Anika entre libros

XXVII Encuentro de Escritores y Críticos de las Letras Españolas en Verines. La crónica divertida

Anika Lillo, septiembre 2011

 

Comedicronica

 

XXVII ENCUENTRO DE ESCRITORES Y CRÍTICOS DE LAS LETRAS ESPAÑOLAS EN VERINES. LA LITERATURA EN LA ERA DIGITAL.  


VERINES SE ESCRIBE CON P.

Comedicrónica

 

Nunca, que yo recuerde, he salido de casa a algún evento cultural (ya sean premios, encuentros, presentaciones literarias, etc) sin que me haya pasado algo antes. Y como no podía ser de otra forma volvió a suceder.

La primera, que me olvidé del PIN del móvil, y si tenía que apagar el móvil en el avión ya no podría encenderlo y estaría incomunicada, lo cual no era bueno para mi familia. Por suerte a mi marido se le ocurrió llamar a casa y que fuera mi hijo quien buscara el bendito PIN para que me lo apuntara.

La segunda fue cuando entré al aeropuerto de Valencia con mi maleta, mi bolso, mi chaqueta y mis chanclas. Sabiendo de antemano todo lo que tenía que saber no llevaba ni cinturón, ni abalorios que pudieran pitar. Y aún así pité. Con los ojos como platos me subí la camiseta y enseñé hasta la cremallera del pantalón (mire, es de plástico, y el botón de nácar, me disculpaba yo muy asustada por si me confundían con la típica abuelita inocente que pasaba coca camuflada en sus partes íntimas).
- ¿Puedo cachearla?. - Me preguntó la mujer.
Y casi gritando solté:
- ¡Sí, por favor!
Alcé las manos y mientras me cacheaba le dije:
- Como no me haya metido un extraterrestre un chip y me entere ahora juro que no sé qué es.
¿Sabéis una cosa? Después de pitar en los cuatro vuelos que hice, ya no me asombra nada. Bueno sí, me asombra que pillen a algún malote porque si una flower power inocente como yo pita en todos los aeropuertos es que algo va mal, y fijaos que esta vez no estoy hablando de política.

Luego vino el momento trauma. Cuando vi el avión tan chiquitín (era como ver a José Luis López Vázquez en La Cabina) me dije "eso no puede volar tan alto y tan rápido", y empezaron mis nervios. Se acentuó cuando al subir los escalones me giré y vi la cabina abierta, tan pequeñaja -aunque tan llena de lucecitas y botones como la NASA- que parecía estar hecha a mi medida, no a la de los pilotos. Por eso, quizás, nada más ver la cara de la azafata que nos esperaba sonriente totalmente pegada a la pared del avión para darnos la bienvenida, le dije:
- Si alguien se pone muy nervioso ¿qué hacéis?
- Depende del nivel de nervios. - me contestó.
Sonreí y me dije, guay, ahora ya sabe que soy la histérica; si grito vendrá rápidamente a salvarme. Primer paso dado.


Imagen de Verines: Anika y Rafael Reig fotografiados por Fernando Marías que estaba un piso más arriba

Verines 12

 

En mi asiento, de ventanilla naturalmente, me senté y empecé a notar cómo se movía el avión. Esto es curioso porque lo noté en los cuatro aviones pero siempre estaban parados y todavía no he averiguado si eran alucinaciones o puro terror. Un elegante caballero, alto, bien vestido y de aspecto muy agradable se sentó a mi lado y me saludó. Antes de que el avión despegara ya me conocía. Normal. Saqué un libro (de Shakespeare, porque pensé que sacar "Mientras duermes" de Alberto Marini donde sale un perturbado que me ponía en pura tensión no era la opción ideal para un momento de pánico como aquel) y empecé a leer. Al rato, aún con el avión parado, noté cómo me temblaba la mano, y como no puedo estar calladita, lo dije en voz alta.
- Me tiembla la mano.
El caballero se giró y me hizo una pregunta:
- ¿Es la primera vez que vuelas o te pasa siempre?
- Supongo que podría decirse que es la primera vez. La primera vez tenía 14 años y el avión era gigante comparado con este.
A partir de ese momento el caballero del asiento de al lado se convirtió en mi psicólogo, mi amigo y mi salvación. Comenzó a tranquilizarme y pensé que todo parecía ir bien hasta que escuché y noté los motores y el movimiento. Ahora sí. El avión se movía. Entonces me di cuenta de que estaba tiesa como un hierro; estaba tan tensa que sólo movía los ojos de derecha a izquierda. No me atrevía a mover ni siquiera un dedo. Y cuando el avión subió casi grité:
- ¡Vale! Es como si fuera en un Ferrari ¿no?
¡Dios! Cómo fue la experiencia que mientras escribo esto tengo la sensación de que a mi alrededor todo se mueve.
- ¡Eso es! - Me animó él.- A partir de ahora vas en Ferrari. Piensa eso todo el vuelo. Y te llevará sobre las nubes, que es muy agradable.
El tiempo que tardó el avión en alcanzar altura y sostenerse en línea recta durante unos minutos fue el mismo en que yo parecía una estatua de sal. No me giré ni en broma. Fue entonces cuando me di cuenta de que había pasado tanto miedo que hasta entonces -pues al fin superé el momento- había estado paralizada por el terror. No me entendáis mal, no me dan miedo los aviones, lo que me da miedo es sentirme mal, necesitar salir y no poder decir ¡Eh, abran la puerta un momento y paren que necesito bajar a tomar aire! En cualquier caso mi compañero y yo no paramos de hablar y en un momento dado casi grité (sí, casi grito muchas cosas pero es que estaba acojonada y cuando me anima algo alzo la voz emocionada): ¡Ya me muevo, ya me muevo!. Efectivamente, de pronto podía girarme, mover las manos, los hombros, las piernas, la cabeza ¡y hasta mirar por la ventanilla! ¡Prueba superada! Pero no os creáis que se fue el miedo. El miedo lo superé cuando bajé del avión y vi que no pasaba nada. Cómo será que en los siguientes tres aviones (uno más a la ida y de nuevo dos a la vuelta) iba en ellos como si cogiera aviones todos los días, con una tranquilidad pasmosa.

 

Una de las primeras fotos de Verines, cuando Manel aún parecía inofensivo y yo no tenía problemas con la lluvia y el pelo que se me iba rizando por momentos

Anika -manel

 

Cuando llegué al aeropuerto de Madrid me esperaba Elena Martínez Blanco. Encendí el móvil -y al loro, no tuve que buscar el PIN ¡del susto por no sabérmelo me lo había aprendido de memoria escuchándolo sólo una vez!- y la llamé. Me esperaba fuera. Yo tenía que buscar la salida primero así que me puse a andar. Y anduve, anduve, anduve, hasta que llegué al final de la Terminal 4. Cogí un ascensor para bajar y de pronto me veo un sitio demasiado pequeño, sin otras salidas, y con un tren. ¿? Aquí no era, eso lo tenía clarísimo. Me había perdido y había pateado un huevo. A desandar el camino. Así fue como al fin conseguí localizar otra salida y tropezarme prácticamente con Manel Loureiro, que venía con tiempo también y que lo iba a aprovechar de maravilla (se iba a que le hicieran una entrevista y luego volvía, pues Manel era otro de los asistentes a Verines). Me encontré finalmente con Elena quien muy oportunamente y sin que nos enteráramos nos sacó la primera foto de la Generación Verines

 


Llegada de Manel Loureiro y Anika. Saliendo del aeropuerto de Madrid, Terminal 4.

Manelanika


 
Y después, sabiéndome comedora oficial y devoradora de chocolates, me regaló una chocolatina. ¡Ay, Elena! Si supieras lo bien que me fue esa chocolatina en la primera mañana de ponencias... ¡Cuánto te lo agradecí!

Lo siguiente fue todo normal, no hubo anécdotas que contar aquí (es decir, ni Elena ni yo nos perdimos, ni nos siguió un acosador, ni vimos un pitufo, ni nos abdujo un extraterrestre...) aunque sí una nueva foto que me hizo Elena para ponerla en Facebook. Era mi saludo a todos vosotros desde la T4.

 


Mi saludo para todos vosotros.

Anika


En fin. Las crónicas largas, estupendas y serias están en otra página, así que quien quiera oír hablar (o leer) de literatura en la era digital tiene un gran trabajo (me estoy echando flores) en el otro enlace. Ahora toca contaros cosas pero... de otra forma.

 

LA NO CRÓNICA

Mandawebs que lo primero que oigo bien altito cuando estamos ya todos juntos en la terraza del hotel conociéndonos fue un tajante:
- ¡Nada de Twitts, eh! Ni Facebook, ni Twitter. Lo que pasa en Verines se queda en Verines.
La marimandona fue la magnífica creativa -y digo esto porque es la creadora de otras muchas cosas en Verines- escritora Neus Arqués. Me acojonó directamente. Ya no hago crónica, me dije. Ahora resulta que me toca trabajar en serio y no puedo contar nada divertido porque mis crónicas se diferencian de otras precisamente por eso, por la parte amena de los eventos, el cuarto de atrás, el making off o como queráis llamarlo. Y empequeñecida, medio ausente, casi catatónica y acojonada, decidí escucharles y convencerme a mí misma de que Anika Entre Libros no haría crónica. Al fin vi la parte positiva ¡trabajaría menos! Pero Neus no es una bruja piruja, ni yo me caracterizo por contarlo absolutamente todo, así que al final hay una no-crónica, que es esta, donde sí os contaré cosas pero donde quienes mejor comprenderán ciertas cosas serán los asistentes a Verines, porque no voy a dar excesivos detalles que puedan poner en peligro la reputación de gente seria. ^.^

Una de las cosas que ya sabréis es que los escritores y gente dedicada al mundo de la cultura -yo incluída- no es gente aburrida. Que los hay, claro que sí, pero la parte gamberra de los gamberros seduce y mucho a los más serios, así que como era de esperar este encuentro literario se convirtió en un fin de semana lleno de risas, bromas y muchísimo gamberreo. Y también descubrimos a fieras llenas de humor, o personas que pasan por serias con las que luego te descojonas (lo leas como lo leas, lo entiendes seguro). Manel Loureiro, Neus ArquésCristina Fallarás y Rafael Reig son -y aparentan- seriedad, y son serios, pero cuando tienen que serlo. Lo que me he reído yo con ellos no se puede contar.

Javier Ruescas lo acojonaron desde el principio, por aquello de ser el Benjamín del fin de semana (aunque creo que lo de relacionarlo con los vampiros de Stephenie Meyer también tuvo algo que ver), hasta que al jovenzuelo le dio por soltarse la melena y disparar con bala. A partir de ese momento consiguió una madre literaria (Neus Arqués) y una tita (Cristina Fallarás) a las que llegó a agradecer el conocerlas en su power point, modificado expresamente para introducir una frase dedicada a ellas en su ponencia. Ahora le adoran, naturalmente.

Manel Loureiro dice que no se le hagan fotos, que la reputación hay que mantenerla, que... sí, dice muchas cosas, pero es que se la juega cada vez que nos vemos. ¡Qué leches! Se merece menciones porque más que cachondo es un gamberro de cuidado y el artífice de una de las escenas -repetidas- más divertidas del encuentro. Pero no sólo de eso, es que se le ocurrieron muchas. Entre Neus Arqués y Manel Loureiro nos tenían bien entretenidos. Pura creatividad.

Para que quede claro la creatividad de la "siempre estoy ideando cosas", o sea Neus Arqués, es inquieta inquietísima. A ella le debemos el título "Verines se escribe con P", o "Generación Verines", o que delante de cada uno de nosotros haya un papel recortado de una libreta con nuestros nombres, porque aunque los asientos estaban preparados cada uno se sentaba donde quería y aún no nos conocíamos todos. Profesores universitarios -algún catedrático descubrimos-, críticos literarios, escritores sobre todo, poetas, el director del gremio de editores, el director del Grupo Planeta y el director del Libro entre otros, pertenecían a esta Generación Verines donde más o menos unos y otros se conocían. Como siempre me sorprendió que algunas personas (aparte de las que ya me conocían como Fernando Marías, Manel Loureiro, Vanessa Montfort, Cristina Fallarás, Neus Arqués, Lorenzo Silva, Martín Casariego, Ruescas,...) recordaran mi nombre o mi web por haberlo oído alguna vez o haberse paseado en algún momento por ella.

 

MOMENTO FOTOS. CONOCE A TODOS LOS ASISTENTES ANTES DE SEGUIR CON LA CRÓNICA.

 

Mónica Fernández Muñoz (Subdirectora General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas) y Antonio María Ávila (Director del Gremio de Editores)

Foto1

 

Los autores Rafael Reig y Martín Casariego

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El poeta Xabier Sabater y el autor Lorenzo Silva

Foto 11 

 

Anika Lillo y Jesús Badenes (Director General de la División Editorial de Librerías del Grupo Planeta)

Foto 12 

 

Alicia García Molina (Jefe del Servicio de Promoción de las Letras) y Javier Ruescas

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La poeta Miriam Reyes y el escritor Z Manel Loureiro

Foto3

 

Arantza Larrauri (Libranda) y Javier Celaya (Dosdoce)

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Laura Borrás (docente en la Univ. Barcelona), Luis García Jambrina (escritor y docente en la Univ. Salamanca), Jesús Marchamalo (periodista y escritor) y Luis González (Fundación Sánchez Ruipérez)

Foto5 

 

Luis González con Rogelio Blanco Martínez (Director General del Libro, Archivos y Bibliotecas), el autor de literatura digital Benjamín Escalonilla y María Goicoechea (profesora de Filosofía Inglesa e investigadora de cibercultura)

Foto6 

 

Dolores Romero López (docente en la Univ. Complutense de Madrid) y Neus Arqués (escritora y analista digital) En esta imagen hay 3 MUJERES, una de ellas es bizca. Adivina cuál es :)

Foto7

 

Los escritores Kirmen Uribe, Fernando Marías y Cristina Fallarás. Una de mis fotos favoritas; ¡Cristina está estupenda mirando al mar!

Foto8

 

José Manuel Lucía Megías (catedrático, docente en la Univ. Complutense, y escritor), el poeta Doménico Chiappe y la escritora Vanessa Montfort

Foto9 

 

FOTO DE GRUPO: Manel Loureiro, Jesús Badenes, Anika Lillo, Cristina Fallarás, Luis García Jambrina, Kirmen Uribe, Neus Arqués y Jesús Marchamalo

Fotogrupo 

 

FOTO DE otra comida: Anika Lillo, Martín Casariego y Kirmen Uribe

Fotomesa 


LA PALABRA CLAVE. VERINES SE ESCRIBE CON P.

Y como nombraba "Verines se escribe con P", aquí va el espacio dedicado a una de las letras del abecedario que bien podría ser "paparruchas", "premio", "palabra", "precio"... teniendo en cuenta que hablábamos de literatura y que efectivamente surgió de una conversación entre Manel Loureiro y una servidora... Elegid una. El caso es que Manel me preguntó qué libro me había leído recientemente para recomendarle, y me decanté por un título que he recomendado cientos de veces (incluso en televisión). Cuando Manel escuchó el título -un poco peculiar, sí- prácticamente lo gritó, y a partir de ese momento el descojono fue total. Convirtió esa palabra gritada en un auténtico reto. En principio el reto era para los que lo habían oído - no éramos muchos, unos seis de veintisiete-, pero cuando llegó la noche todo el mundo conocía el reto. Había ido de boca en boca y se esperaba que en algún momento, alguien, un valiente de verdad, fuera capaz de introducir esa palabra en su ponencia. Os puedo decir que el segundo día, aquel en el que comenzábamos la mañana Cristina Fallarás y yo, hubo un valiente, el adalid de la P, el más inesperado quizás. El gran Jesús Badenes lo soltó, y nos hizo mucho bien porque fueron tantas las risas y los aplausos que a mí, personalmente, me sirvió para relajarme puesto que en unos minutos me tocaba hablar. A partir de Badenes os aseguro que hubo más valientes -no fue mi caso, cuando me puse a hablar me olvidé de la P de Pamplona o Primates- pero cuando menos te lo esperabas aparecía la P de Político o Pensión en una Ponencia.

¿Y qué gracia tiene esto? Quien conozca el título del libro tantas veces recomendado, lo sabrá. Quien haya estado en Verines, lo sabe. Quien lea esto hasta el final, con muy poca perspicacia, podrá saberlo. Quien se lo salte, que se fastidie.

El caso es que tanto éxito tuvo aquella palabra que empieza por P (como Perra, Poesía, Podrido, Puerta, Pragmático...) que -cómo no- Manel Loureiro decidió hacer la gala de Premios P (....). Aquella segunda noche, la última noche que compartiríamos, cuando el camarero servía gintonics y la masa ansiosa tapaba la visión, Manel se escurrió por una puerta y volvió con las "estatuillas" de los Premios P (...). Cucharillas de Postre, el muy... Tranquilos, las devolvimos, no somos tan lladres*, pero Manel nos advirtió "mañana tendréis que remover el café con el dedo como las perdáis".

* ladrones, una de las pocas palabras que suelo usar siempre en valenciano y casi nunca en castellano.

 

MANEL en pleno proceso de investigación con su tablet para la gala de Premios P (fijaos en la cara de psicópata que pone...)

Manel


Estos premios fueron, en su mayoría, muy ocurrentes. A quien hizo una charla casi prácticamente utilizando el inglés para su intervención se le dio el Premio Naciones Unidas que le recordaba lo mucho que fastidió a quienes no solíamos hablar inglés (Laura Borrás fue la artífice de esta ponencia, que lo recogió con muchas risas); a los que fueron caóticos en su presentación porque usaban audiovisuales y no les funcionaba casi nada (la poeta Miriam Reyes que lo compartió espontáneamente con el poeta Doménico Chiappe) les cayó una recordándoles el caos con el Premio a la Presentación Catastrófica; a quien se alargó más de lo normal (María Gocoechea); a los pelirrojos naturales Vanessa Monfort y Benjamín Escalonilla se les dio el Premio Simply Red (porque según Benjamín, los pelirrojos están desapareciendo del mundo); Rafael Reig se llevó el Premio Numancia por ser el único que más que apoyar, atacó a toda la cacharrería de la era digital; Fernando Marías se llevó el Premio Matrix por haber creado una realidad paralela y "haberle jodido la vida a un ilustrador con una doble personalidad" (esto lo entenderéis cuando leáis la Crónica Seria); Jesús Marchamalo se llevó el Premio Amante Bandido y Kirmen Uribe se llevó el Premio Mimosín (cosas de Manel...) por hacer un final de ponencia muy tierno; Neus Arqués se llevó el Premio Esther Williams (es que a Neus le pones una playa y ya puede llover que se baña aunque hayan pasado cuatro horas desde que desapareció el sol, o incluso antes de que aparezca. O sea que cuando todos dormíamos ella se metía en el agua fría - Antonio Ávila y Jesús Badenes podría haber compartido el premio-), y a mí... a mí Manel me dio el Premio Tintín por aquello del reporterismo.

Lamentablemente Manel no me pasó una lista de premios y he tirado de vídeo, pero no pude grabar la "gala" entera porque me quedaba sin batería y a partir de ahí el resto es lo que recordaba.

 


ALGUNOS MOMENTOS DE LA GALA RECOGIENDO LOS PREMIOS CUCHARILLA

 

Gala

 

Anika (yo) recogiendo el Premio Tintín y grabando la gala al mismo tiempo

Premio


María y Laura muertas de la risa con los premios

Noche


La verdad es que hay que hacer una mención especial -y de hecho se llevó un premio- al camarero. Si vas a pedir una copa y te sueltan con toda seriedad "ya son las once, mi turno se ha acabado. NO TE SIRVO." ¿cómo te quedas? Le pasó a Cristina. Pero a mí me pasó otra con él. Vale, soy pequeñita, pero el muy mamón no me servía nunca, es que ni me veía, como si fuera invisible, y en un momento dado decidí que si a la tercera no decía nada, gritaba. Y cuando ví que iba a servir la siguiente copa y preguntaba a la de la derecha (Vanessa Montfort) y al de la izquierda (Luis García Jambrina), pegué un salto y casi a voz en grito le dije lo que quería yo. Que seré bajita pero este camarero se merecía un bofetón bien dado por maleducado (y a mí otro por gritona).

 

OTRAS CURIOSIDADES Y EL CULO DE SCARLETT JOHANSSON

 

Os preguntaréis si las crónicas fueron amenas, divertidas, aburridas... Bien, pues dependiendo de lo que se contaba o del interés de cada uno, las hubo serias, las hubo divertidas y las hubo catastróficas (como se insinúa en la gala de premios). Pero lo que sí hubo fueron momentos artísticos. Los demás no se atreven a mostrar sus libretas pero allí hubo varios "dibujantes". Mientras escuchábamos algunas ponencias, hubo quien dibujaba en su libreta, y puesto que yo he hecho los deberes requetebién (quiero decir que he cumplido y no se me puede echar en cara) muestro una imagen de la mía, donde se verá que hay dibujos y resúmenes de ponencias. Bien, pues como estas, hubo otras, que lo sepáis.

 

Dibujos

 

Debo deciros que cuando juntáis a gente a la que le gusta la poesía corres el peligro de... oír recitales. Y eso pasó aquella noche, un recital espontáneo de poesía previo a una noche algo loca de la que no contaré absolutamente nada porque estimo mucho mi vida. (De todas formas debo reconocer que me impresionó Cristina Fallarás recitando con verdadera pasión; para quitarse el sombrero)

 

Momento en que José Manuel Lucía le pasa a Cristina Fallarás su libro para que recite un poema.

Fotorecital


Podría contaros otras cosas pero tampoco voy a alargarlo innecesariamente. Sí puedo deciros que cuando salíamos de vuelta y estábamos en el aeropuerto de Asturias me fui un momento al baño. Dejé a todos en la puerta, fuera, fumando. Cuando salí no había nadie. Casi me muero allí mismo. Esto no puede pasarme a mí, se han ido y me he quedado tirada aquí, pensé. Y siguiendo mi racha de despiste, en vez de buscarles dentro, me fui a la calle y casi me metí en el parking buscando alguna cara conocida. De pronto me di cuenta de que los aviones quedaban justo al otro lado, dentro del aeropuerto y no fuera, y corrí hasta verles sentados en la cafetería. A partir de ese momento me dije "sígueles, no te despistes, no mires a otro lado", y eso hice no sólo allí si no también en el aeropuerto de Madrid, cuando me enteré de que una joven pareja iba a coger el avión de Valencia y para no perderles de vista -ni perderme ni equivocarme de avión yo- me convertí en su sombra. Allá donde ellos iban, iba yo. Ahora pienso que si llegan a irse a Palencia...

 

Momento autobús con Manel disparando fotos con mi cámara sin mirar... enfocando desde los lugares de su cuerpo más insospechados (así salieron que sólo he rescato una foto)

Autobus

 

No quiero acabar esto sin contaros que el pasillo del hotel tenía un punto Resplandor (novela de Stephen King) por el que era fácil imaginar a las dos niñas de amplísima frente o el mar de sangre, y también, de paso, que cuando intenté cargar mi móvil en mi habitación el móvil pitaba sin parar. Lo probé en los dos únicos enchufes que había y me pasó en ambos. Y como ya imagináis... fui la única a la que le pasó. Eso sí, cada noche leía "Mientras duermes" de Alberto Marini, donde un enfermo y retorcido portero entraba en los pisos de los inquilinos... una lectura muy apropiada para leerla en un hotel con portero poco dado a hacer amistades.

¡Ah! Claro, aún no os he contado lo de Scarlett ¿verdad? Veréis, mientras hacíamos nuestras ponencias el viernes vimos que los encuentros de Verines aparecían en los periódicos, así que Manel se trajo uno a la mesa y comprobó dos cosas: la primera, que nosotros estábamos en portada y el culo de Scarlett Johansson era el protagonista de la contraportada (así que vosotros veréis qué sería más visto) y la segunda, que si ibas a buscar la página donde estaba la información de Verines aparecían... anuncios. ¡Pero no os creáis que no tenía sentido!... alguien se lo llevó. En mi poder está el periódico escaneado con la página que lleva el artículo de Verines... sustraído XD

 

Verinesperiodico

 

Por último, permitidme que le de un premio a Jesús Marchamalo muy particular. El Premio Olfato, porque justo antes de despedirnos me hizo una seña y dijo ¡Eau de Rochas! Y efectivamente, acertó mi perfume :)

 

Me han dicho que esta cámara que lleva Cristina en manos pero que pertenece a Miriam Reyes lo ha grabado TODO, y cuando digo TODO digo lo que yo no cuento. Gamberros...

Noche1


Imagen de lo que se veía al abrir la ventana de la habitación (cachis... no saqué foto del pasillo-resplandor)

Playa 

 

OTRAS IMÁGENES PARA EL RECUERDO

Miriam Reyes, Anika Lillo, Fernando Marías y Vanessa Montfort

Grupo1


Laura Borrás, Anika Lillo, José Manuel Lucía, Neus Arqués y Dolores Romero

Grupo2


Luis García Jambrina, Dolores Romero, Alicia García, Benjamín Escalonilla, Xabier Sabater, Jesús Marchamalo, Arantza Larrauri, Kirmen Uribe, Neus Arqués, Manel Loureiro, Luis González, Anika Lillo y José Manuel Lucía Megías.

Grupo3


Javier Ruescas, Anika Lillo y Miriam Reyes

Javier -anika -miriam 

Por cierto... esto de ir en un avión, que la azafata esté explicando qué hacer en caso de accidente, y que tu compañera de vuelo (María Goicoechea en este caso) te diga "¿para qué mirar? si tenemos un accidente no lo contamos"... no os lo recomiendo. Qué jodía.

 

ASÍ SE HACE UN FINAL

prepucio
(Del lat. praeputĭum).
1. m. Anat. Piel móvil que cubre el glande del pene.
Real Academia Española


Leer la crónica Cultural (y seria) Enlace en menú lateral derecho

 


 

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