Anika entre libros

Aleixandre en ruinas

Jaume Cordelier, abril 2005



AleixandreEstoy a favor de que se celebren de la mejor forma posible los cuatrocientos años de la publicación de "El Quijote", aunque a veces se caiga en la rutina, pero, en fin, creo que la intención es buena y esto, puede bastar, para no ser demasiado
severos en el juicio sobre tanto festejo inútil.

Lo que no entiendo es que la celebración de ese acontecimiento oculte otras cosas igualmente importantes y me explico: hace unos días me he quedado consternado ante la noticia de que la casa en Madrid del poeta Vicente Aleixandre (por cierto premio Nóbel) está poco menos que a punto de desmoronarse y que parece que nadie quiere hacerse cargo de ella.

Un grupo de escritores y poetas han instado a las autoridades a que solucionen esta situación aberrante y que la casa se convierta en la sede de una fundación sobre Aleixandre y sobre la literatura y la poesía de su época en particular. La familia del poeta está de acuerdo y pide unos dos millones de euros por la vieja mansión.

Lo que pasa con la casa de Aleixandre no es nuevo. Recuerdo algo similar con la de Federico García Lorca en Granada, por no hablar del trato inadmisible que recibió mi amigo Gabriel Celaya que casi le condujo a la indigencia.

Aleixandre1Da la impresión de que en este país en lo que se refiere a la cultura todo se queda en grandes gestos y aspavientos, magnas celebraciones puntuales y exageradas, pero que carecemos de una política definida sobre lo que debe ser la protección de la cultura en todos sus ámbitos. Y no sólo me refiero a la literatura. Basta oír a los directores y actores de cine y teatro, la escasez en la que sobreviven las orquestas españolas, la penuria de muchos conjuntos de danza y las polémicas, muchas veces ocasionada por los políticos, en los museos.

En definitiva parece que lo que se quiere es un gran gesto que de rentabilidad electoral en un momento determinado y luego nada más. Sólo interesa lo que da publicidad y fama. Un caso palpable, sin ir más lejos, lo tenemos en esta página literaria que subsiste sin una sola ayuda pública y con el constante peligro de verse abocada al cierre y la desaparición.

Todo se hace de cara a la galería, de escaparate que sea rentable. Claro, luego nos extrañamos de que España continúe en el pelotón de los torpes en cuanto al índice de lectura ciudadana. ¡Pero hombre si es que no puede ser de otra forma! ¿Alguien en su sano juicio puede creerse que en este país existe una política serie de fomento de la lectura?

Personalmente, en lo que a mí se refiere, me produce especial tristeza la actitud de los partidos de izquierda en esta Aleixandre2cuestión. Se les llena la boca de política cultural pero, a la hora de la verdad, se queda todo en gestos inútiles la mayor parte de las ocasiones.

Tendrían que ser más consecuentes y no creer que todo se arregla con gastar millones de euros en una celebración o en una subvención concreta, sino en distribuir ese mismo dinero de una forma más racional de forma que la cultura, o mejor, el interés por ella, llegue allí a donde es más complicado.

Que salgan por TV todo tipo de personas, conocidas o no, leyendo unas líneas de El Quijote dudo mucho que tenga la más mínima eficacia. Sembrar en las escuelas la afición por conocer esa obra es a la larga mucho más rentable. Ayudar a los que se esfuerzan para que no muera también.

 

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