¡nadad libres!

Opinión:

No se puede negar que todas estas actitudes de los salmones de Sébastian Chrisostome son perfectamente asumibles en los seres humanos. Diría que les ha utilizado para hacer una parodia del género masculino, y también les ha embaucado para llevarlos hacia una historia de aventuras que ni ellos podrían esperar. Ahí reside parte de su gracia y sentido del humor. Pero su fuerte está, sin duda, en la descripción de los tres machitos que parten a la búsqueda del nirvana.
 
Varios capítulos con seguimiento nos llevan a veces a distintas tramas, y es que nuestros salmones en un momento dado se pierden y se dispersan. El pequeño, que habrá de crecer por su cuenta cambiará el pánico por la audacia; el señor Nale, que se deja llevar normalmente, aprenderá a sobrevivir y luchar después de conocer “otro mundo”, el de los salmones de piscifactoría, y el que les lleva a todos de cabeza dirigiendo el viaje será quien vea la parte más cruel y sucia del mundo subterráneo cuando llegue a las cloacas.
 
Entretenido, a veces bastante gracioso, con cierta crítica y algo de picardía, “¡Nadad libres!” acaba por ser un canto a la amistad y a la superación personal, algo, como imaginaréis, muy humano.
 
Anika Lillo