Anika entre libros

El coche fúnebre a rayas

Ficha realizada por: Antonio Sanz Egea
El coche fúnebre a rayas

Título: El coche fúnebre a rayas
Título Original: (The Zebra-Striped Hearse, 2016)
Autor: Ross Macdonald
Editorial: Navona
Colección: Navona Negra


Copyright:

© The Margaret Millar Survivor's Trust, 1962

© Terapias Verdes, S. L., 2016

Traducción: Nazaret de Terán Bleiberg
Edición: 1ª Edición: Enero 2016
ISBN: 9788416259397
Tapa: Blanda
Etiquetas: novela detective Lew Archer género negro policiaca misterio asesinatos mentiras crítica social posguerra espías espionaje clásicos modernos guerra de Corea artistas pintores militares II Guerra Mundial investigación criminal herencias México literatura estadounidense
Nº de páginas: 384

Argumento:

"El coche fúnebre a rayas" es la segunda novela de Ross MacDonald que la editorial Navona publica, con la intención de traducir toda la obra del genial autor de género negro estadounidense.

Un nuevo caso para el detective Lew Archer. Esta vez el escenario es el sur de Estados Unidos, a caballo con la frontera de México. La hija de un importante exmilitar del ejército de Estados Unidos ha decidido casarse con un joven del que nada se conoce, de nombre Burke Damis. Su padre, preocupado, recurre al detective Archer para investigar su pasado y así encontrar algún indicio de crimen que le justifique de cara interponerse en su matrimonio.

 

Opinión:

 

Lo diré claro, "El coche fúnebre a rayas" es una novela sin apenas un ápice literario en ninguna de sus páginas. Ojo, sin querer entrar en detalles (siempre son más personales que otra cosa), sobre qué es o qué no es la literatura, lo cierto es que esta novela no presenta ningún intento por forzar el lenguaje hasta sus límites, de coquetear con sus formas o de querer ser algo que desde el principio deja claro que no quiere ser. Dicho esto, lo mejor que se puede decir es que es un libro honesto, bien escrito, y que su escritura limpia, sin rellenos ni artificios, consigue atrapar desde el primer momento al lector. 

Ante esta paradoja se topa uno al leer a Ross MacDonald, un autor clásico del género negro estadounidense de la posguerra. El nombre de su detective, Lew Archer, es un paradigma del caballero convertido en el bueno de la película: honesto, recto, sin ambages, frío y con las ideas claras. Lo que en un primer momento podría presentarse como un personaje demasiado plano, contrasta con el resto de titulares de las páginas por las que circula. En este caso, el efecto para con el lector se logra mediante la estructura invertida en la novela. Al contratio que en la mayoría de las novelas de Agatha Christie, donde todo caso surge tras un asesinato y alguien que investiga para descubrir quién es el asesino, en "El coche fúnebre a rayas" todo comienza por una investigación de un padre demasiado protector hacia el nuevo novio de su hija, con el que pretende casarse. Nada se sabe del joven, ni su nombre real, ni de dónde viene, ni cómo se gana la vida ni de dónde es su familia. El misterio que despierta y los hoscos modales que presenta ante todos los que le rodean, no presagian nada bueno. Lew Archer es contratado para investigar más sobre el joven. Aquí comienza la novela.

Una de las características más notables de las investigaciones que los matemáticos realizan, por ejemplo, en los llamados Grandes Problemas del Milenio, es que, hasta que llegan a ese punto final, a esa duda eterna o fórmula final, los pasos que dan en ese camino les permiten descubrir nuevos retos, nuevas tareas desconocidas que, en muchas ocasiones, tienen más aplicaciones prácticas para la ciencia. Algo similar ocurre en la novela. Según va investigando Lew Archer en los entornos de Burke Damis más puntos oscuros aparecen: mentiras, contradicciones, rencores y un reguero de muertes inexplicables que circundan su persona, acusándole con el dedo. Pero ¿es verdaderamente Burke Damis el asesino, esa persona que se nos va dibujando en las primeras páginas del libro? Es aquí donde la sencilla genialidad de Ross MacDonald logra tensar la narración, creando una historia más humana de lo que es habitual en el género negro, hablándonos de una época, la de la posguerra norteamericana, que impregna el aire con un tufo revestido de crítica social y encubierta, haciendo doblemente interesante el libro.

Antonio Sanz Egea

 

 

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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