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El diario de un violador

Ficha realizada por: Anika Lillo
El diario de un violador

Título: El diario de un violador
Título Original: (The Diary of a Rapist, 1966)
Autor: Evan S. Connell
Editorial: Alfaguara


Copyright:

© 1966, Evan S. Connell
© Traducción de Gabriela Bustelo
© Prólogo, 2004, A. M. Homes

Traducción: Gabriela Bustelo
Edición: 1ª Edición: 2008
ISBN: 9788420473376
Tapa: Blanda
Etiquetas: novela violadores drama violencia violencia de género psicópatas
Nº de páginas: 339

Argumento:

Earl Summerfield escribe en su diario lo que hace día a día. Habla de su matrimonio con Bianca, de su trabajo -que odia por no ser suficiente para él-, de sus compañeros, de sus metas… y también de los crímenes que lee en los periódicos y de una joven Miss en la que se fija, una muchacha que cree que debería ser para él.

La traducción está realizada por la escritora Gabriela Bustelo (La historia de siempre jamás) y de la introducción se hizo cargo la profesora de la Universidad y Columbia y escritora galardonada con varios premios A. M. Homes.

EL AUTOR

Evan S. Connell es autor de varios libros, el más conocido por haberse llevado a la gran pantalla es "Mrs. Bridge y Mr. Bridge". También es un escritor varias veces premiado, como Pushcart Prize o el Los Angeles Time Book Prize.

 

Opinión:

Cuando en 1966 Evan S. Connell escribió este libro lo primero en que se fijaron sus lectores fue que no era lo habitual en él. Además se trataba de una historia cruda, desagradable y en nada parecida a sus anteriores obras, que destacaban por la cuidada narración y los detalles. En "El diario de un violador" no están ausentes estas cosas sin embargo la forma de hacerlo es muy sutil. No olvidemos que quien habla es un hombre -no el autor- que se empieza a ver viejo antes de cumplir los treinta años, que cree que su mujer se está haciendo vieja -y sí, ella está en la treintena, pero hoy por hoy esa edad no puede considerarse ni siquiera mediana edad- porque es unos años mayor que él, que se considera maltratado, ignorado y menospreciado por ella y por la sociedad en general... Un joven que a veces parece poseer una buena cultura cuando escribe, y que sin embargo no deja de ser un don nadie más bien manipulado por su propia ira.

Lo más increíble de "El diario de un violador" es la fuerza que tiene, el poder subyugante y agotador, sobre el lector. Uno tiene la impresión de estar en la cabeza de Earl Summerfield porque éste le transmite cada sentimiento, idea o cosa que se le ocurre, y conforme él va metamorfoseándose en lo que acabará siendo, quien lee sus palabras acaba agotado. ¿Hay que tener una mente fuerte para soportar esto? Quizás sólo haga falta alejarse del personaje, pero en ese caso le restaríamos valor al protagonista y al trabajo del autor.

El Earl Summerfield que conocemos ya está enfadado con el mundo en general, asqueado de la sociedad en la que vive por la cantidad de crímenes que hay en su país, mosqueado por no haber sido todavía ascendido y, por supuesto, preocupado por conseguir sus metas. Sin embargo, conforme pasan las páginas, todos estos sentimientos se refuerzan para convertirse en pura ira, y esa rabia se va haciendo tan poderosa que traspasa las líneas, los papeles, el libro, y te sientes atosigado. Estás viendo el lento -o rápido- crecer de una mente que se enferma a si misma.

Al principio sólo son recortes de prensa, quejas sobre su mujer, sobre su destino, sus compañeros de trabajo, sus supervisores... luego empieza a centrar su rabia en las mujeres, extrapolándola a partir de la propia Bianca que, en realidad, lo único que parece hacer es reaccionar ante los cambios de su marido.

Poco a poco observas que Summerfield empieza a contradecirse continuamente a si mismo, se castiga y eleva su moral, se insulta y se cree superior ante los demás... pero sólo hay una cosa ante la que suele mantener su rabia: las mujeres. Cuando habla de otros temas (por ejemplo de los criminales que van a ir al corredor de la muerte) puede estar a favor, en contra, animarlos o simplemente darle igual, todo depende de su estado de ánimo, pero cuando se trata de las mujeres en general parece que la ira aumenta día a día. Y en cierta forma produce miedo, porque eres consciente de que por ahí, por el mundo que compartes con millones de personas, hay muchos Earl Summerfield, y aun leyendo día a día lo que puede pasar por su cabeza para conocerle mejor o tratar de entenderle, no puedes. Es imposible.

Su lenta metamorfosis pasa por detalles que no se le escapan a Evan S. Connell ni tampoco al lector, por ejemplo las manías (como lavarse repetidamente), los bruscos cambios de humor, el hedonismo, las salidas nocturnas, la fijación en una mujer en particular, los aires de grandeza -hasta el punto de creerse un súper héroe-, la necesidad de vivir de noche para entrar en casas ajenas... Earl Summerfield, su mente, está muy bien perfilada en este libro, pero entrar en ella es entrar en un agotador territorio oscuro.

Quedáis avisados.

Anika Lillo

 

 

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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