Anika entre libros

Entrevista a Alberto Ciáurriz por "El cuarteto de Marrakech"

"Creo que el humor, la ironía, han sido esenciales en la creación de lo mejor de nuestra cultura. ¡Mira el Quijote! ¡es un libro lleno de desesperación y horror a la maldad y a la estupidez humana que Cervantes consiguió colocarnos haciéndonos reír!"

Firma: Anika Lillo / Fotos: autor / Septiembre 2005

 

La primera vez que le entrevistamos hablamos de literatura gay en general. En este tiempo me he leído dos libros suyos, "Café Taurus" (que podeis leer online en esta revista), y la novela de la que hablaremos en esta entrevista, su último libro, "El cuarteto de Marrakech".

En aquella primera entrevista (compartida con otros lectores) le comenté que hablaba de sexo sin que fuera, para nada, explícito, y le pregunté si temía que se tachara de pornográfica su novela si daba más detalles. Confesó haber escrito ya alguna pero no haberla publicado. Un tiempo después Alberto Ciáurriz me adelantaba que se tiraba de la moto... Había escrito una nueva novela, ésta con más detalles, erótica, subida de tono... Hablaba de "El cuarteto de Marrakech".

La portada es tremendamente sugerente (para ambos sexos) y el contenido del libro sigue siendo literatura gay, pero dos cosas me han gustado de la nueva novela de Ciáurriz: que la haya escrito con una estructura diferente a la mayoría de las novelas, y que haya mejorado como escritor. Odisea Editorial se ha encargado de la publicación.

 

 

ENTREVISTA

 

Alberto, ante todo felicidades, tu novela me ha gustado mucho, a pesar de tu miedo a que quien la leía era una "chica"

Me das una alegría. Tenía miedo de que tanta insistencia en lo sexual, en una modalidad sexual tan ajena a lo que pueda interesarte, te resultara pesada. Pero si la novela te ha gustado, es que has apreciado en ella más valores que los puramente morbosos, ¿no es así?

 

En efecto, así es. Y creo que ha sido por dos cosas, la primera es que la veo mejor escrita que alguna anterior. Sin peloteo, está muy bien escrita, quiero que quede constancia de ello. ¿Ha madurado tu estilográfica?

Quizá el secreto está en que la escribí como "divertimento", con lo que me di a anotar sin cortapisas lo que me iba saliendo espontáneamente, sin preocuparme de otros factores; quizá la escribí sin señalarme como una obligación el publicarla; es decir, hice lo que me apeteció, sin preocuparme de agradar al lector o al editor... Y la libertad da frutos, finalmente.

 

Lo segundo -sigo con lo mío- es la estructura que le has dado: si como dicen algunos este tipo de historias están muy trilladas, ¿es la estructura, o sea las cuatro narraciones y el apéndice lo que la hacen especial?

Hice un esfuerzo para meterme en el interior de cada uno de los personajes, y por escribir el relato desde la perspectiva de cada uno de ellos. Me asombró lo distinto que puede llegar a ser un mismo hecho si se lo contempla desde el punto de vista de un sujeto diferente. Los relatos no son contradictorios en absoluto, sus autores son sinceros, dicen su verdad y, sin embargo, las vivencias que reflejan son tan diferentes que parece que están hablando de cosas distintas... Y me resultó asombroso que los cuatro sentimientos salieran de mi interior, estuvieran dentro de mí de alguna manera.

 

Cuatro puntos de vista, cuatro formas de vivir una semana, diez años en el tiempo... No pensaba que Adid fuera quien más me sorprendería, en serio...

Pues, si preguntas a alguien que conozca un poco a los magrebíes, te dirá probablemente que Adid es el carácter que más encaja en el tópico... Y en la realidad. Lo que hace Adid, y a lo que aspira, tiene un sentido claro dado el mundo en el que vive y las ideas que respira. Es un alienado, una víctima de sí mismo y de su medio social. Sí, pero... No le va tan mal. A su modo es, o intenta parecerlo, feliz. No tiene madera de héroe, como Mohammed, capaz de sobreponerse a todo y cortar con el pasado, con la sociedad opresiva en que vive. Tengo que decirte que hace mucho conocí a alguien parecido a Mohammed, y siempre le envidié profundamente. Aquella antigua envidia movilizó años después mi imaginación para darle vida en este relato, y de ese modo meterme yo mismo un poco en su piel, ser él...

 

Ya pero ¿realmente hay a estas alturas quien ejerciendo de homosexual, siéndolo activamente desde niño, en una etapa de su vida "se descuelga de esta vida" para casarse y procrear?

Por supuesto. Pero Adid, además, nunca se ha considerado homosexual. Como tantos hombres, lo único que pretende es meterla en un agujero caliente... Y, luego, el tipo de sociedad en la que vive se guía sólo por las apariencias externas, y el deber real de un hombre es casarse y tener hijos. Hay que mantener una fachada, y lo que haya detrás de la fachada, lo que no esté a la vista, no importa. Bastante parecido a lo que era nuestra sociedad hace cincuenta años tan sólo...

Cuidado con menospreciar las mentalidades "a lo Adid", Anika; abundan mucho, muchísimo más de lo que nos creemos algunos que nadamos en la modernidad, nos sentimos estupendos y nos engañamos, porque tendemos a creer que la modernidad es un océano, cuando no es más que un charco en medio de un triste secano... Perdona mi pesimismo, pero he vivido ya cincuenta y ocho años, y eso da un grado...

Ideas como las de Adid son completamente normales entre la mayor parte de los marroquíes y, diría yo, entre una buena parte de los españoles también...

 

Yo diría que es su cultura... No es natural que siendo gay uno se deba a los deberes inculcados por la familia y la sociedad donde la elección libre de la sexualidad está mal vista. ¿Hay un poco de crítica en ello o estamos ante falsos homosexuales?

La cultura tira desde dentro de nosotros exigiendo que hagamos sacrificios a unos ídolos milenarios a los que ni siquiera conocemos... Pero que rigen nuestros sentimentos y controlan nuestros actos mucho más de lo que pensamos. Viendo el caso de Adid, y tantos otros, me sulfuro, me rebelo y pataleo; pero, y será porque empiezo a ser un poco viejo, sé que hacen falta muchas generaciones para cambiar esas formas de ver la vida, esos condicionantes culturales tan profundos y tan antiguos. Y, sin llegar al cinismo de ese otro personaje, Paco, que es sabio pero amoral, y a quien hacer turismo sexual no supone problemas de conciencia como a su compañero, sí me resigno a que el cambio social se realice sólo a pequeños pasos. Pero pongo en el intento de cambio mi pequeño esfuerzo. Un sujeto como Paco se beneficia de la situación actual, y no intentará nunca promover el cambio social.

Creo que me he ido por los cerros de Ubeda...

 

Por cierto, un inciso antes de seguir con la novela, no hace mucho me dijiste que te tirarías de la moto y escribirías una novela erótica, rozando lo pornográfico. Esa novela es "El cuarteto de Marrakech", pues vale, en mi opinión es bastante explícita, pero no toda ella es pornográfica. ¿Qué otras cosas te han dicho de la novela a ese respecto?.

Hay gente a la que le ha resultado cargante tanto sexo. Y algunos amigos me han dicho que tenía que haber profundizado más en la filosofía personal de cada uno de los personajes, que ahí había una mina. Lo cierto es que estoy contento con el resultado, porque el sexo abundante ha atraído a muchos lectores (el editor está satisfecho, me dice que se está vendiendo muy bien) y, por otro lado, quien esté predispuesto a la reflexión puede encontrar base para ello en algunos pensamientos nada banales que expresan los personajes como sin darle importancia... Creo que es lo que te ha pasado a ti.

 

Hombre, cuando leo un libro no me gusta quedarme en la superficie (si tiene algo más, que creo que es el caso de tu novela). Sigamos con el tema... Las escenas más fuertes ocurren cuando aparece en la novela un mozo que lleva las maletas de un hotel... En mi opinión tienen una pizca de pornografía pero también algo de chiste y de drama ¿cómo lo concebiste tú?

He vivido de muy cerca -no de protagonista absoluto- alguna escena no muy distinta (Sí, tuve alguna época en mi vida bastante movidita sexualmente hablando...). Y, efectivamente, la he vivido como drama, aunque a la hora de recordar, y de recrear la escena en la escritura, sin el instrumento del humor no hubiera podido conseguirlo. Creo que el humor, la ironía, han sido esenciales en la creación de lo mejor de nuestra cultura. ¡Mira el Quijote! ¡es un libro lleno de desesperación y horror a la maldad y a la estupidez humana que Cervantes consiguió colocarnos haciéndonos reír!

 

Venga, volvamos a los personajes en general, si te parece bien. Tus personajes están muy bien descritos, ninguno es igual: cuatro hombres (o cinco) cuyas vidas se unen por el sexo, y sin embargo no tienen nada que ver entre ellos...

Ahí está, me parece, el secreto de la narración: conseguir que el lector contemple una misma situación desde cuatro puntos de vista distintos, repetir la misma historia cuatro veces sin aburrirse, porque parecen cuatro historias distintas, cada una con sus sorpresas, cada una revelando un quiebro distinto en la acción...

 

La evolución de Mohammed, el más inocente de todos, es bastante curiosa. ¿Realmente se convierte en un vicioso o es así como lo ven los demás? Yo tuve mis dudas leyendo su testimonio.

¡Ah, no te voy a dar más pistas! Una misma verdad tiene caras muy distintas. Mohammed va tomando conciencia de sí mismo y de su situación en el mundo; se hace, por tanto, más sabio, más independiente, más persona. Y aprende mucho respecto del sexo y de lo que el sexo puede proporcionarle... Quizá esto último sea ser más vicioso. Yo creo que no. Pero júzgalo tú misma, si te atreves... Ya lo han hecho Paco, Juan Carlos y Adid. Y dan tres veredictos distintos...

 

Paco es el rey de las artimañas, ¿es así la vida real, uno que convive y acepta, y otro que maneja?

Es una situación que se produce en muchas, muchísimas parejas de gays. Y, supongo, también en parejas héteros. Una simbiosis... Cuando los dos que componen una pareja tienen cualidades muy distintas, es una buena política aprovecharse los dos de las habilidades de cada uno. Claro, que todo se reduce al final a un problema de equilibrio... El principal problema de la pareja, el que permanece desde el principio hasta el final de la relación. El equilibrio.

 

La promiscuidad en parejas gays es como un secreto a voces, y en la novela se percibe como si fuera ley de vida ¿estamos siendo engañados los heteros, hay parejas estables que no buscan infidelidades siquiera consentidas? ¿Es una leyenda urbana?

Hay parejas gays perfectamente fieles. Aunque son una minoría. Yo creo que esto de la fidelidad lo tomamos siempre por el lado negativo. Así, llamamos fiel al que no se acuesta con un tercero, aunque esté deseando hacerlo. Yo creo que se puede ser fiel sin proponérselo explícitamente, simplemente porque se está más a gusto sin acostarse con gente fuera de la pareja. Si la fidelidad supone una renuncia, ¿merece la pena? ¿no acabará cobrándose ese sacrificio de otra manera? De cualquier modo, en materia de fidelidad creo que no debemos atenernos a estereotipos sociales: cada uno ha de construírse o destruírse la pareja como mejor sepa y pueda.

 

Buena frase, esta última. Alberto, como autor ¿te ha sido fácil describir una misma situación con cuatro formas de ver la historia?

Mucho más fácil de lo que pensé en un principio. Probablemente se debe a que tenía a los cuatro personajes muy bien definidos en mi cabeza desde antes de comenzar a escribir. Siguen muy bien cada uno de ellos su propia lógica, de la que ya disponían desde el momento en que los creé en mi imaginación, a partir de unos lejanos personajes reales que tenía bien presentes en mi recuerdo...

Comencé por Mohammed, que era un personaje que, como he dicho antes, está inspirado en alguien realmente existente, y al que estaba deseando dar vida literaria. Me fue extraordinariamente fácil meterme en su pellejo; deseaba ser él. Me convertí, en la fantasía, en él con enorme placer. Dentro de él viví cosas que nunca he vivido en mi parca realidad. El relato de Mohammed surgió de mi interior de forma fluida, como si estuviera contando mi propia vida.

Y los relatos de los demás personajes también salieron, un poco menos espontáneos, pero anudándose con gran facilidad alrededor del primero de todos, el de Mohammed. Es el libro que menos esfuerzo me ha costado, y he tenido momentos de felicidad al escribirlo. Quedó bien armado en sólo quince días, aunque lo repasé y pulí durante años.

 

"El cuarteto de Marrakech" es tu última novela publicada pero ¿la idea nació antes que tus otros libros publicados y no salió a la luz por miedo o realmente decidiste que era hora de arriesgarte con algo nuevo y más fuerte?

Las otras tres novelitas que he publicado hasta ahora ya estaban escritas cuando comencé a escribir "El cuarteto...". Café Taurus y El gran salto ya estaban publicadas, y Yo también lo sé lo hizo después de escrito "El cuarteto...".

"El cuarteto de Marrakech" es en parte producto de una apuesta. Decidí probarme a mí mismo -y al editor, Oscar Pérez, que me había retado- que era capaz de escribir pornografía. Una vez acabada, la novelita aguardó varios años en un cajón hasta que me decidí a publicarla y la editorial encontró un hueco para ella.

 

¿Se te ha ido cualquier temor o sigues temiendo que se te encasille? La literatura gay, por desgracia, ya está encasillada.

No sé muy bien qué pasará, pero he aprendido que, si escribo lo que me apetece en cada momento, lo hago mejor que si me ando con miramientos y precauciones.

 

¿Qué harás para evitar el encasillamiento de la literatura gay y mantenerte en el candelero?

Ya te lo he venido a decir: voy a intentar ser todo lo libre que pueda, en el convencimiento de que la libertad da alas a la creatividad. Y voy a seguir escribiendo, porque ello contribuye a que yo sea más feliz y, estoy convencido, un poquito, poquito, a que sean más felices otras personas.

 

Llegados a este punto ¿tienes nuevos proyectos, nuevas ideas, algún folio ya escrito...?

Tengo acabadas una novela un poco lacrimógena y otra francamente pesimista. Me asusto un poco de mí mismo, al ver lo que he escrito. Pero, ahí está...

Por otro lado, tengo otra novelita en la que interviene, no como protagonista, el mismo Mohammed, y también está muy subida de tono sexual; la escribí a continuación del "Cuarteto...", porque había cogido marcha y no podía parar...

Tengo escritas muchas notas para un relato en el que quiero contar las "hazañas bélicas" de mi padre en la Guerra Civil... Murió el año pasado. Y se lo debo. Un hombre que se enorgullecía de que en toda la guerra consiguió no disparar ni un tiro, de que era uno de los escasos combatientes que podía estar seguro de que no mató a nadie ni siquiera por casualidad, en aquella guerra en la que le obligaron a participar... Y se tragó todo el frente Norte, Vizcaya, Asturias, luego Extremadura, más tarde Teruel, Brunete y, finalmente, la caída de Madrid. Paseando una vez con él por un parque de Pamplona -era él el que me paseaba, yo estaba enfermo de cáncer- nos encontró un hombre de su edad. Hablaron un rato. Y, luego, de improviso, aquel hombre mayor se volvió a mí. Debí enternecerle, porque estaba reducido a una piltrafa escuálida y sin pelo, me tenía que apoyar en aquel anciano que era mi padre, y, quizá para darme ánimo, me dijo de improviso: "Tu padre me salvó la vida". Mucho más adelante conseguí sacar a mi padre la historia... Sí, decididamente, aunque me cueste muchos años, he de escribir las "memorias" de guerra de mi padre. Se lo mereció, se lo merece.

 

Yo creo que os lo merecéis los dos. Espero que la escribas y te la publiquen, sinceramente. Y ya que hablamos de temas personales... Normalmente se escribe de lo que se sabe, al menos en parte, por eso una pregunta personal ¿conoces Marrakech o incluso esta parte es invención?

Hace muchos años que no he ido por allá, pero, claro que lo conozco... Algún amigo me ha echado en cara que no haya metido en la novela descripciones de la ciudad, del ambiente de la Plaza... Tiene razón, es una oportunidad desaprovechada. Pero yo tenía verdadera prioridad en describir un polvo tras otro y, claro, no me paré en otros temas más light...

Por otro lado, después de que Canetti escribiera aquel librito delicioso, Las voces de Marrakech, sería un atrevimiento por mi parte... Léetelo si puedes. Te gustará, seguro. Y de sexo gay no tiene nada.

 

Tomo nota de la recomendación. Quiero darte la enhorabuena de nuevo Alberto, la novela me ha sorprendido gratamente. Sé que quienes no estén acostumbrados a leer literatura gay no entiendan esto (menos aún mujeres heteros) y quienes hayan leído todo lo habido y por haber, crean que ya está todo inventado. ¿Qué puedes decirle a posibles nuevos lectores para que no se pierdan "El cuarteto de Marrakech"?

Que si son gays les va a gustar por razones obvias. Y si no lo son, también es muy posible que les guste, como me dices que te ha gustado a ti. Porque los personajes son para reflexionar, y sus visiones del mundo pueden ofrecer alguna novedad a muchos lectores, pueden hacerlos una pizca más sabios.

 

Hago extensiva mi enhorabuena a la editorial que ha confiado en ti, díselo de mi parte. Y espero que sigamos en contacto y tú sigas re-inventado la literatura gay. Un abrazo.

Gracias, Anika. Que te guste a ti mi novela significa mucho; significa que ya me salgo del límite estrecho del público gay, que lo que escribo tiene valor para muchas personas, sean del color que sean. Y que todavía quedáis por el mundo lectores ávidos, atentos, aplicados; lectores para los que merece la pena escribir.

 

ver + Alberto Ciáurriz

 

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