Anika entre libros

Premios de Novela Ciudad de Torrevieja 2008. Página 7

Anika Lillo, noviembre 2008

Premios de Novela Ciudad de Torrevieja 2008. Página 7

Smiles6

 

El fantasma del hotel y el vídeo de Juan Gómez Jurado

A estas alturas de año (casi finalizándolo y yo haciendo memoria con algunos apuntes sobre la mesa ¡menos mal!), cuesta recordar hasta cuándo ocurrió qué, pero el cómo o el qué está anotado, y algunos detalles no se me escapan.

A las 9 de la mañana (¡casi no había dormido!) suena el móvil, casi pegado a mi oreja, sobre la cama. Llamada perdida. Abro los ojos: era de Manel. Me levanto y empiezo a tambalearme (porque eso no era andar) para arreglarme y bajar a desayunar. Obviamente la idea era desayunar pronto para ver a aquellos que no veríamos en la comida que ya "no" se iba a producir. No me quejé, traté de aguantarme sobre unas piernas que se me doblaban como si fueran mantequilla (llegué a caerme dos veces sobre la cama ¡cachis!) y cumplir con mi deber (darle comida al cuerpo, que lo necesitaba)

Una vez en el restaurante fui viendo caras, saludando, y finalmente eligiendo un lugar donde sentarme. Decidí hacerlo en la mesa de los valencianos (los chés) aunque Manel no estaba en ninguna parte. Les pregunté por él y nada, no había aparecido. Cogí mi móvil y le llamé.

- ¿Dónde estás?
- En la habitación.
- Creía que estabas aquí.
- No, estoy durmiendo.
Momento en que Anika se Queda Ojiplática.
- ¿Pero tú no me has llamado? -le pregunto.
- No. Estaba durmiendo, me has despertado tú ¿dónde estás?
- Desayunando.
- Ahora bajo. -Dijo. Pero no lo hizo.

Cuando colgué, de pronto, recordé algo. Nada más llegar Manel me dijo:
- Anika, no te lo vas a creer, me han dado la habitación que tenías tú el año pasado.
- ¡La habitacióon del fantasma! -exclamé. Nos reímos.

Al poco aparece por la mesa del desayuno la señora Fletcher y con grandes ojeras nos dice que no ha echado ojo. Desgraciadamente el teléfono de su mesita de noche se había pasado la noche sonando y haciendo ruidos. Hasta llegó a pedir que le cambiaran de habitación. Finalmente decidió ducharse, desayunar y buscar a víctimas para recorrerse Torrevieja pateando hasta que fuera la hora de marcharse a casa. Conmigo no lo consiguió. Lo que sí consiguió fue dejarme de nuevo flipada y muerta de la risa... jejeje ¡el fantasmita y los teléfonos!

¡Buh!

Cuando terminé de comer (y ponerme las botas, me encanta desayunar con buffet libre) me marché de nuevo a dormir porque no me tenía en pie. Nos dijeron que estuviésemos preparados en el hall del hotel a la una de la tarde. No sé por qué pensé que sería la hora en que nos darían algo de picotear para irnos con el estómago "no" vacío... pero si ocurrió eso debió ser antes porque yo empalmé cama con bus.

Pero antes de irme ocurrió algo más. Entré al salón y vi que ganador (Juan Gómez Jurado) y finalista (Alejandro Palomas) habían entrado en ese momento a desayunar. Ellos se quedaban más tiempo en Torrevieja para las ruedas de prensa y esas cosas. Me acerqué a Juan y le confesé que había estado a punto de gastarle una broma y que nosotros ya nos íbamos.
- Tenemos que hacer otra foto. O un vídeo mejor.
- ¿Aquí? ¿Desayunando?
- Hombre, claro. ¡Nos vamos ya!
Y como Juan es como es, el vídeo salió como veréis... con broma incluida (¡suya!) Le tenía que haber gastado yo antes mi broma...

Pulsa sobre el vídeo (Justo detrás podéis ver a Alejandro Palomas)


Bueno, las novelas ganadoras (porque las dos ganaron, sin duda), llegaron a las tiendas más adelante con las siguientes portadas:

Elemblemadeltraidor  Elsecretodeloshoffman


Nosotros ya hemos leído los libros y hemos hecho nuestra valoración. Las recomendamos, de modo que si quieres comprarlas pulsa sobre sus imágenes (las portadas, ahí arribita) Los enlaces a las fichas están a lo largo de toda la crónica en sus títulos, y también en la última página.

De nuevo no pude despedirme de Alejandro Palomas porque, entre otras cosas, hubo mucha guasa con un camarero (creo que era Jefe de Camareros) que observaba cómo me llevaba lionesas a la boca para no irme medio desmayada a Valencia. En realidad fue una mala concepción de una visión errónea: sólo me comí 3, pero cada vez que él me miraba, tenía una en la boca o en la mano, y algunas de esas lionesas que me vio en la mano ni siquiera me las pude comer porque estaba despidiéndome de Juan y acababan volviendo al plato para no hablar con la boca llena (cuestión de educación). ¡Pero cualquiera convencía al Jefe de Camareros! Dijo algo al respecto de mi hambre y se me descojonó XD.

Y llegó el final... donde se encuentra otro momentazo... (página 8)

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