Drácula. Novela gráfica

Opinión:

Como anteriormente con "Tom Sawyer", la editorial Bruño publica la adaptación juvenil de un gran clásico, "Drácula" dentro de su colección Libros en Acción.
 
Leí "Drácula" hace veintidós años, sobre los veinte, y me parece una edad más que apropiada para la novela porque es densa aunque maravillosa. Este comic está destinado a niños a partir de 10 años (entiéndase hasta doce, trece o incluso catorce) y sin embargo su adaptador no ha escatimado en emociones terroríficas.

Ha condensado, de hecho, todo el terror de la novela original además de ejercer libremente de creador para contar una historia estremecedora: Jonathan en el castillo acosado por Drácula y las vampiresas, Lucy bajo las garras de un Drácula que se presenta de distintas formas, Renfield y su locura, el descubrimiento de una Lucy ya muerta capaz de levantarse y buscar sangre por su cuenta, la búsqueda de Drácula por el mundo, Mina hipnotizada a punto de convertirse en vampira, los lobos, Drácula enfrentándose a quienes deben acabar con él...
 
En el dibujo y entintado, además, detalles como los ojos amarillentos para diferenciar estados entre sanos y enfermos, transparencias en lentes y velos muy adecuadas, volatilidad en la Lucy convertida, y un bien marcado cambio de estado de ánimo y cansancio en Mina o Jonathan.
 
En la novela gráfica aparecen todos los personajes importantes de la novela: Drácula, sus tres vampiresas, Jonathan Harker, Mina, Lucy Westenra, sus tres admiradores incluido Seward, Reinfeld, Van Helsing...
 
Como madre de niños de distintas edades no puedo estar más de acuerdo en que sus autores lo han hecho muy bien. Aunque en principio choca la elección, a pesar de prescindir de dibujos fieles y tirar más hacia el cartoon, las imágenes resultan atractivas a los ojos de los críos, les asustan menos y les recuerdan más a sus series de televisión. De hecho tienen suficiente con la historia y algunas imágenes para aterrorizarse si lo desean, aunque aquí más bien importa el que despierte su curiosidad para, a una edad más adulta, decidan leerse la novela de Stoker.
 
Se lee con muchísima rapidez -me ha durado apenas un rato- y resulta interesante incluso cuando en algunas páginas desgrana la historia de Vlad Tepes, porque los niños en principio no tienen por qué saber quién fue Vlad y en apenas unas viñetas y algo de texto se informan resumidamente.
 
Una novela gráfica de la que sé de muchos críos que la van a disfrutar.
 
Anika Lillo