101 ovejas en el paro

Opinión:

Fantástico cuento donde las ovejitas, esas a las que recurrimos cuando no podemos dormir y las contamos hasta que caemos rendidos, tienen un protagonismo absoluto. Y fantástico es no sólo por el género, lo es también por la historia que cuenta Nicole Snitselaar y por la ilustración de Coralie Saudo, que me ha encantado.
 
Estas ovejitas le cuentan al niño las cosas que pueden hacer cuando Elio las evoca. Página tras página las vemos disfrutar gracias a la fantasía del pequeño Elio. Finalmente y como cualquier adulto supondrá, se resuelve el misterio del por qué Lanitas no es evocada junto a sus compañeras.
 
Ilustrado en formato apaisado, las imágenes son monísimas y el hecho de que sean ovejitas, tan iguales y con esas caritas, las hace tiernas.
 
Pero ojo... estas ovejitas no tienen todas el mismo diseño. Lanitas tiene corazones en su lana, y cuando el libro termina se le sugiere al niño que busque a Lanitas. A mí se me ocurre que esto se puede ampliar haciendo que los niños busquen a las ovejitas que tengan otros diseños en sus cuerpos. En mi casa jugamos mucho a esto, es bastante habitual, de hecho lo hacemos con casi todos los libros, y con éste puede hacerse.
 
En las ilustraciones de Coralie Saudo prima un color de fondo que llena ambas páginas (el verde de la naturaleza, el azul de la noche, el rosa del amor y los corazones, el lila de las paredes de la habitación... y sólo las ovejitas son blancas y negras (con tonos de gris) haciendo que se vean a la perfección, ellas y los dibujos que forman en cada página. Además, en alguna ocasión podemos ver alguna textura diferente al estilo collage que hace el álbum muy atractivo a la vista.
 
Anika Lillo