Anika entre libros

Entrevista a Alejandro Arís por "Matarratas"

"Hoy día el que está desinformado es porque quiere"

Firma: Patricia Tena / Mayo 2010

 

Alejandro Arís nació en Barcelona en 1943 y desde los ocho años tuvo claro que quería ser cirujano. En 1987 realizó la primera implantación de un corazón artificial (Jarvik 7) en España. A finales de la década de los 90, publicó un compendio de anécdotas médicas, Tome una antes de acostarse (Planeta) y unos años después el ensayo Medicina en la pintura (Lunwerg), un análisis de cuadros con motivos médicos.

En 2007 publicó su primer thriller médico, Los cuadros del anatomista (Suma de Letras). En 2009 esta misma editorial ha publicado su última novela, Matarratas, un thriller ambientado en un hospital barcelonés donde ocurren una serie de asesinatos relacionados con la posible implantación de un nuevo medicamento anticoagulante. Por si esto fuera poco, un grupo de narcotraficantes colombianos planear simular un atentado terrorista islamista contra la Sagrada Familia de Gaudí. El doctor Cervera, un excelente cirujano con una pésima calidad humana, se verá envuelto en ambas tramas.

 

 

ENTREVISTA

 

Asegura que antes de cumplir los diez años ya sabía que sería médico. ¿Cuándo supo que quería ser escritor?

Siempre he sido un lector voraz y durante mi carrera como médico a menudo me sucedían anécdotas que me hacían pensar "esto lo tendría que escribir en un libro". En el año 1998 escribí uno sobre anécdotas relacionadas con la medicina y esta fue la primera toma de contacto con la escritura. El arte es otra de mis pasiones y aproveché mis conocimientos en ambas disciplinas para escribir un libro que analizaba la medicina en la pintura. Tras comprobar el éxito de estos libros, me animé a continuar escribiendo.

 

¿Y cómo llega la inspiración para Matarratas?

Todo empezó con mi primera novela, Los cuadros del anatomista, que Matarratas -portadafue un desafío de una de mis hijas que vive en EE.UU. Los dos estábamos leyendo El código Da Vinci de Dan Brown, ella en inglés y yo es español, y le comenté que me estaba gustando pero que yo mismo podría haber escrito algo parecido. Ella se rió y me provocó poniéndome a prueba. Para convencerla, empecé a improvisar una pequeña historia que le pareció buena y me aconsejó que intentara publicarla. Lo medité y, tras considerar que podía ser una novela original y bastante diferente de lo que se edita hoy día, decidí hacerlo.

Una de las editoras de Suma de Letras me comentó que le parecía un buen libro pero que creía que tendría más éxito si cambiaba algunas cosas y lo ambientaba en una época más actual en Barcelona. Le dije que si me publicaba esta novela, en un par de años seguiría sus consejos y le traería otra. Y así nació Matarratas.

 

¿Cómo aplica el concepto de matarratas que todos conocemos a su thriller?

De hecho, toda la idea de la novela gira alrededor de ese concepto. El matarratas es una sustancia cuyo objetivo es que, una vez lo haya ingerido la rata, sus congéneres no lo identifiquen ni lo relacionen con la muerte inminente de la compañera, ya que sino, no lo probarán. Esta es la idea que yo he querido trasladar a mi novela, porque no deja de ser el crimen perfecto: el matarratas ideal debe actuar a destiempo, tal y como ocurre con el asesinato principal del libro.

 

De hecho, el subtítulo de la novela es El crimen perfecto existe. ¿ Cree que es así?

El crimen perfecto existe, y el mejor lugar para llevarlo a cabo es en un hospital. Basta con dar de forma errónea la dosis de un determinado medicamento o que el gotero vaya más despacio y… ¡bingo!

 

En su novela aúna muchos temas que podría haber utilizado como tramas independientes para otras novelas. Es un thriller médico pero también se trata la simbología de Gaudí, el narcotráfico y el terrorismo.

Quizá lo he hecho de forma inconsciente pensando que podía ser mi última novela. Tenía tantas ideas que quería compartir que quizá las he metido todas por miedo a quedarme sin la oportunidad de hacerlo. (Risas). Bromas aparte, la pregunta era ¿por qué no hacerlo así? Me esforcé en que quedara todo bien atado y creo que el resultado es bueno.

 

¿Ha sido difícil organizarse para que no quedara ningún cabo suelto?

El núcleo central es el crimen en el hospital. Pero al mismo tiempo tenía claro que quería cargarme la Sagrada Familia, que por cierto es un templo que me gusta mucho. Algunas personas me han reprochado que el intento del ataque islamista queda un poco cogido por los pelos, pero lo que cuento sobre la situación en Colombia es real: el rendimiento del cultivo de coca en su país está siendo amenazado por la alta producción de opio en Afganistán.

Por otra parte, para que todo resultara lo más creíble posible, me documenté bastante e incluso fui a entrevistarme con el Jefe de Obra de la Sagrada Familia. Allí descubrí algo que me sorprendió: en contra de lo que muchos creemos, la mayoría de peones que trabajan allí no son inmigrantes, sino ciudadanos catalanes que quieren formar parte de este gran proyecto. Son artesanos con ambición de participar en una gran obra.

 

En los agradecimientos menciona a Google…

¡Es que Google es una herramienta imprescindible! Facilita enormemente el proceso de creación. Le pondré un ejemplo muy sencillo: aunque he estado cuatro veces en un Resort del Caribe, no conseguía recordar ninguna de las deliciosas comidas criollas que tomé allí. Para solucionarlo fue tan fácil como buscar platos típicos del lugar por Internet. También recuperé alguna información sobre los atentados de Madrid del 11-M, así que le estoy agradecido. Hoy día el que está desinformado es porque quiere.

 

El hecho de que usted sea cirujano le ha aportado muchos beneficios a la hora de escribir este libro, ¿considera que también ha sido un handicap en algún momento?

Si lo valoramos en una balanza, obviamente me ha aportado más beneficios que problemas. Aunque sí es cierto que los editores tuvieron que recomendarme que recortara algunas descripciones de las operaciones. Yo estaba tan familiarizado con lo que escribía, porque lo he hecho durante muchos años, que no me daba cuenta de que quizá podía ser pesado para el lector absorber información tan detallada. Los editores bromeaban conmigo asegurándome que quien leyera el libro iba a ser capaz de realizar una operación de lo más compleja sin ningún problema.

 

Durante la lectura, aparecen enfermedades y patologías rarísimas. ¿Son frecuentes en los hospitales o son casos prácticamente aislados que ha usado para animar la acción?

Normalmente suelen ser casos minoritarios, casi anecdóticos. El caso del paciente que tiene el corazón en el lado derecho del cuerpo es cierto, le Aris1ocurrió a uno de mis residentes en el Hospital Clínic de Barcelona. Son casos puntuales pero, sin duda, son perfectos para incluirlos en una novela. En parte porque parecen historias de ficción, también.

 

Otro tema que trata en su novela es la dificultad de comercializar nuevos medicamentos.

¡Es que es un problema tremendo! Comercializar nuevos medicamentos resulta excesivamente caro y por eso se echan muchos para atrás. No disponemos de los medios necesarios; piense que cuesta entre 8.000 y 12.000 millones de euros y que se necesita probarlo en 3.000 pacientes. Además, la patente dura 20 años y normalmente ya pasas diez investigando, desde que empiezas a observar la primera molécula hasta que el medicamento acaba en la farmacia. Los medicamentos genéricos que todos conocemos son baratos por eso, porque son medicamentos cuya patente ya ha expirado.

 

Muchos lectores se sorprenderán al saber que la donación de órganos puede implicar un promedio de beneficio de 55 años (el hígado puede aportar 17 años al receptor, 14 años el corazón, 13 años los riñones y el páncreas, etc.)

Leí un artículo muy interesante justo cuando estaba escribiendo la novela y pensé que debía incluir esa información. Con un sólo cuerpo se pueden sacar muchos beneficios como los que ha comentado, sin olvidar, por ejemplo, que nuestras córneas pueden devolver la vista a una persona ciega.

 

¿En qué fallamos a la hora de concienciar a los ciudadanos de los beneficios que aporta la donación de órganos?

España es el país que más donaciones hace, vamos por delante de muchos países, entre ellos EE.UU. Pero creo que para mejorarlo debería tratarse el tema en las escuelas. Es importantísimo que los niños sean conscientes, lo antes posible, de que su cuerpo puede aportar mucho beneficio, que puede devolver la vida a otras personas. Como siempre, es una cuestión de educación.

 

Matarratas es una novela bastante coral, pero el Doctor Cervera es el nexo que une todas las subtramas. Es un personaje carismático y cínico que en cierto modo parece estar cortado con el mismo patrón que el televisivo Dr. House.

Estoy de acuerdo. Lamento decirle que, desgraciadamente, en la vida real hay muchos doctores House. Por suerte, parece que la tendencia va a la baja, pero antes los grandes profesionales idolatrados eran así de insoportables. El doctor Cervera es un gran profesional con un carácter difícil, que le ha llevado a ser amargado, hosco, marginal. Pero ahí radica parte de su encanto, al igual que el personaje de televisión.

 

¿Le gusta la serie?

Sí, si se tiene presente en todo momento que es ficción. La medicina no se practica así: si un paciente acude a la consulta porque le duele la cabeza, no le hacen de buenas a primeras una resonancia. Es absurdo.

 

En los últimos años han proliferado las series ambientadas en los hospitales: Anatomía de Grey, Urgencias, Scrubs, etc. y en España Hospital Central o MIR. ¿Qué le parecen?

Cuando volví de EE.UU. en el año 1974, había siete series de médicos en antena. Luego desaparecieron y fueron sustituidos por los detectives, éstos por los abogados, luego por los periodistas… y ahora vuelven a estar de moda los médicos. Confieso que me gustaban mucho más las de antes.

La tendencia que predomina ahora es que la medicina en sí se toca muy poco y enseguida entran en juego los problemas personales de los protagonistas. Vi algunos capítulos de Hospital Central porque le gustaba a mi mujer, pero al final dejó de interesarme porque empezaron a dar prioridad a las vivencias que ocurrían fuera del hospital y las tramas de desmadraron: problemas personales, líos entre ellos, hijos ilegítimos, etc.

 

Después de 4.000 intervenciones a corazón abierto y de 34 transplantes de corazón, ¿prefiere ser recordado como un buen cirujano o como un buen escritor?

Prefiero que me recuerden como cirujano; es mucho más gratificante y la escritura no deja de ser una faceta secundaria para mí. Aunque ya no ejerza como tal, soy y seré siempre un cirujano.

 

ver + Alejandro Arís

 

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentarios de los lectores:

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar