Abecedario de lector

Opinión:

Llevaba tiempo sin encontrarme un libro que celebrara de una manera tan sana, refinada y completa la pasión por los libros. No hay muchos comentarios literarios que puedan verdaderamente llamarse divulgativos, que tengan una forma tan bonita y encierren tantos significados y referencias sobre el mundo de los libros. Hubo una moda editorial, afortunadamente ya en declive, en la que escritores de muy distinta extracción y calidad se lanzaron a escribir su particular canon literario. Recordarán haber visto las librerías inundadas por títulos del tipo "Los 100 libros que hay que leer antes de morir". La mayoría de los libros a los que me refiero se hundían por lo pretencioso, lo incompleto o por constituir meros acopios de datos sin alma alguna.

No es ni mucho menos el caso del libro de Adolfo García Ortega, que me gustaría definirlo como un delicioso festín literario. La idea de partida es bien sencilla: el autor ofrece, ordenados alfabéticamente, aquellos temas, personajes o autores que más le han marcado en su viaje por la lectura. El resultado es una maravilla por muchas razones: la primera, y más importante, que Adolfo García Ortega es un lector introspectivo, inteligente, avisado, que sabe muy bien lo que lee y sabe contarlo con pasión. Conoce al dedillo literaturas muy distintas, y además se detiene en obras que no son las evidentes de cada autor, algo que se agradece mucho. Hay mucha literatura periférica o aparentemente menor en sus referencias, y eso nos pone en contacto con obras que no son las habituales. Lo que quiero decir es que para aconsejarnos que leamos el Quijote está bien no tenemos que leernos el trabajo de nadie, suponemos.

El autor vallisoletano se centra en los caminos menos andados, las orillas de la gran literatura. El "Abecedario de lector" nos asoma a centenares de obras que han podido pasar desapercibidas incluso a lectores avezados, de modo que estoy seguro de que a su lectura seguirá la adquisición de alguno de los libros que él recomienda con fervor.

El autor no es solamente bueno porque haya leído mucho y bien, sino porque sabe vender el producto, haciendo atractiva cada entrada de su diccionario, de modo que los lectores más entusiastas pueden continuar su propio camino lector recogiendo las recomendaciones que García Ortega prodiga.

Tiene especial querencia por lo experimental (Georges Perec o James Joyce se encuentran en lo más alto de su particular Olimpo literario), un hecho en el que él y yo desde luego no coincidimos, pero en su "Abecedario de lector" hay lecturas de todo tipo y puede disfrutarse sea cual sea su gusto literario.

Le gustan las afirmaciones rotundas, lapidarias, y los juegos de provocación intelectuales. Por ello el "Abecedario de lector" también ofrece frases inolvidables. Como ejemplo ofrezco una de los más divertidas, en la entrada dedicada a Bartleby, el curioso personaje de Herman Melville: "Sobre Bartleby no escribiré, ya que preferiría no tener que escribir sobre alguien que con toda seguridad habría preferido no tener que hacerlo sobre mí".

Como cuestión transversal y anecdótica, quisiera reflejar en la reseña que me resulta curiosa la obsesión por el nacionalismo (por atacarlo, se entiende) del autor, que le lleva a incluir en el libro muchas entradas en las que lo condena, sin que uno acierte a entender qué papel juega en un abecedario lector como el suyo.

De Adolfo García Ortega tenemos una referencia reciente que ha funcionado muy bien entre los lectores, esa "Una tumba en el aire" que ganó en 2019 el Premio Málaga de novela. Este "Diario de lector" es una recomendación mayúscula para esos grandes lectores que quieran que un escritor con muchas y felices lecturas les ofrezca sus preferencias y les desentrañe con una pizca de humor quién es quién en el universo literario actual y pretérito.

Rafael Ruiz Pleguezuelos