "desde la cima de la madurez". ¿Cómo ve usted esta cuestión desde la ladera - tan despejada y luminosa la suya, por cierto- de la juventud?

Tengo la determinación de sacarle el máximo jugo a la vida, son muchas cosas las que quiero hacer y no tengo demasiado tiempo. Estoy empeñado en vivir una vida tal que nunca tenga que decirme "por favor, que el tiempo pase rápido"… como en las aburridas e inútiles reuniones orgiásticas de Minglanillas y Monchitos. Odio vivir esperando a que llegue el viernes.

De todas formas, me resulta curioso lo relativa que puede llegar a ser la percepción del tiempo. Hace tres años me sentía un viejo prematuro, ahora me siento como en una segunda adolescencia. Uno puede sentir que ha desperdiciado su vida y que no le queda tiempo para arreglarlo, y al día siguiente que todo ha valido la pena. Hace un par de años tuve una novia de la que estuve enamorado hasta la médula, y a veces nos decíamos "gracias por lo que me has dado hoy, si mañana me atropella un tren mi vida habrá valido la pena". Moraleja: hay que follar más…

 

Puede haber algún aspecto o tema de la "realidad" que, de manera consciente o inconsciente, no le interese y descarte como material para su oficio...

Posiblemente muchos. Hay demasiado accesorio inútil, tanto que a veces los árboles no nos dejan ver el bosque. Me manejo bien en el abstracto pero soy malísimo con los detalles, suelo ir al grano y descarto mucha información que considero una pérdida de tiempo. Lo que pasa es que la descarto tan bien, que no me acuerdo de que la he descartado, así que no te puedo dar ejemplos…

 

En múltiples ocasiones, los lectores que hacen críticas buscan en su obra, y le ofrecen la selección de las influencias que la nutren que, inevitablemente, tiñen su escritura, pero ¿existe algún "antecedente", de los muchos que le han encontrado, con el que no se identifique en absoluto? es decir, que el autor con el que le asocian no forme parte del árbol genealógico de su escritura...

Pues sí, porque me han encontrado tantas similitudes con autores a los que nunca he leído… Pratchett, Salinger, Burroughs, Palahniuk, entre otros. Desde que empecé a escribir tengo una lista enorme de autores pendientes.

 

El tono del libro está bastante teñido de sentido del humor.

La única manera efectiva que he encontrado de no renunciar a lo que creo que es la verdad, sin sufrir espantosos tormentos por tener que vivir entre mentiras, es el sarcasmo. Es la forma de decir, "sí pero no", o "y sin embargo gira". Si no tuviese esa vía de escape ahora estaría en una celda acolchada. Recuerdo una reunión en la que cinco tipos intentaban convencerme de las maravillas de un workflow que no hacía absolutamente nada; era más o menos un Power Point. Yo pregunté porqué narices estafábamos al cliente; les estábamos vendiendo una cáscara vacía. El gran jefe me respondió: "nosotros no definimos nada para darles la opción de que lo hagan a su manera, se trata de ofrecer un producto flexible". Yo, por no liarme a puñetazos con el proyector de vídeo, cogí un folio en blanco y un boli y se dije "pues nada, aquí esta: A4, el workflow más flexible del mundo… ¿nos vamos de cena de proyecto?". Los otros cuatro sucumbieron a la evidencia y no pudieron aguantar la risa. La cara que se le quedó al manager la recuerdo cada vez que voy a un velatorio, para animarme un poco…

 

¿No anda por ahí mucho relato disfrazado de novela?

Sí, hay muchas novelas que he dejado en el capítulo 5 (no me vayas a dar premio). Lees y sólo ves a alguien escribiendo al otro lado de la página, rellenando páginas, sin decir nada o diciendo muy poco. Relatos disfrazados de novela, estribillos disfrazados de canciones, mierda disfrazada de hamburguesa, bloc de notas disfrazado de sistema operativo. Lo entiendo, todo el mundo tiene derecho a intentar engañar para ganarse el pan. La culpa es del que compra.

 

"Obsérvame observando", dice la cita de Byron que usa en "El jugador de billar". ¿Es más voyeur o más exhibicionista?

No me interesa mucho lo que hacen o dejan de hacer los demás, por eso no soporto el Gran Hermano. Me recuerda a aquella canción de La Polla Records, ¿Qué hacen ahora en Londres? Me la trae al pairo. Tampoco me considero exhibicionista, es simplemente que no veo la necesidad de ocultar nada a nadie ni en lo que escribo, ni en mi vida en general.

 

Su paso por el portal YoEscribo.com ha sido asombroso. En poco tiempo se ha convertido en su estrella y actual estandarte. Ganador del Certamen Internacional de Novela, parece que su lema sea: Llegué, vi, vencí. ¡Dígame que en la escuela suspendía Pretecnología!.

Pues no, era de lo que mejor se me daba. Ahora, en Geografía e Historia sacaba cada cero… Llegué al portal animado por muchos de mis lectores, así que una vez maquetada la novela, empezaron a bajársela, y el índice de lecturas subió como la espuma. Esto ocasionó cierta controversia que ha acabado por aburrirme, pero participar en el certamen junto con novelas tan destacables como "Peso Cero", de Antonia Romero, ha sido todo un honor.

 

¿Qué espera Alfredo de Hoces?

Espero que llegue el momento en el que no tenga que esperar nada más, que pueda vivir a mi manera y punto.

 

A diferencia de los narradores omniscientes, usted cuenta en fragmentos, mezcla recuerdos y fantasías, se pierde. ¿Qué pretende que encontremos entre sus páginas rotas?

A mí, ni más ni menos. Creo que todos estamos formados por millones de fragmentos, es absurdo reducir una persona a una definición escueta. Querer simplificar el yo es atentar contra el alma humana. Mierda, otra vez "El Lobo Estepario"…

 

¿Qué supone España para usted?

Un colectivo del que unas veces me avergüenzo y otras me siento orgulloso, un país de riqueza cultural y miseria intelectual, una absurda contradicción, una sociedad en la que de todo lo malo de uno mismo se le echa la culpa al vecino. Cada uno se mea en la puerta del otro…

 

¿Qué anotó en su diario el 11-M?

"Como vuelva a salir el PP, quemo el pasaporte"

 

El mundo actual, ¿ha dejado de ser un relato coherente?

Pues sí. La razón se ha vendido al capital, todos nos estamos volviendo locos.

 

¿Cuál es la última línea que ha subrayado en un libro ajeno?

Apunté un párrafo de "Flowers for Algernon", de Daniel Keyes: "Exceptional - a democratic term used to avoid the damning labels of gifted and deprived (which used to mean bright and retarded) and as soon as exceptional begins to mean anything to anyone they'll change it. The idea seems to be: use an expression only as long as it means anything to anybody". Me impactó; me hizo pensar en esa absurda obsesión actual con el eufemismo y lo políticamente correcto. Se trata de que nadie se sienta ofendido, no vaya a ser que cambie el voto. Bien podría haberlo escrito Orwell.

 

Algo que quiera añadir...

Simplemente agradecerte el tiempo que te has tomado en entrevistarme, pues sé que andas muy ocupado, y mandar un afectuoso saludo a todos los que me han ayudado a estar aquí. Espero que los 500 ejemplares que se van a imprimir tengan una buena acogida, que faciliten futuras ediciones de ésta y otras de mis obras.

 

alfredodehoces-opiniones 

 

ME GUSTA... La sinceridad

DETESTO... La hipocresía

ME ENCANTA... El blues

ABORREZCO... La memez

ME PIERDE... La curiosidad

ME GANA... Una sonrisa a tiempo

ME PONE... Una mujer descalza

ME INDISPONE... La publicidad

ME INDIGNA... Un imbécil pomposo

ME DEJA FRÍO... Quien intenta impresionarme

ME CALIENTA... La sensualidad natural

ME PERTURBA... El ruido

ME ATURDE... La demagogia

ME CONFUNDE... La incoherencia

ME ATERRA... Perder la razón

ME ENAMORA... La inocencia

 

ver + Alfredo de Hoces

 

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentarios de los lectores:

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar