Complot en Estambul (Serie Thomas Kell 2)

Opinión:

En esta novela el lector puede encontrase una obra clásica de espías, en la que el factor humano es el verdadero protagonista. A diferencia de la última corriente narrativa en esta temática, la tecnología no juega un factor especialmente relevante, sino que sirve de telón de fondo para las operaciones que realizan los agentes, sin más protagonismo que servir de instrumento para las escuchas o seguimientos de los agentes de este tipo de servicios gubernamentales.

No le falta de nada a esta novela para ser considerada una digna heredera de la tradición de las novelas de espionaje basadas en la guerra fría entre occidente y el telón de acero, porque en esta obra de nuevo vuelven a encontrarse las caras los servicios secretos británicos y norteamericanos contra los rusos, que ya no soviéticos, con un argumento tan apasionante como leído en otras ocasiones, la caza de un topo infiltrado por los rusos en la agencia americana.

En esta ocasión, el decorado principal de la novela es Oriente Medio, con Turquía como epicentro de la trama, pero también con referencias a otros territorios y algunos conflictos, como los afganos o iraquíes. Esa localización de Turquía no es nada gratuita, porque este país resulta un enclave cada vez más relevante en el tablero geoestratégico mundial, y muy especialmente en el levante mediterráneo y regiones colindantes, donde los pulsos por el poder regional se cruzan en ciudades tan cosmopolitas como Estambul, pleno corazón de una batalla político-religiosa que condiciona a toda esa zona geográfica, con tantos países en una situación especialmente beligerante, esa zona cuna de terroristas, gobiernos teocráticos, dudosas democracias, fuentes de energía, espacios de confrontación de poderes globales.

Una obra que entronca con los mejores libros de esta temática, pero que en esta ocasión el espionaje y la persecución de un topo sirven de escenario perfecto de una guerra de psicologías, debilidades, personalismos, tentaciones y prejuicios. A pesar de los artilugios más sofisticados que puedan usarse, esta batalla se libra entre personas de carne y hueso, con sus fortalezas y debilidades, sus luces y sombras, con la pesada carga de su pasado, en un juego de profesionales sin escrúpulos donde los límites sólo los fija la cadena de mando donde cada uno pone sus lealtades.

Una novela que se deja leer con el ritmo propio de este tipo de historias, que sumergen al lector en una aventura donde el tiempo es un asunto crítico, porque este actúa contra los protagonistas que pueden ver cómo se les puede escapar la codiciada presa si no controlan los ritmos, acciones, incluso los imprevistos, de la persecución. Una caza en la que los sentimientos, el sexo, el amor, son unas piezas importantes, como tantas otras, del tablero de juego, pero que pueden condicionar el éxito de la batida del agente traidor, porque son parte de la realidad más íntima de los perseguidores.

Una novela, para quienes gusten de los libros de espías, es creíble, bien escrita, actual y a la vez tan clásica como las mejores de esta temática.

Jorge Riet