el legado de mandela

Opinión:

Este libro es una obligación que había contraído el autor con toda la humanidad por haber tenido el enorme privilegio de poder convivir con una persona de la entidad personal y moral como Nelson Mandela; asistir a negociaciones al más alto nivel, conocer el modo de relacionarse con altas personalidades, pero sobre todo conversar en la intimidad con él, no puede quedarse en el interior de uno, y requiere que esa persona entregue a los demás algo de lo recibido. Es el pago que hay que hacer por disfrutar tal honor.

Escrito de forma muy sencilla, reúne quince enseñanzas esenciales extraídas de la reflexión sobre la vida de Nelson, es decir comentadas a la luz de alguna experiencia vivida.

Aunque es un libro muy fácil de leer, tanto por la manera como esta redactado como por el interés de lo comentado, no es un libro ligero que pueda amontonarse en la biblioteca personal como uno más, sino que puede y debe servir para meditar, analizar, en suma para mejorar personalmente pues propone enseñanzas que son directamente extraídas de alguien que tiene mucho que decir.

Algunas de estas enseñanzas son ciertamente conocidas, como por ejemplo “que el coraje no es la ausencia de miedo“ o que “hay que conocer a tu enemigo“, pero otras son inhabituales y ciertamente sorprendentes, como “liderar desde atrás“ o “saber cuándo decir no”; a pesar de que algunas son conocidas, esto no quiere decir que las mismas no nos aporten nada pues de hecho al ser el resultado de historias impactantes (casi todas las de Mandela lo son) es incluso posible que dejen de ser “conocidas“ y se graben a fuego en la mente del lector.

De entre todos los consejos, y aunque lo conocía, el más importante para mí es “Sé mesurado“ ya que en demasiadas ocasiones nos dejamos arrastrar por las circunstancias y perdemos el control, que es lo único que nunca debemos perder. Espero que a partir de ahora no me vuelva a suceder o me suceda menos a menudo.

Creo que hay que agradecerle al autor que a pesar de la profunda admiración y cariño que tiene por Nelson, nos da una visión del mismo real, con sus luces y sus sombras, es decir no nos “vende” la idea de un Mandela santurrón. Hay en el libro suficientes ejemplos de ello.

Lo peor del libro es que a mi entender es excesivamente corto, aunque quizás la idea era destacar las reflexiones esenciales o eje de Mandela sin desconcentrarnos con otras menos interesantes.

Esperemos que aunque menos interesantes y/o importantes, el autor pueda en un futuro aportarnos nuevas reflexiones e ideas del gran Mandela en un segundo volumen sobre su legado. 
 
Raúl Borondo García